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Barbarie y civilización: caso Romaña

Lo que no han hecho los “civilizados” operadores políticos en un siglo, lo está haciendo el “bárbaro” Romaña y su gente en meses.

Yezid Arteta, Yezid Arteta
29 de septiembre de 2017

Soy feliz, dijo Efe mientras pasaba la yema del dedo por la pantalla cromática de su iPhone. Yo también lo soy, expresó Zeta al tiempo que mojaba un trozo de pan en el café con leche. Afuera se escuchaba un ruido que parecía el del motor de un coche de alta gama o el de un burro rebuznando. No tenían claro si estaban soñando, eran parte de una telenovela o estaban viviendo realidades distintas. ¿Dónde está Efe? ¿Dónde está Zeta? ¿Qué hacen? ¿Son de la ciudad o del campo? ¿Se perciben como “barbaros” o “civilizados”? ¿Habrán discutido sobre “civilización” y “barbarie”? ¿Se habrán puesto de acuerdo? No sabemos. Lo único que sabemos, por boca de ellos mismos, es que son felices.

Digamos que la mayoría de los miembros del Congreso se consideran “civilizados”. Todos ostentan títulos: verdaderos o piratas. Ganan bien, aunque trabajen poco. Poco o nada han hecho para el desarrollo y la justicia en Colombia. No dan puntada sin dedal. Con tal de que les vaya bien, les importa un rábano cómo le va al país. Más que políticos son enredadores. Llevan meses enredando unos acuerdos de paz que sirven para el progreso social, la democracia y la justicia de Colombia. Son, según todas las encuestas, detestados por la mayoría de colombianos. Con todo y esto, dicen estar felices en sus mullidos asientos del Congreso.

Digamos que Tumaco, el puerto del Pacifico de mayoría negra, es visto por los “civilizados” operadores políticos que dominan los asientos del Congreso, como un lugar en el que prima la “barbarie”. En la Zona Veredal de La Playa, Tumaco, está un tipo que llaman “Romaña”, tildado de “bárbaro” por su pasado guerrillero, que está llevando a cabo, contra viento y marea, una transformación socioeconómica de la región con la mera mano de obra de cientos de excombatientes y el entusiasmo de los lugareños. Lo que no han hecho los “civilizados” operadores políticos en un siglo, lo está haciendo el “bárbaro” Romaña y su gente en meses. Romaña, está demostrando que no sólo era bueno con los tiros. Es un emprendedor. Dice estar feliz con lo que está haciendo.

La periodista Natalia Arenas del portal La Silla Vacía, vio con sus propios ojos lo que allí está pasando: kilómetros de carretera, cultivos lícitos, talleres de ebanistería, restaurantes, fábricas de artesanías, cría de mamíferos y aves, carnicería, autoconstrucción de viviendas, posadas y un largo etcétera de proyectos para la gente de allí y con la gente de allí. “El capitalismo de Romaña”, tituló Natalia Arenas a su reportaje.

¿Por qué no ensayamos con los “barbaros”, en vista de que los “civilizados” no han hecho nada hasta el momento? ¿No será que los operadores políticos “civilizados" están enredando las cosas en el Congreso para que gente como Romaña pueda reivindicarse y hacer cosas buenas por su país?

Romaña es conciente de que lo pueden matar. Lo pueden matar no por las locuras que hizo en el pasado sino por las que está haciendo ahora.

* Escritor y analista político
En Twitter: @Yezid_Ar_D
Blog: En el puente: a las seis es la cita

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