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Bush 7, Colombia 1

Bush reembolsará parte de los impuestos. O sea que su gobierno tendrá menos que gastar. Y menos fondos para Colombia

Semana
26 de febrero de 2001

Puede que Bush no logre muchos cambios en Estados Unidos. Pero en la relación de Colombia con los gringos habrá sin duda un par de novedades.

Una estará en el clima de la relación. Clinton trataba a Pastrana como a un pupilo cumplidor y consentido, a quien se ayuda a abrir puertas y en quien se puede confiar. Pero esta calidez en parte se debió al estilo de Clinton y en parte a que su nexo con Andrés proviene del lío con Samper. Así que Andrés tendrá algo menos ‘palanca’ en la Casa Blanca.

La segunda variación es más importante y afecta el contenido de las relaciones. No porque Bush haya hecho anuncios sobre Colombia —ni le importamos mucho, ni sabe casi nada— sino porque sus políticas básicas repercutirán sobre nosotros en los siguientes siete aspectos principales:

1. Narcotráfico. Aun cuando los candidatos no hablaron sobre el tema —o sea que Bush y Gore comparten la política vigente— es claro que los republicanos son más moralistas. La ‘guerra’ contra la droga fue un invento de Nixon que luego escaló Reagan (“cero tolerancia”) mientras Carter y Clinton le bajaban volumen y recursos. Así que la esperanza de un reenfoque se vuelve todavía más remota, que Colombia tendrá que seguir haciendo sus tareas (extradición, fumigación, interdicción marítima...) y que el dichoso Plan se mantendrá.

2. Salida negociada. El proceso de paz en realidad es un trato entre las Farc y la DEA. Y el proceso no camina porque el trato quedó en veremos desde que ‘Grannobles’ asesinó a los indigenistas norteamericanos. Pues si Clinton tuvo que frenar los contactos, para Bush es todavía más difícil dialogar con una organización que, además de terrorista, va a ser definida como narcotraficante. O sea que la paz negociada se nos aleja en lugar de acercarse.

4. Política fiscal. Bush reembolsará parte importante de los impuestos, o sea que el gobierno gringo tendrá menos que gastar. Menos fondos, también para Colombia, dentro y fuera del Plan.

5. Estrategia militar. Bush, Powell y Rice son enemigos abiertos de enviar soldados gringos en misiones de paz (Somalia, Haití, Kosovo...). Pero Powell creó la doctrina de “intervención decisiva”. O sea que los marines no vendrán a Colombia. Pero si vienen, lo harán cuando la cosa esté gravísima y entrarán a matar.

6. Naciones Unidas. Los republicanos no la van con la ONU. Jamás pondrían sus tropas bajo ‘mando extranjero’, no aceptarán el multilateralismo y ni siquiera le darán dinero a un organismo que “promueve el aborto”. De modo que en Colombia serán desalentados el acompañamiento multinacional del proceso de paz, la mediación y el trabajo humanitario de Naciones Unidas.

7. Derechos humanos. Los republicanos tienden a ser ‘halcones’ (y anticomunistas, aunque esto último pasó de moda). Bush se opone al Tribunal Penal Internacional, que Clinton firmó para provocarlo. Ofreció a tres voceros de la caverna —Ashcroft, Norton y Chávez— las carteras de Justicia, Interior y Trabajo. El Pentágono y las grandes empresas tendrán más voz en la política exterior, mientras las ONG, los medios, los sindicatos y los ecologistas tendrán menos voz que bajo Clinton. De forma que ahora habrá más disposición a que los helicópteros se usen de frente contra la guerrilla, y también a hacerse el gringo frente a la violación de los derechos humanos.

8. Comercio. Bush es más aperturista que Clinton (Bush padre inició el Nafta y propuso la Zona de las Américas). Es buen amigo de los inversionistas y el sector privado. Tiene interés en México y ha manejado sus flujos económicos con Texas. Está más cerca de Colombia en la cuestión bananera. Así que, con razones, se le recibe bien en el medio empresarial de América Latina.

Y sin embargo hay que apuntar tres bemoles. Don Evans, el nuevo secretario de Comercio, es francamente proteccionista. La vía rápida para Nafta se aplicaría quizás a Chile, pero no a Colombia. Y sobre todo, el ‘aterrizaje’ de la economía norteamericana —mejor o peor que sea manejado por Bush— va a borrar con el codo lo que logre la mano.

Que cada lector juzgue cómo le irá en la feria en estos ocho asuntos, y que le ponga a Bush el marcador respectivo. Yo estimo que para Colombia en su conjunto la puntuación es un triste 7 a 1. Y si el aterrizaje en Wall Street se vuelve brusco, el marcador puede acabar en 8 a 0.

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