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Nelly Patricia Mosquera

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¡Cadena perpetua para Garavito!

Es imperativo que Colombia haga todo para que Garavito no vuelva a las calles nunca más.

3 de noviembre de 2021

¿Los detractores de la cadena perpetua se sentirían cómodos si tuvieran de vecino a Luis Alfredo Garavito? ¿Estarían tranquilos si supieran que el confeso asesino y abusador sexual vive en su barrio?

A veces, un baño de realidad es la mejor manera de demostrar la veracidad o falsedad de algunas tesis.

En el caso de Garavito, una persona que confesó ser responsable de más de 200 asesinatos y abusos sexuales en Colombia, su misma existencia es el principal argumento de quienes estamos a favor de la cadena perpetua para pornógrafos infantiles, violadores y asesinos de niños y niñas en nuestro país.

Porque todo empieza por entender dos cosas: el déficit en materia de penas y la triste realidad según la cual un monstruo de estos jamás se rehabilita.

Empecemos por la última: ¿quién, de los tantos que lanzan emotivas proclamas sobre la santidad de los presos y el hermoso trabajo de resocialización que sería el fin último del derecho penal y de la cárcel, estaría dispuesto hoy a poner sus manos sobre el fuego y a decir que Garavito se resocializó tras estar en prisión?

Esto es imposible de comprobar y debemos admitir, en cambio, que Garavito fue, es y será por siempre un asesino, un violador, un agresor, un monstruo.

En su momento, los médicos forenses estaban horriblemente sorprendidos por el estado en el que Garavito dejaba los cuerpos de los niños a los que abusaba y asesinaba. Era tal su grado de sevicia que en muchas ocasiones los forenses, tan acostumbrados a la observación de cuerpos sin vida, se echaban a llorar.

Imaginen ahora que el responsable ha estado más de dos décadas sin poder desfogar ese instinto ruin, sus impulsos sexuales y la sed de sangre que nunca sació.

Ahora vamos al segundo punto: abusar y asesinar a 200 niños solo le costó a Garavito 23 años de cárcel. Es decir, por cada víctima solo estaría pagando algunos meses de prisión, pues cada una representa 0,11 %.

Señores detractores de la cadena perpetua: ¿a ustedes les parece que esto tiene relación con la más mínima noción de justicia que pueda tener el país más atrasado del mundo en materia penal? Es irrisorio, repugnante, injusto y criminal.

Porque, para empezar, un monstruo que debería haber sido condenado a cadena perpetua fue “castigado” con 40 años de prisión, a causa de su “colaboración” para esclarecer sus propios crímenes. Con beneficios adicionales y las 3/5 partes de la pena cumplidas, una pena que debía llegar hasta el año 2039 se redujo a menos de 23 años de prisión.

Garavito hoy tiene 64 años, lo que quiere decir que sigue siendo una amenaza para la niñez. ¿Cuántos casos no hemos conocido de abuelos que abusan de sus nietas? Colombia debería estar en alerta máxima ante la salida de Garavito.

Lo trágico del asunto en últimas es que esto, que es una provocación insufrible para Colombia, en cambio es un aliciente para los miles de depredadores contra la niñez que ahora están en las calles, y que ven que su ídolo, el máximo abusador y asesino de la historia del país, “la sacó barata” y puede quedar en libertad tras solo 23 años tras las rejas.

Colombia, no podemos renunciar a la cadena perpetua, no podemos permitir que cunda el mal ejemplo y que la violencia contra la niñez, con su cara de impunidad y burla, se vuelva a salir con las suyas.

Es imperativo que Colombia haga todo para que Garavito no vuelva a las calles nunca más.

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