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Colombia va a explotar

Se comienza a agrietar el ‘pacto diabólico’ y algunos de los acérrimos petristas están manifestando sus inconformidades con el Gobierno, al igual que algunos de los políticos de poca dignidad que se declararon afectos al partido de gobierno.

8 de noviembre de 2022

El gobierno progresista de Petro llegó para castigar a los colombianos y lo más triste es que las personas de escasos recursos son las más perjudicadas con las decisiones que han tomado hasta el momento. El odio de clases inyectado por Petro en sus discursos populistas y las promesas incumplidas que ilusionaron a muchos están germinando el peor de los ambientes que ha podido vivir el país en este último siglo.

Las universidades gratis para todos, el incremento del Ingreso Solidario, el acabar con la corrupción, el frecuente retroceso en sus decisiones, la creación de más burocracia, el rodearse de personas muy controvertidas y las afectaciones causadas por la reforma tributaria son algunos de los temas que se han convertido en la diaria comidilla de los colombianos, quienes están preocupados por el futuro del país y están desilusionados de quien los manipuló ideológicamente para llegar al poder.

El actual Gobierno ha demostrado que no está preparado para gobernar, lo cual se sustenta en las permanentes manifestaciones en contra del régimen, unas totalmente pacíficas y otras terriblemente violentas; las primeras rechazan, entre otros aspectos, las intenciones de politizar a la Policía y las órdenes de frenar su legítimo actuar frente a actos vandálicos, las objeciones frente a algunas propuestas ilógicas de la reforma tributaria, las inconformidades frente a la inseguridad que reina en el país, el acabar con el servicio militar obligatorio para debilitar a las Fuerzas Militares y el manoseo de la justicia con la famosa Ley de Paz impulsada por Petro.

Otras marchas se caracterizan por el vandalismo, la barbarie y el odio de manifestantes que destrozan todo a su paso, como ocurrió con las estaciones de Transmilenio que fueron despedazadas por delincuentes y mujeres semidesnudas, afectando profundamente a quienes tienen que hacer uso diario de este medio de transporte, pero lo que más preocupa es que no se observa una acción contundente por parte de las autoridades para detener a los vándalos; algo anda muy mal si los unos y los otros se manifiestan en contra del Gobierno.

Los bloqueos se han vuelto costumbre, bien sea cerca de universidades públicas, bien sea en los accesos a poblaciones a las que no se les ha cumplido las promesas, o bien sea porque algún grupo de vándalos desea generar terror o inseguridad. En Colombia se están afianzando la anarquía y el caos que preceden a una guerra civil. En un futuro cercano las demostraciones de descontento se multiplicarán con el incremento en el costo en la canasta familiar, por la subida del valor de la gasolina, por la pérdida de empleos debido al cierre de empresas que no resisten el golpe de mayores impuestos, por el hambre y por posibles abusos de la autoridad.

La devaluación del peso debido a políticas erradas y a pronunciamientos ignorantes de personas no capacitadas para desempeñar altos cargos en el Gobierno, así como la incertidumbre frente al giro en la política exterior de un gobierno izquierdista que nos está llevando a la miseria, colocan en máxima alerta a la economía. Con las decisiones de la reforma tributaria va a desaparecer la clase media, que soporta una sociedad y las personas de menos recursos van a llegar a la mayor pobreza. ¿Es este el cambio prometido?

El invierno se suma a los grandes males que nos agobian y afecta las vías, produce derrumbes y deslizamientos que ponen en peligro a muchas familias, así como el encarecimiento de los servicios públicos y los usuarios que subvencionan los servicios públicos a los menos favorecidos ya se están cansando de ser exprimidos. La propuesta de impunidad para los criminales reincidentes que se burlan de la justicia y de la sociedad, el secuestro de 35 soldados del Ejército por comunidades campesinas, el interés por entregar la soberanía energética a Venezuela, las intenciones de afectar el sistema de salud incorporándole curanderos y trayendo médicos de Cuba, el permitir el ingreso de personas que fueron expulsadas del país posiblemente por intentar afectar la seguridad, son algunos de los aspectos que están desbordando la copa de los ciudadanos que ven con desazón como se hunde el país en las manos de la izquierda. Esto va a explotar.

Se comienza a agrietar el ‘pacto diabólico’ y algunos de los acérrimos petristas están manifestando sus inconformidades con el Gobierno, al igual que algunos de los políticos de poca dignidad que se declararon afectos al partido de gobierno y que ahora gozan del petro-confort ya comienzan a aterrizar y a lamentarse de sus irresponsables adhesiones políticas.

Las redes sociales se están encargando de castigar la imagen de este Gobierno por sus desacertadas decisiones y buscan presionar la salida de estos personajes, lo cual se puede lograr con el verdadero cambio en las próximas elecciones regionales. Los colombianos somos los únicos responsables de nuestro propio futuro. No perdamos esta oportunidad.

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