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Cómo América Latina Puede Crecer Nuevamente

Glenn Hubbard, presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente George W. Bush, escribe sobre las ventajas que tiene para los países latinoamericanos la aprobación del Atpa por parte de Estados Unidos. Hace además recomendaciones en el tema de política fiscal, control monetario y apertura de mercados.

Por: Semana

América Latina y Estados Unidos comparten una historia, una firme amistad y un compromiso con la democracia. También compartimos profundos vínculos económicos, particularmente en las áreas de comercio e inversión extranjera. Es nuestro interés común compartir un futuro económico más vigoroso y está a nuestro alcance hacerlo.

El crecimiento económico no ocurre por sí mismo, se necesitan buenas políticas. Sin embargo, este hincapié esencial en el crecimiento puede perderse cuando la atención se concentra en la estabilización a corto plazo, lo cual incluye decisiones sobre medidas que llevarán a obtener ayuda de los organismos financieros internacionales. Esto es desafortunado, porque las decisiones adecuadas sobre política interna les interesan directamente no sólo a los países individualmente, sino que también son esenciales para que la ayuda de los organismos financieros internacionales resulte útil. ¿Qué tipo de políticas deberían ser prioritarias?

Primero, el imperio del derecho es un soporte esencial del crecimiento. Un componente vital del imperio del derecho es que los individuos tengan confianza en que sus derechos de propiedad van a ser respetados. Si no hay esta confianza, la actividad económica se asfixia y la ayuda de la comunidad internacional no será efectiva.

La situación actual del sector bancario en Argentina es un ejemplo concreto de lo que sucede cuando esa confianza se pierde. En contraste, Brasil ha confiado en los mecanismos de mercado como respuesta a los desafíos presentados por el servicio de su deuda, con el resultado de que los depósitos no han sido retirados de los bancos. A pesar de las dificultades del sector bancario, Uruguay no ha interferido de manera permanente con los bancos extranjeros, cuya posición es buena comparada con los bancos del país.

La segunda prioridad es una política fiscal que se centre en la limitación del tamaño del gobierno. Si bien el Estado debería proporcionar los servicios públicos esenciales y asegurar una red de seguridad social, no debería incursionar en áreas que son manejadas más eficientemente por el sector privado. Con demasiada frecuencia, los excesivos controles estatales limitan la capacidad del sector privado de desarrollar su capacidad financiera de crecimiento, llevando a un gasto público excesivo que a su vez crea la necesidad de elevar los ingresos correspondientes.

El problema es que la mayoría de los impuestos distorsionan la actividad económica y, por lo tanto, afectan el crecimiento. La clave es financiar el gobierno de una manera más eficiente. Enfrentados con una extensa evasión fiscal, los gobiernos podrían verse tentados a recurrir a esquemas que aseguran ingresos a pesar de su ineficiencia y gran costo para la economía. Un ejemplo obvio son los crecientes aranceles de importación y exportación. Otra medida actualmente en efecto en varios países de la región es el "impuesto a las transacciones financieras", que grava los retiros y/o depósitos en cuentas bancarias, incluyendo el pago de cheques y la cancelación de préstamos. Las investigaciones sugieren que en varios países de América Latina las distorsiones resultantes tienen un costo social equivalente a casi la mitad de lo que se recauda por ese medio.

Es también vital que las decisiones que se tomen en los diferentes niveles del gobierno no actúen unas contra otras. Argentina y Brasil han descentralizado en alto grado sus estructuras políticas. En Brasil, la Ley de Responsabilidad Fiscal puesta en vigencia en mayo del año 2000 ha sido considerada un instrumento para imponer disciplina fiscal en todos los niveles gubernamentales. Entre sus estipulaciones, la ley crea controles para los gastos federales y estatales y ofrece incentivos para que los estados recauden sus ingresos de manera efectiva o enfrenten la pérdida de transferencias federales.

En Argentina, el déficit provincial ha contribuido a la incapacidad de mantener una posición fiscal adecuada. Han sido necesarios meses de crisis para que los gobiernos federales y provinciales se pongan de acuerdo para frenar el déficit.

La tercera política prioritaria para el crecimiento es un efectivo control monetario. Los individuos no pueden hacer pronósticos de inflación sin una política monetaria efectiva -- la incertidumbre resultante desanima la inversión y el crecimiento. Para que una política monetaria sea efectiva, debe ser centralizada -- el quasi dinero emitido como alternativa fuera del banco central no son más que financiamiento inflacionario para cubrir el gasto gubernamental.

La independencia del banco central es un elemento útil, particularmente si ayuda a que éste tenga más credibilidad y esté libre de interferencia política. Pero, a fin de cuentas, lo que importa es la aplicación de políticas. Las malas decisiones sobre política fiscal -- por ejemplo, incrementos constantes del peso de la deuda durante períodos de crecimiento -- inevitablemente llevan a tener dificultades económicas.

Finalmente, la apertura de mercados es esencial para el crecimiento económico. La integración de la economía mundial estimula la competitividad y eleva la productividad. Además de las ganancias que genera la apertura al comercio con el resto del mundo, hay importantes beneficios a obtenerse a través de una mayor apertura al comercio dentro de la región. Estados Unidos tiene un importante papel que desempeñar en este respecto. Como el presidente George W. Bush lo ha recalcado, la liberalización del comercio no solamente le interesa a Estados Unidos, sino que es importante para la prosperidad de todo el hemisferio. La reciente aprobación de la Autoridad de Promoción Comercial de Estados Unidos (TPA) es un paso adelante.

La ley acumulará beneficios para Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú con un importante acceso libre de impuestos a los mercados de Estados Unidos para las exportaciones de ropa y atún. El espacio para negociación de acuerdo con la TPA permite concretar los convenios de libre comercio con Chile, que incrementarán el producto interno bruto del país en más de medio punto porcentual al año.

La reciente promulgación de la TPA revigorizará también las conversaciones del Area de Libre Comercio de las Américas, que probablemente incrementará las exportaciones de ropa, alimentos y productos manufacturados de América Latina a los mercados norteamericanos. Las investigaciones revelan que la conclusión del Alca incrementará el PIB en los países de América Latina en más de 1 por ciento cada año -- y esto países fuera de Chile y México, que ya tienen o están en camino de tener un estatus de libre comercio. La TPA hará aún más probable un acuerdo multilateral sobre comercio agrícola con grandes beneficios potenciales para Argentina, Brasil y Uruguay.

Nuestros vínculos con América Latina hacen que Estados Unidos tenga un firme interés en el crecimiento económico de la región. Las políticas tendientes a obtener crecimiento no solamente elevan los niveles de vida de cada país sino que profundizan los vínculos con el resto del mundo y crean las condiciones necesarias bajo las cuales la ayuda internacional puede ser útil en tiempos de necesidad.

* Presidente del Consejo de Asesores Económicos del Presidente Bush