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Con M de miedo

Mientras el candidato-ministro Carlos Holmes Trujillo rebusca palabras para fortalecer su discurso de caricatura los hechos lo desbordan.

22 de septiembre de 2020

Habrá versiones diferentes. Unos dirán que fueron miles, otros que fueron cientos los marchantes durante la convocatoria del 21 de septiembre.

Unos adjudicarán la baja asistencia a la Pandemia. Otros, dirán que es producto del temor creado por la violencia y los asesinatos ocurridos los días 9 y 10 anteriores. Lo real es que el miedo, con M mayúscula, se muestra de nuevo como carta ganadora y avanza aplastando ilusiones, fortaleciendo resquemores y odios en buena parte del país.

El miedo como As de Oros está siendo impuesto de nuevo en la opinión pública y se reitera como carta del poder eternizado.

Ese miedo es el que vivieron muchas familias en la Colombia de 1948, que los llevó a refugiarse en los extramuros de la ruralidad de aquella época. Ese miedo es el que llevó esas familias sumadas a otras de violencias posteriores, a crecer hasta sumar el horroroso número de seis millones y medio de desplazados con qué contábamos hasta 2014. Ese miedo se quedó instalado en buena parte del país rural.

Lo doloroso es que en el país urbano el miedo nuevamente crece y como bien dice el refrán popular, “el miedo no tiene calzones” y está inmovilizando a la ciudadanía que no tiene agenda partidista. Esa que solo se moviliza para mostrar su indignación, pero tiene claro que si indignarse significa persecución policial, señalamientos y riesgo de muerte, mejor es guardarse la indignación. Ya habrá otro momento, piensan muchos. Así, quienes generan y promueven el miedo se fortalecen y siguen gobernando.

A los escenarios de amedrentamiento oficial en el mundo urbano, se suman las dantescas escenas de masacres que muestran la muerte, pavoneándose en regiones de Cauca y de Nariño. Esas escenas aplastan la esperanza. Mientras el candidato-ministro Carlos Holmes Trujillo rebusca palabras para fortalecer su discurso de caricatura los hechos lo desbordan y queda más claro ante todos que durante el ministerio del candidato, no se frenará la violencia.

La fórmula de meter miedo le funciona a los poderosos de maravilla. Las grandes mayorías estamos asustadas, no queremos el regreso de la violencia con todos sus horrores, no queremos un 9 de abril más, que inaugure violencias por cincuenta años más o por años sin cuenta.

Estamos convencidos de que no hay nada que valga la pena más violencias. No queremos injusticia, pero mucho menos muerte y persecución. Ya la hemos vivido en suficiencia. Hay que juntarnos y como hizo Francia Márquez, pedir apoyo, buscar voces, música para tapar la muerte. Habrá que ir a lo básico oponer a la muerte la vida, oponer al miedo, la alegría y la confianza por el otro. Ver video:

Debemos levantarnos para ser capaces de superar esta violencia con que sus azuzadores buscan atrapar e impedir los sueños de los jóvenes. El llamado de Francia Márquez no podrá desaparecer la violencia de una vez pero es sensato, persistente y justo. Derrotar el miedo que nos imponen es la tarea más urgente hoy para recuperar la democracia.

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