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“La familia”

¿Cuál es la conexión entre las disidencias de las Farc y los presuntos narcos Jesús Santrich y Marlon Marín?

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
12 de abril de 2018

De todas las claves que usaban para comunicarse por teléfono los prósperos exportadores de coca que fueron capturados esta semana –dentro de ellos Jesús Santrich y Marlon Marín, sobrino de Iván Márquez de la Farc – hay un término cuyo alcance las autoridades dicen no tener del todo claro.

Era obvio que cuando hablaban de “Sino” se referían a Sinaloa o cuando abreviaban “Michoa” se remitían al cartel de Michoacán. Fácil resultaba deducir que cuando pactaban la entrega de los dineros en “sol”, en realidad querían decir que lo harían en Miami o incluso después de varias horas de interceptaciones, era lógico prever que cuando mencionaban a “Trichi” era de Jesús Santrich de quien hablaban. Más complejo resultó derivar que los “televisores” de los que intercambiaban tantos datos en sus llamadas eran en realidad kilos enteros de coca, pero aun así los suspicaces investigadores de la fiscalía y de la DEA llegaron a la pepa del asunto.

Con la clave que no pudieron –según dicen cuando se les pregunta sobre el tema– es con la que se refiere a “la familia”. ¿Son los miembros únicos de esa “familia” Armando Gómez, Marlon Marín, Fabio Younes y el propio Santrich o hay otra “familia extendida” de la que hacen parte guerrilleros que se quedaron en las retaguardias de las Farc o ‘grupos residuales’ como los llaman ahora para reducir su verdadera dimensión?

“La familia”, para algunas fuentes de la fiscalía y para la propia justicia norteamericana, puede ser más grande de lo que en principio se ve. Por ejemplo, debe haber muchos ‘primos’ en los frentes primero y séptimo de las Farc con los cuales algunos líderes como Santrich, parecen permanecer aún en contacto. 

¿De dónde, sino del Guaviare con sus cerca de 1,000 hombres en armas y en plena actividad ilícita, iban a sacar 10 toneladas de coca para exportar a cambio de 15 millones de dólares como pretendían? Para hacerlo necesitaban de una estructura como esa que lidera Gentil Duarte y sobre la cual los gringos tienen serias sospechas de ser el origen de la coca de la que se habla en todas las llamadas. De hecho, en alguna de las interceptaciones en poder de la fiscalía se mencionan demoras que podrían presentarse por algunos bombardeos en la zona de donde sacarían la droga y ¡oh, qué curiosidad!, coinciden las fechas de las grabaciones con las de operaciones desplegadas por las Fuerzas Militares a finales de marzo de este año precisamente en el Guaviare.

Aunque ni el ministro de defensa ni nuestra fuerza pública y mucho menos el presidente Santos reconozcan que las disidencias son más grandes y más poderosas de lo que han dicho inicialmente y la justicia se demore en establecer formalmente el vínculo entre algunos de los que ocuparán curules en el Congreso y los demás ‘familiares’ que no se acogieron al acuerdo, será cuestión de tiempo para que en otras circunstancias, y con otro gobierno, la verdad salga a la luz.

Y agrego un par de preguntas más: ¿Sabía “la familia” –la natural y la extendida– lo que intentó hacer Marlon Marín con las platas y los contratos que debían ser usados para la seguridad social de los guerrilleros en tránsito a la vida civil y que él desde un comienzo se intentó tumbar? ¿Era consciente “la familia” –el ‘tío Iván’ y los demás– de los chanchullos que en por lo menos 161 municipios de posconflicto y con la participación de intermediarios, alcaldes y algunos gobernadores, lideraba el poderoso Marlon?

La “familia” del nuevo partido Farc tiene muchas explicaciones que dar. O se sacuden de las ovejas negras (que existen hasta en las mejores familias) o ratifican lo que muchos colombianos creen: que no han dejado sus turbios negocios y que su voluntad de paz jamás existió.

 

Twitter @JoseMacevedo

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