Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

Relación Bogotá-Washington en “cuidados intensivos”

En solo dos meses se han presentado cinco acontecimientos que muestran la crítica situación en la que se encuentra la relación bilateral entre Estados Unidos y Colombia

Miguel Ceballos Arévalo, Miguel Ceballos Arévalo
10 de junio de 2017

Las relaciones diplomáticas entre Washington y Bogotá han entrado en uno de los periodos más críticos de su historia. Dos países que por décadas se han considerado a sí mismos como los mejores aliados en la región, enfrentan hoy grandes retos en la implementación de su agenda bilateral.

A partir de abril de este año se han presentado cinco acontecimientos que dejan ver un cambio notorio en la relaciones con el gigante del norte:

1. El 14 de abril la noticia de una reunión del Presidente Trump con los ex presidentes Pastrana y Uribe, inicialmente minimizada y hasta ridiculizada, fue posteriormente confirmada por la propia Casa Blanca. Más allá de lo anecdótico del encuentro, es claro que si Trump aceptó la reunión fue por qué quiso tener una visión de Colombia distinta a la que el gobierno Santos le podría ofrecer, lo cual puede ser interpretado como una “fisura” en la confianza entre los dos gobiernos.

2. El 19 de mayo el Presidente Santos se reunió con Donald Trump, en ese encuentro se mantuvieron las formas diplomáticas e incluso hubo una amable felicitación al presidente Santos por su Nobel de paz, sin embargo el grueso de la rueda de prensa se centró en la preocupación de Washington por el desproporcionado aumento de la Coca en Colombia, hasta el punto que Trump terminó dándole casi la “orden” a Santos de resolver pronto este problema. En este contexto, como lo afirmó Cynthia Arnson, una de las voces más autorizadas sobre América Latina en Washington, el narcotráfico marcará las futuras relaciones bilaterales, sin que la consolidación de paz sea prioritaria.

3. El mismo 19 de mayo el ahora ex embajador en Washington Juan Carlos Pinzón, sin que del presidente Satos hubiese aun concluido su visita, renunció a su cargo para no inhabilitarse en sus aspiraciones presidenciales. Su salida, en un momento tan delicado en la relación bilateral, dejó un gran “boquete” que tendrá que ser cerrado por el nuevo embajador Camilo Reyes, quien no obstante contar con grandes cualidades personales y diplomáticas, no tiene el mismo peso del ex ministro de defensa, amigo personal y pupilo de Santos.

4. El 23 de mayo, ahora sí la administración Trump anunció un recorte del 35% en la ayuda de Estados Unidos para Colombia, lo cual implica una reducción en 140 millones de dólares, confirmado su interés por que los recursos sean utilizados en la lucha contra el narcotráfico y no en la implementación de los acuerdos con las FARC, oponiéndose así a la propuesta del gobierno Santos que pretendía renombrar la ayuda de Washington bajo el nombre de “paz Colombia”, para reemplazar el exitoso y legendario “plan Colombia”, la verdad es que eso también le salió mal a la Casa de Nariño.

5. El 7 de Junio, hace apenas tres días, en un hecho sin precedentes en la historia de las relaciones bilaterales, el Embajador de Estados Unidos en Colombia Kevin Whitaker envió una dura carta dirigida al Presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, en la que manifiesta su descontento por la libertad que el alto tribunal concedió al guerrillero de las FARC, Julio Enrique Lemos Moreno, solicitado en extradición por la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York quien lo acusa por el secuestro de un ciudadano de ese país. La queja del Embajador se funda en que lo acordado con las FARC acerca de la no extradición de sus miembros, no debería cobijar a Lemos pues, según Whitaker, este obtuvo un beneficio personal por cuenta del mencionado secuestro, lo cual es contrario a lo acordado pues solo se perdonarían actividades ilícitas dirigidas a financiar la rebelión.

Estamos entonces frente al primer reclamo oficial de un gobierno extranjero por la aplicación de los acuerdos de paz en materia de justicia, en medio del limbo jurídico en que se encuentran nuestras instituciones por cuenta de la falta de reglamentación de la Jurisdicción Especial para la Paz, en nombre de la cual se han empezado a liberar miembros de las FARC acusados de los más graves delitos.

Llegó el momento para que la comunidad internacional que de buena fe ha apoyado el proceso de paz, se convierta ahora en fiscalizadora de los impactos negativos de su implementación, pues al haber apoyado incondicionalmente al gobierno Santos, es corresponsable de la crisis que se ve venir.

*Ex viceministro de justicia. Decano de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda.
@ceballosarevalo

Noticias Destacadas