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¿A falta de Duque, bueno es Macías?

¿Cómo romper el círculo vicioso en que hemos vivido frente a las protestas indígenas los últimos 33 años? Acuerdos, paro, incumplimiento, pérdidas, paro, heridos, muertos…etc.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
25 de marzo de 2019

Dar la vida por la tierra no es el objetivo del movimiento indígena, van más allá. Están dispuestos a dar la vida por su organización, por sus formas de expresión, por defender su autonomía, pero esencialmente para que su voz sea respetada.

Y tienen razón. Parte de la existencia vital es ser respetado, la primera razón que da origen a un conflicto es no atender al otro: “Vé, parame bolas que te estoy hablando”.

Lo segundo es el incumplimiento de lo acordado, no una, no dos, ni tres, sino desde el año 86 los gobiernos prometen y luego sin consensuarlo alteran los compromisos, los extienden en el tiempo o simplemente los incumplen.

Así ha sido.

Como el hilo se rompe por lo más delgado, la actitud institucional es totalmente diferente frente a actores diversos de la sociedad: cuando antes decidieron salvar los bancos, o ahora alguna empresa como Electricaribe y otras antes, el gobierno corre, se muestra diligente, hay titulares en los medios.

Eso contrasta con la manera como se tratan otros conflictos. Todos vemos, todos nos enteramos de las diferencias incluidos los indígenas, aunque quienes gobiernan piensen que no. Nos queda claro que no todos los sectores son tratados como iguales ante la ley.

De allí la certeza política de que ante quienes manejan y han manejado al gobierno nacional, los indígenas, los campesinos y los afrodescendientes se pueden por “debajear”.

¿Cómo romper el círculo vicioso en que frente a las protestas indígenas hemos vivido los últimos 33 años? Acuerdos, paro, incumplimiento, pérdidas, paro, heridos, muertos…etc.

“¿Para qué piden tierras si son improductivos?”, pontificó Rafael Nieto, el excandidato del Centro Democrático que es ejemplar produciendo plata con los contratos estatales en MinDefensa y quien nunca ha sembrado una papa.

“Están infiltrados por las disidencias” dijo el ministro de Defensa Botero. “Y ustedes por el paramilitarismo, que nos asesina desde hace décadas,” dicen los indígenas.

Mientras, reivindican su autonomía y su protesta.

Lo cierto es que hay actos de fuerza que devienen en violencia y que pueden agravarse aún más.

Sí lo medimos por el levantamiento del bloqueo a la vía Panamericana, todo indica que a la delegación del Gobierno no le fue bien en las mesas técnicas la anterior semana.

Sin embargo, consiguió que los gremios reiteraran algo ya conocido y es su petición de que el presidente no vaya al Cauca mientras se mantengan los bloqueos.

Los puntos de vista de uno como de otros son comprensibles, lo que no es, es como país, quedarnos solo con la alternativa de los hechos de fuerza. Por ese camino siempre hemos terminado mal.

¿Qué hacer?

¿Podría el Congreso adelantar una sesión formal con los indígenas en su territorio?

Algo así como “el Congreso al parque”.

Ayudaría que una de las ramas del poder público, se involucre ya en la crisis con los indígenas como un acto formal.

Un cabildo abierto en tiempos del bicentenario desarrollado en la María, u otra de las zonas donde está concentrados los pueblos nasa, yanaconas, etc. Y, que se transmita el debate para que la nación toda, tenga elementos de juicio, y que estén presentes con voz los gremios, los gobernadores, todo el mundo.

Debemos repensar esta democracia, ser capaces de imaginar nuevas formas porque de lo contrario, la tentación de aplastar por la fuerza de las armas, el poder económico y los códigos la protesta social es la repetición de un camino torpe que ya sabemos dónde llega.

Una experiencia de este tipo podría darnos ganancias a todos y descubrir soluciones incluyentes a problemas que nos angustian hasta el desespero.

Busquemos salidas para no terminar afirmando con tono de escándalo como el excandidato Rafael Nieto que lo que quieren los indígenas, es gobernarnos.

¡Imagínense!

Lo afirma, como si eso fuera una violación a la Constitución que claramente, dice que todos, incluido él señor Nieto, podemos elegir y ser elegidos.

@alvarojimenezmi

ajimillan@gmail.com

Adenda: El libro del expresidente Santos le ayuda al Uribismo en su clima político de promover la polarización. Nadie sabe pa’ quien trabaja.