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Coronación en el Palacio de Miraflores

Las Farc son hoy un grupo guerrillero, terrorista y narcotraficante al que cuatro países le están pidiendo cita

Semana
10 de noviembre de 2007

Produce rabia ver al guerrillero Iván Márquez encaramado en el Palacio presidencial de Miraflores en Venezuela. Desde luego que si eso no ocurría con él o con cualquier otro miembro de las Farc, este proceso de tallar el intercambio humanitario no habría comenzado. Pero produce rabia.
 
Tanta, que El Tiempo tituló 'Farc lograron pisar Palacio de Miraflores', y El Nuevo Siglo, 'Farc volvieron gratuitamente al escenario internacional'. Ambos titulares con su tinte crítico, desde luego, por el protagonismo que recuperaron las Farc.
 
Ni el país ni los familiares de los secuestrados resistirían un nuevo fracaso. Pero me temo que los resultados de esta primera cita en Caracas indican que al objetivo claro y preciso de realizar un intercambio humanitario como lo entienden y contemplan los protocolos de Ginebra, se le colgaron otras arandelas que desvían el objetivo principal de esta figura: aliviar la situación calamitosa que desde hace años atraviesan unos colombianos. Y punto.
 
Mientras Márquez insistió en el despeje, que no es ni de lejos un requisito necesario para devolver unos secuestrados si de verdad se quiere devolverlos, planteó además la imposible circunstancia de una cita entre Chávez y 'Tirofijo' en el corazón de la guerra que se libra en las selvas del país.
 
No sólo, pues, se insiste en el despeje, sino que a eso se le encima la cita del Yarí. Casi podríamos asegurar que el intercambio humanitario se complicó más después de que Iván Márquez estuvo en Miraflores.
 
Acordar el intercambio no es el fin del conflicto ni puede ser utilizado por las partes para mejorar su posición política. Si a las Farc les interesa más que las saquen de la lista de terroristas internacionales que liberar a los secuestrados, lo que es muy posible; y si Chávez utiliza su papel de mediador como cortina de humo para el zarpazo que está a punto de darle a la Constitución de Venezuela, lo que también es muy posible, pasarán muchos años antes de que se logren construir los puentes del intercambio humanitario.
 
"La mediación de Chávez es a la vez válida y riesgosa", dice el editorial de El Tiempo. Lo de válido ya lo habíamos analizado: es el único en el planeta que puede hacer el mandado que le encargó el presidente Uribe.
 
Lo de riesgoso no lo hemos analizado a cabalidad.
 
Hoy las Farc son un grupo guerrillero, narcotraficante y terrorista al que actualmente le están pidiendo cita cuatro países: Venezuela, Francia, Estados Unidos y Colombia. Eso no pasaba hace seis meses. Tanta vitrina amenaza con devolverles la legitimidad internacional que perdieron en el gobierno Pastrana y hasta ahora había contenido el de Uribe.
 
Para completar, si las autoridades gringas permitieron que Piedad Córdoba se reuniera con 'Simón Trinidad' y con 'Sonia', ni siquiera es absurda la posibilidad de que permitan que los devuelvan a Colombia a cambio de la liberación de los tres norteamericanos.
 
Y todo esto, a cambio de no haber realizado el despeje de Florida y Pradera. Por eso lo pregunto, con puro propósito de armar la controversia: ¿Qué era más caro? ¿El despeje, o la coronación en el Palacio de Miraflores?
 
Me temo que tanto a las Farc como a Chávez les convenga, por razones políticas distintas, extender lo máximo lo que han denominado la etapa de los "encuentros explorativos". Pero si de verdad hay ánimo de las Farc y del gobierno colombiano de realizar el intercambio, no hay nada que explorar. Lo que hay es que actuar.
 
Nos queda la esperanza de que el presidente Chávez esté asumiendo con la seriedad que exige la solución de la calamitosa situación de nuestros secuestrados. Y que se dé cuenta, para no dejarse enredar, de que los cabecillas de las Farc son unos magos para poner al resto del mundo a marchar al ritmo del reloj de ellos, dilatando, dilatando, dilatando… como es evidente que fue a hacer el señor Márquez a Caracas.
 
Senadora Piedad: ojalá que tras su valiosa colaboración en Venezuela no nos traiga a Colombia sino el anuncio de que las Farc no se bajan del despeje, y que antes de negociar el intercambio, ahora hay que negociar la cita de Chávez con 'Tirofijo'.
 
Porque esa condición tampoco existía hace seis meses.
 
 
 
 
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