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La Constituyente y los secretos de Maduro

La Asamblea Constituyente que legalizará la dictadura en Venezuela ha sido elegida. Al mismo tiempo Maduro una vez más amenaza a Santos con divulgar “los secretos de La Habana”.

Juliana Londoño, Juliana Londoño
31 de julio de 2017

A pesar de los paros, las amenazas, los mediadores espontáneos y las gestiones internacionales, en Venezuela pasó lo que se sabía que iba a pasar: la Asamblea Constituyente fue elegida pasando por encima de la voluntad popular y al parecer comenzará a sesionar esta semana. Aunque Maduro anunció que había propuesto a la oposición un aplazamiento por 15 días la elección de los constituyentes para hacer en el interregno elecciones generales, la omnímoda asamblea pocos días después de todas maneras hubiera consagrado la dictadura chavista.

No obstante lo irregulares que han sido, tanto la selección de los candidatos a la Constituyente como las modalidades para su funcionamiento y las elecciones mismas, la oposición y la comunidad internacional por ahora tendrán que limitarse a hacer el seguimiento de las normas que serán incorporadas a la nueva Carta Magna. Que por cierto han sido anunciadas varias veces por el mandatario venezolano.

El hecho de que el presidente Santos y otros gobiernos hayan anunciado que no aceptarán los resultados de la Constituyente, que además no se conocerán sino hasta el final de las sesiones, en nada modifica las cosas. Venezuela durante la mayor parte de su existencia como nación independiente ha sido regida por gobiernos dictatoriales y Colombia su vecina, ha debido mantener las relaciones con ella con cualquier modalidad que sea.

En medio de sus bravuconadas de fin de semana, a raíz del anuncio de Santos, Maduro renovó las amenazas de revelar los “secretos” de las negociaciones con las Farc en La Habana, a los que tácitamente ha calificado como una “bomba”. ¿Por qué hasta ahora no lo ha hecho? ¿Acaso porque no son secretos y “la bomba” sería como el disparo con una pistola de agua? ¿Tal vez porque podrían afectar igualmente a sus amigos de las Farc? ¿De pronto porque molestarían también a los demás Estados participantes, incluyendo a Cuba? ¿O, porque podnría en evidencia “al cartel de los soles” y a algunos dignatarios de su Gobierno, señalados por sus vínculos con el narcotráfico? ¿Pensará que fortalecería a la oposición colombiana, que ha sido incluso más dura que el Gobierno en sus críticas al régimen venezolano?

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Mientras que Maduro o cualquier suplente, tenga el apoyo de los militares y del Gobierno cubano, el régimen sobrevivirá, aunque solo cuente con el respaldo internacional de algunos Estados caribeños, de Nicaragua, China, Irán, Corea del Norte, Bolivia, Rusia y las Farc. De todas maneras, aunque el precio del petróleo ande por el suelo y el Gobierno esté descalificado nacional e internacionalmente, las extraordinarias reservas de hidrocarburos y de hierro de Venezuela, siguen ahí.

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Entre tanto, la migración hacia Colombia continuará y necesariamente incrementará la inseguridad, el desempleo y la dificultad de acceso a nuestro colapsado sistema de salud…parece que fuera una venganza chavista de ultratumba. 

(*) Profesor de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.

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