Home

Opinión

Artículo

¿Cuánto cuesta Moncayo?

José Manuel Acevedo Medina cuenta que la presencia del caminante por la paz en Bogotá no sólo es cuantificable mediáticamente sino que su caso también se puede medir con plata contante y sonante

Semana
8 de septiembre de 2007

Lo del profesor Moncayo no es únicamente solidaridad de espíritu, cesión de espacio público y pesar por su dolor infinito y enteramente justificable. También es política, como ya lo hemos visto, y sobre todo plata y dolores de cabeza que se comienzan a notar, así a los líderes de la izquierda les interese mantener el tema en silencio.

Hace poco, la periodista radial Jessica López dio a conocer la respuesta de un derecho de petición enviado a la Alcaldía de Bogotá, más concretamente a la Subsecretaría para asuntos de convivencia y seguridad ciudadana, en el que preguntaba cuánto le cuesta a Bogotá mantener la expedición Moncayo quien parece más atornillado que nunca a la Plaza de Bolívar, a la que llegó con la venia del Alcalde Lucho Garzón y de la que ha prometido no irse sino hasta lograr la liberación de su hijo.

Pues bien, lo que la periodista y todos nos temíamos resultó ser cierto. La llegada del profesor Moncayo a Bogotá no sólo es cuantificable mediáticamente o a través de las encuestas de opinión o por conducto de los réditos políticos que muchos, incluido él mismo, han conseguido a lo largo de estos días. La cosa se puede medir también con plata contante y sonante.

Bogotá ha gastado en alimentación y hospedaje del profesor y su familia más de 14 millones de pesos. Solamente en las jornadas iniciales fueron invertidos poco menos de 35 millones de pesos. Los 5.000 botones, 750 camisetas, 10.000 pitos y 4.000 inflables que se emplearon para la llegada de Moncayo, le costaron al Distrito, o mejor, a las bogotanas y bogotanos, 20 millones de pesos. Todo esto en el marco de una estrategia en procura de un Acuerdo Humanitario que desde 2005 viene adelantando el Alcalde Lucho Garzón, quien ha gobernado más en función de su campaña presidencial que en beneficio de los intereses locales que están muy lejos del despeje de Florida y Pradera que pregona Garzón.

Así es como de 2005 a 2007, el Alcalde ha invertido 861 millones de pesos en la dichosa campaña pro–acuerdo humanitario.
Hoy la administración anda encartada con Moncayo. Según el propio Andrés Restrepo, delegado por el Alcalde para estos temas, “la administración viene pidiendo de manera reiterada la salida de la Plaza de Bolívar del profesor Moncayo, pues su permanencia allí superó todos los pronósticos y cálculos”. Lo que no sabe el señor Restrepo es que el profesor no se irá así de fácilmente. Llegó para quedarse, y ni el Polo, ni Piedad, ni Chávez le permitirán a Lucho que le devuelva la Plaza de Bolívar a todos los bogotanos, como tendría que ser.
Entretanto, le corresponderá a la Alcaldía, que, repito, somos todos, seguir pagando la estadía de Moncayo en Bogotá, pues ni los medios de comunicación que tanto lo alabaron, ni los políticos que tanto lo utilizaron, pagarán un solo peso por una aventura que nunca ha debido ser.

Columnista y articulista free-lance. Estudiante de Ciencia Política y Derecho de la Universidad de los Andes.