OPINIÓN
Ecopetrol y la mermelada para Ordóñez
El trasteo progresivo de la gente de Ordóñez a Ecopetrol empezó en 2015 y paradójicamente bajo el argumento de la transparencia.
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Buena parte de las fichas de Alejandro Ordóñez, que estaban en la Procuraduría, vienen siendo ubicadas en puestos de Ecopetrol. Lo curioso es que mientras Ordóñez se proclama como el estandarte de la moralidad pública, sus ahijados ordeñan al gobierno que tanto critican. Al menos 18 antiguos funcionarios de Ordóñez han entrado a engrosar la frondosa nómina de la
compañía petrolera, de mayoría estatal, cuyos nombramientos aumentan mientras el precio internacional del crudo cae en picada.
El presidente de Ecopetrol es el conservador Juan Carlos Echeverry quien siendo ministro de Hacienda acuñó la famosa expresión “mermelada”. Refiriéndose a la nueva ley de regalías -creada por él para quitarles recursos a las regiones petroleras- Echeverry dijo “Vamos a esparcir la mermelada por toda la tostada nacional”.
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Todo indica que a su copartidario Alejandro Ordóñez le tocó su untadita. Curiosamente la escalada clientelista del “ordoñismo” en Ecopetrol se incrementó unos meses después de que la Procuraduría de Ordóñez iniciara una investigación contra el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, por el escándalo de Reficar.
El trasteo progresivo de la gente de Ordóñez a Ecopetrol empezó en 2015 y paradójicamente bajo el argumento de la transparencia.
La encargada de vigilar el estricto cumplimiento de las normas en Ecopetrol previamente era la secretaria general de la Procuraduría de Ordóñez. Vale recordar que la segunda elección de Ordóñez como procurador fue anulada justamente por entregar cuotas burocráticas a los magistrados que lo nominaron. La santa patrona de la transparencia en Ecopetrol se llama María Juliana Albán Durán y hoy ocupa el cargo de vicepresidente de Cumplimiento Corporativo.
Para ayudarla en esa noble tarea fue nombrada gerente de Asuntos Éticos de Ecopetrol la doctora Andrea del Pilar Álvarez, quien fuera la secretaria jurídica de Ordóñez.
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José Pablo Santamaría Patiño, que ocupó bajo Ordóñez las procuradurías delegadas para la Policía Nacional y la Vigilancia Administrativa, es hoy el gerente de Control Disciplinario de Ecopetrol.
Julián García Wren, el jefe de prensa de Alejandro Ordóñez y un agresivo usuario de las redes sociales en cualquier tema de interés para el ahora candidato, trabaja hoy para la división de comunicaciones de Ecopetrol apoyando al área de cumplimiento. En ese mismo departamento está otra funcionaria heredada de la procuraduría Ordóñez, doña Mónica Juliza Saavedra.
La lista de los funcionarios de Ordóñez que hoy están en Ecopetrol continúa con Guillermo Andrés Gómez, Simón Villamizar, Yohaira Bernal, Lina Rocío García, Inés Socorro Ibarra, Paula Andrea García, Fernando José González, Olga Mariela Berrío, Jackeline García, Néstor Valdivieso y Vilma Rubio.
Como si fuera poco, una sobrina política de Alejandro Ordóñez también fue nombrada en Ecopetrol. Ana Carolina Lineros Hernández es profesional 1 de la petrolera. Ella es la sobrina de doña Beatriz Hernández, la esposa de Ordóñez y cancerbero de la campaña de su marido.
No es la primera vez que Ordóñez trabaja para colocar a Ana Carolina en un buen puesto.
Recién elegido como procurador, Alejandro Ordóñez empezó a nombrar recomendados de sus electores en el Ministerio Público. Uno de esos electores fue el senador Javier Cáceres –conocido como Chuzo y después condenado por parapolítica– a quien le entregó la cuota respectiva con la designación de su asesor Fabio Yezid Castellanos como procurador delegado para la moralidad pública. 28 días después, Chuzo correspondió el favor nombrando a la sobrina política de Ordóñez como su asistente senatorial con la más alta asignación posible.
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Este caso y otros de favorecimiento a allegados y familiares de Ordóñez están contados en una columna de 2010 llamada ‘Hombre de familia’. (Vea el artículo completo)
Juan Carlos Echeverry no respondió mis llamadas ni mensajes. No hay ninguna explicación oficial sobre esta operación burocrática masiva que –como reza el eslogan de Ecopetrol– le permite al ordoñismo guardar “Energía para el futuro”.
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