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Debacle financiera en Barranquilla

La administración Hoenisgberg se caracterizó por el desbordamiento brutal de los gastos de funcionamiento

Semana
20 de febrero de 2008

Los barranquilleros nos despedimos del carnaval y, por primera vez en el año, tornamos la vista hacia la realidad, lo cotidiano por enfrentar. En ese gesto quedamos congelados, al comprobar el estado en que recibió las finanzas distritales el nuevo alcalde, Alejandro Char.
 
De un sólo golpe descubrimos que el “Acuerdo Social por la Ciudad” como pomposamente definió la administración anterior su plan de desarrollo 2004-2007 fue un perfecto fracaso y, peor, que los gastos descontrolados dejaron una deuda nueva de casi 222 mil millones, además de los compromisos negociados a través de la ley 550. Dicho en otras palabras: viene una tormenta tropical de embargos y si la Nación no le echa una mano a Char para pagar, estamos condenados a la parálisis total en medio de una situación financiera catastrófica.
 
El ex alcalde Hoenisgberg —de nuevo tras las rejas donde también se haya el cura Hoyos, su mentor, involucrados en dos procesos comunes— dejó una nómina inflada de 13.000 empleados, de los cuáles 1.300 son funcionarios de la administración central y 6.000 profesores, última cifra que contrasta con el atraso escandaloso de la educación pública en Barranquilla similar al estado de los servicios de salud.
 
De manera que al terminar el periplo carnavalero que empalmó con la navidad y sirvió de cortina de humo a Hoenisgberg para entregar el desastre, oculto tras tambores y máscaras, los ciudadanos hemos quedado perplejos ante la confirmación con cifras de lo que todos repetíamos a sotto vocce: el alcalde estaba dedicado a esquivar la cárcel y su administración desviaba recursos e incumplía la mayoría de los 542 proyectos con que embrujó a sus votantes.
 
Según, el director de la Fundación Protransparencia de los $13.124 millones de los recursos nacionales de la participación con destinación específica para capacitación de adultos, sólo invirtieron $283 millones. De 160 proyectos de infraestructura realizó sólo 15; de 35.000 viviendas de interés social prometidas apenas 740 llegaron a construirse y no alcanzó a entregarlas; la legalización de 54.000 predios ilegales quedó en 2.996. Y podría continuar enumerando casos.
 
La administración Hoenisgberg se caracterizó por el desbordamiento brutal de los gastos de funcionamiento ($60.000 millones) y no respetó el acuerdo de pasivos. Bien dicen sus conocedores “Guillo es un mago para la contabilidad” y añado, muy creativo para presentar balances a Planeación Nacional; sin desconocer tampoco que es un especialista en evadir responsabilidades penales, realizar actos masivos de respaldo y sobrevivir declarándose perseguido político y víctima de confabulaciones demoníacas. Con un plus: es supremamente creyente y practicante con el aval de la alta jerarquía católica.
 
El panorama que encuentra el optimista y positivo Alejandro Char es negro, con el agravante de que ya su elección está demandada y están saliendo a la superficie cargos tremendos en contra de Urvisa/Cementos Argos, firma urbanizadora con la cual desarrolló proyectos de vivienda desde su oficina privada, lo que lo obliga, sin lugar a dudas, a declararse impedido y solicitar un alcalde Ad hoc para que maneje el proceso abierto por la CRA (Corporación Autónoma Regional del Atlántico) por la grave afectación del ecosistema del corregimiento de La Playa por desecación de humedales.
 

*Lola Salcedo es una reconocida periodista barranquillera ganadora del premio Semana-Petrobrás 2007 a la mejor columnista. (losalcas@hotmail.com)

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