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J U A N &nbsp;&nbsp; <NOBR>C A M I L O</NOBR> &nbsp;&nbsp; <NOBR>R E S T R E P O</NOBR>

Del teatro a la Economía

En las piezas de teatro hay escenas lúgubres seguidas de otras llenas de luminosidad.

Semana
27 de diciembre de 1999

En las piezas de teatro hay escenas lúgubres seguidas de otras llenas de luminosidad. La diferencia entre unas y otras es una simple caída de telón. En breves segundos cambia radicalmente el decorado.

Infortunadamente en economía las cosas no se suceden de esa manera. Los cambios se dan gradualmente . Y eso es precisamente lo que está aconteciendo con la economía colombiana: se comienza a ver el inicio de la fase de la recuperación. El punto más bajo parece haberse superado, y estamos iniciando —aunque levemente es cierto— el ciclo ascendente.

A algunos les parece esto un signo de insoportable optimismo. Querrían que el país se siga flagelando exclusivamente con el látigo de las noticias negativas. Y les encanta, por supuesto, poner la lupa amplificadora sobre las cosas malas e ignorar la mención a cualquier signo de recuperación.

Otros pensamos diferente: creemos que el optimismo fundamentado es sano, siempre y cuando no sea fantasioso. El primero genera energías colectivas. El segundo desorienta.

Quisiera enumerar, entonces, algunas razones en las cuales fundamento mi optimismo de que la economía colombiana está iniciando la fase de recuperación:

* Después de cinco trimestres de caída continua en la producción, para el tercer trimestre de 1999 se estima un ligero aumento en el nivel del PIB con respecto al segundo trimestre del año en curso Aunque leve, significa un alentador cambio de tendencia en cuanto que el PIB ha dejado de caer

* Con excepción de la construcción, en los restantes sectores se observa una caída cada vez menos pronunciada en su producción, cuando se compara con igual período del año anterior.

* Una interesante señal del inicio de la recuperación de la demanda está dada por el comportamiento de las importaciones globales que, después de una caída libre durante el primer semestre, se estima que aumentarán 1,5 por ciento en el tercer trimestre, y las de materias primas lo harán en un 6 por ciento . De nuevo: el cambio es aún tenue, pero no por ello deja de ser una modificación de la tendencia.

* Gracias a la evolución de la tasa de cambio durante el último año, que logró quebrar la tendencia revaluacionista que traíamos, las exportaciones no tradicionales crecieron 5 por ciento en el tercer trimestre.

En lo que va corrido del año las mismas no tradicionales (es decir, sin contar café ni petróleo) hacia Estados Unidos, y contrariamente a lo que afirmaba hace poco el ex presidente López Michelsen, se han incrementado en un notable 24 por ciento .

No es coincidencia, por lo tanto, que un puerto como el de Barranquilla haya registrado en el mes de noviembre de este año el movimiento de carga más alto de su historia.

* La demanda de energía, indicador líder de la actividad económica, continuó su tendencia de recuperación en octubre y noviembre. En octubre se observa una mejoría (una vez se ajusta el indicador por días hábiles), y en noviembre la caída respecto al año anterior es la menor desde agosto de 1998.

* Consistentemente, las encuestas empresariales de los últimos tres meses dan cuenta de que se ha iniciado una reducción de inventarios y una gradual reactivación de los pedidos.

* E1 país retornó al mercado voluntario de bonos de Nueva York hace pocas semanas, obteniendo tasas de interés más benéficas que países como Argentina o Turquía. Y ojo: esto se logró en los mismos días en que la guerrilla desataba una embestida sin precedentes, en que volvían a estallar las bombas terroristas, y cuando la carretera Panamericana estaba obstruida aislando el sur del país.

¿Quiere decir esto que vamos a tener un año brillante? No. El crecimiento de 1999 será en su conjunto negativo. La mejoría que empieza a observarse en el segundo semestre no alcanzará a compensar el pésimo primer semestre que tuvimos, como por lo demás lo tuvieron otros muchos países latinoamericanos. Pero lo que sí parece evidente es que el punto más bajo ya lo superamos y, poco a poco, estamos empezando a ver mejoras.

Algunos dirán que aún es poca cosa. Otros decimos que es un interesante cambio de tendencia que va a conducirnos por la senda del crecimiento positivo del orden del 3 por ciento en el año 2000.

Además de los indicadores de coyuntura, están también sembradas las semillas de una sólida recuperación: la inflación permanece moderada en un dígito, la tasa de cambio ha recuperado cerca de 20 puntos reales en el último año, y las tasas de interés han registrado el más severo descenso en varias décadas: cerca de 25 puntos en el último año. Estas semillas retoñarán más temprano que tarde en términos de recuperación económica.

Quedan por supuesto muchas tareas inconclusas por delante. Pero la principal es sin duda la fractura del canal crediticio que sigue gravemente averiado. Los esfuerzos para repararlo son inmensos. E1 saneamiento de la banca pública que está en marcha, el fortalecimiento patrimonial de la banca privada y las importantes leyes de vivienda y de intervención económica que discute actualmente el Congreso, van en la dirección correcta.

Entre el pesimismo flagelante y el optimismo razonado me quedo definitivamente con el último. Tengo sobrados motivos para ello.

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