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Se requieren diálogos interétnicos, no técnicos

Los dos ministros no cumplen con las características sociológicas, históricas o de autoreconocimiento de la población afrocolombiana.

Viviana Manrique Zuluaga, Viviana Manrique Zuluaga
16 de septiembre de 2013

Las políticas públicas en un país con diversidad multiétnica y pluricultural como Colombia requieren de un diseño étnico y no técnico, es decir, el componente que responda a sus realidades y no a las generalidades nacionales. Esto significa, que se requieren políticas acordes a las necesidades y al entorno en que viven nuestros grupos étnicos, entre ellos, indígenas, afrocolombianos, palenqueros, raizales y gitanos. Cada uno con sus características particulares y su historia.

La semana pasada conocimos dos hechos muy importantes para los grupos étnicos en Colombia. El primero, la entrega de tablets a pueblos indígenas del Guainía, y el segundo, la cumbre mundial de alcaldes y mandatarios afro en Cali. Frente a los dos sucesos nos quedaron varias inquietudes.

En cuanto al primero, la Revista SEMANA en su versión física publicó la siguiente como frase de la semana: “Ministros, table sin internet es table sin poder”, tomada de una cartelera en el evento durante el cual se entregaban 3.600 tablets  a la población indígena en el departamento de Guainía, con el fin de darles una herramienta para que terminen el bachillerato, una loable intención donde no hay conexión  a internet. 

Uno se pregunta para qué hacer un evento y hacer una entrega de este tipo si no se va a poder utilizar. ¿Se quieren mostrar hechos para engañar a la ciudadanía? ¿O se desconoce por el gobierno nacional la ubicación de cobertura por el servicio de internet? ¿No hay comunicación entre el ministro del Interior y el de Telecomunicaciones? Donde queda el enfoque diferencial de estas políticas.

En cuanto a la cumbre, pensamos, es un escenario ideal en el que no solo se van a presentar los logros del gobierno nacional en cuanto a políticas para población afrocolombiana, sino que adicionalmente encontramos en el discurso del presidente Santos como un gran logro el hecho de tener supuestamente dos ministros del nuevo gabinete que representan a esta población: el ministro de Justicia y del Derecho, Alfonso Gómez Méndez, y el de Minas y Energía, Amílkar Acosta. 

Nos preguntamos entonces si el presidente tendrá clara la diferencia entre un afrocolombiano, un negro, un palenquero o un raizal.  ¿Dialogó previamente con las organizaciones de base o consejos comunitarios para tener un representante y nombrarlo ministro?

El día del discurso en la ciudad de Cali, asistentes en un 100 % de la población afrocolombiana escucharon por primera vez este gran logro y quedaron de una sola pieza. Los dos ministros no cumplen con las características sociológicas, históricas o de autoreconocimiento de esta población. No se trata solo de rasgos aparentemente físicos, se requiere cumplir con otros aspectos para afirmar con certeza que es un representante de un grupo étnico.

Hay un gran desconocimiento del país que tenemos, del valor de nuestra diversidad. Se usan los eventos públicos para mostrar resultados que van en contra de nuestra propia naturaleza y de nuestra identidad, con el fin de obtener réditos electorales. 

La ausencia de diálogo sigue siendo el talón de Aquiles de este gobierno, después de la multiplicidad de paros que hemos vivido que han demostrado la falta de conocimiento de nuestras regiones. No se ve un recorrido nacional profundo ni un el diálogo popular permanente. Si esto existiera habría un reconocimiento de nuestras regiones y de nuestras realidades, y no se cometerían errores como los dos hechos presentados anteriormente.

Gobernar es más que presentar resultados. Es conocer el país, es dialogar con los ciudadanos en las esquinas geográficas más recónditas. Paradójicamente ante este escenario se ratifica al alto consejero para el Diálogo Social, Luis Eduardo Garzón, mientras se renueva parte del gabinete, afirmando que dos ministros son afrocolombianos, que nadie reconoce como tal.

Así las cosas, nuestras políticas y actos públicos son cada vez más técnicos y menos interétnicos. 

*Directora del Observatorio de Drogas Ilícitas y Armas
Universidad del Rosario, Bogotá
Twitter: @vmanriquezul

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