Home

Opinión

Artículo

DIETOMANIA

El carácter dulce de Carolina era demasiado para la dictadura de mi organismo.

Semana
2 de septiembre de 1991

NUNCA PENSE, CUANDO COMENZO todo este calvario, que terminaría con mis kilos de más, acostada en el diván del siquiatra, tratando de liberarme del trauma que me dejaron Adriana, Carolina, Marta Rocío, la antidieta y las recomendaciones de Rita La Rosa, para perder siete kilos en 30 días, dizque comiendo rico y haciendo ejercicios suaves. Todo comenzó una mañana sobre la báscula. El exceso era de 10 kilos, según la tabla universal de pesos y medidas: a 1.68 de estatura, 56 kilos de peso. La primera parada de mi peregrinación fue donde Adriana. Dieta de un mes, comiendo lo que a uno le gusta, sólo que en porciones para enanos. Carne, pollo y pescado sí, pero 100 gramos. Jamón sí, pero una tajada. Queso sí, pero blanco y 50 gramos. Fruta sí, pero medio pocillo y ni hablar de vinos y licores, que quedaron out.
Para qué. A las tres semanas había bajado como un tiro cinco de los 10 kilos. Sólo que, flaca ya, también comenzó a flaquearme la voluntad, a pesar del pánico que me producían los controles