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Diez sobre 10

Démosle una mirada objetiva al programa de créditos-beca para los estudiantes más pilos que se lanzó esta semana.

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
4 de octubre de 2014

Salgámonos un instante de este mundo trágico de violencia, politiquería y justicia fallida del que lamentablemente tenemos que hablar cada semana en este espacio. Pensemos por un momento en que otra Colombia puede ser posible si damos los pasos en la dirección correcta.

Abordemos con seriedad el tema de la educación superior en Colombia y démosle una mirada objetiva al programa de créditos-beca para los estudiantes más pilos que se lanzó esta semana. Permítanme entonces compartir con ustedes 10 reflexiones que explican por qué creo que este programa le puede cambiar la cara a Colombia y por qué lo celebro sin demora, más allá de las críticas que he formulado en varias columnas frente al actual gobierno.

1. ¿Sabían ustedes que 17.000 de los 27.000 estudiantes sobresalientes de las pruebas ICFES -o ‘Saber’, como se llaman ahora- son jóvenes de estratos 1,2 y 3? ¿Sabían que alrededor de 5.000 de ellos nunca entran a una universidad a pesar de haber sido brillantes en el bachillerato? Con este programa y estas estadísticas en mente muchos de nosotros estamos abriendo los ojos para entender que hay una base social de jóvenes inteligentes a los que tenemos que darles una oportunidad para que sepan que hay vida después del colegio. Comprenderlo es ya un logro de entrada.

2. Me gusta el modelo que se propone porque, como en la pirinola, llegó el momento en que “todos ponen” (y todos ganan). Se compromete el Gobierno con recursos que ya están asegurados, pero también se comprometen las universidades privadas que abren sus puertas a los nuevos estudiantes que llegarán por miles.

3. En este último sentido la propuesta es ganadora también para los centros educativos acreditados en Colombia que recibirán cada día mejores alumnos, con lo cual se volverán más competitivos y en poco tiempo tendrán un lugar en los listados serios de ‘mejores universidades del mundo’.

4. Mientras más gente pila en cada semestre, más jalonarán hacia arriba los buenos a los regulares y el espacio de los mediocres en las universidades se irá reduciendo.

5. Hay razones para creer que esta vez la deserción disminuirá. El Gobierno no sólo apuesta por la condonación de la deuda educativa de los beneficiarios del programa en universidades de altísima calidad, sino que además otorgará subsidios de sostenimiento a los muchachos. El incentivo de una buena carrera gratuita con una buena ayuda para comer y vivir tendrá que funcionar.

6. Encontré en este programa una palabra clave que en Colombia se nos olvida con frecuencia: CONFIANZA. A los seleccionados no se les exigirá un promedio semestral determinado para conservar su beneficio. ¿Responderán autónomamente y se lucirán a lo largo de la carrera, o se conformarán con un 3,0 como nota? El premio nobel Muhammad Yunus sostiene que los pobres son los más cumplidos pagando sus deudas. No dudo que este laboratorio permitirá demostrar que nuestros jóvenes de estratos bajos serán los mejores sin la odiosa presión de la nota porque sus antecedentes en el colegio permiten preverlo.

7. Me gusta -y mucho- la idea de ver juntos a jóvenes ricos y económicamente privilegiados con los estudiantes pobres que serán beneficiados. ¡Esto sí que cierra brechas sociales! Las universidades deberán estar atentas a lograr una integración real y que no se creen guetos de pobres por un lado y niños bien por el otro.

8. Como la demanda de un programa así será tan alta y jóvenes de estratos 3 o por fuera del Sisbén también querrán beneficios como estos, a la ministra Gina Parody no le quedará alternativa distinta que buscar con creatividad proyectos similares que permitan darle cabida a muchos más. Vendrá una sana presión.

9. Y hablando de Gina Parody, este programa les ha demostrado a muchos que en pocos meses, la que creían una ministra gomela a la que le iba a quedar grande el ministerio, está cumpliendo y demostrando que la tenía clara desde el comienzo. Bien por ella.

10. Por último, me parece fantástico que la educación tenga réditos políticos. Ojalá nuestros dirigentes basaran sus campañas en programas así y que la educación dé votos. ¿Será este el punto de inflexión para cambiar las propuestas populacheras de paz o guerra por unas realistas de inclusión e igualdad asociadas a la educación en los discursos de los candidatos?

Se me ocurren 10.000 razones más para aplaudir este proyecto de 10.000 becas, ¿y a ustedes?...

Twitter: @JoseMAcevedo

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