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'DOCTOR, DEJE QUIETOS LOS AZULES'

No había duda: se trataba de un diálogo entre uno de sus consejeros y el presidente de la república.

Semana
20 de noviembre de 1995

EL OTRO DIA ESTUVE EN UN CAMPO DE golf y escuché una conversación entre dos personas a quienes no alcanzaba a ver porque unos árboles se interponían entre nosotros. Pero la conversación no dejaba ninguna duda: se trataba de un diálogo entre uno de sus consejeros y el Presidente de la República.
A pesar de que sólo se oían las recomendaciones del consejero y al fondo unos gemidos, quejas o interjecciones de su interlocutor, la conclusión de que eran esas dos personas quienes hablaban fue fácil, pues sólo al primer mandatario se le pueden dar ese tipo de consejos en estos momentos.
Para demostrarlo, transcribo algunas de las frases que alcancé a oír e intento una explicación a ellas:
* Deje quietos los azules.
Una recomendación clara para que en estos momentos de crisis el presidente no alborote el avispero conservador.

* Ese mico le arregló el caminado.
Con seguridad se trata de una referencia a algún proyecto de ley en el que un parlamentario introdujo en secreto un artículo que beneficiaba al gobierno.

* Hágase donde los rojos. Desde azules es más trabajoso.
Es claro que el consejo apunta a que el presidente se rodee de las fuerzas liberales en estos momentos de dificultad, puesto que va a encontrar mucha mayor hostilidad en el conservatismo que en su propio partido.

* Ojo, que se le está levantando.
Por muy dura que suene, esta frase no puede ser otra cosa que una franca advertencia ante la posibilidad de que se esté fraguando una conspiración militar para darle un golpe de Estado.
* Perdone, doctor, pero está muy mal parado.
Más que un consejo, esta era una descripción sincera de lo que le está pasando al presidente en estos momentos en que lo están atacando por todos los flancos.

* Péguele con confianza que es azul.
Consejo confuso. Tal vez una recomendación para cambiar sin dudarlo a algún ministro conservador o para quitarle su cuota burocrática a algún parlamentario de la oposición.

* Le está metiendo demasiada fuerza a la derecha.
Muchos lo han dicho, y es lógico que un consejero también lo haga. El presidente está utilizando como cortinas de humo estrategias que pueden ser consideradas demasiado radicales para un liberal de izquierda como él.

* ¡Cuidado, que tiene caída!
Tal vez el más franco de todos los consejos. Ni siquiera para un hombre del gobierno es un secreto que la gente está hablando de la caída del presidente. Sinceridad ante todo.
* Ese es el típico golpe barranquillero: vuela bajito pero llega lejos.
No puede tratarse sino de una referencia a uno de sus ministros, sobre cuyas actividades el consejero está tratando de advertir al presidente, Sin embargo, este comentario lo tomo con beneficio de inventario, pues es conocida la animadversión de ese consejero hacia ese ministro.

Nota: Después de escribir esto, me dicen que se trata de la terminología utilizada normalmente en el golf. Que este es el diálogo usual de un caddie que corrige el juego de cualquier golfista.

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