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Nicole Levy. Columna Semana

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Dolor de patria

Es desgarrador pensar en lo que están convirtiendo a Colombia. Un país que nos vio nacer, que nos ha dado tanto y que se está desgastando por culpa de ciertos personajes incitadores de odio, de violencia y de crimen.

25 de mayo de 2022

La situación del país es atroz. No hay palabras para describir los asesinatos macabros que se dan día a día, los robos despiadados en los que sus perpetuadores han cambiado de modus operandi y ahora en vez de solamente atracar, apuñalan y asesinan antes de robar porque les queda más fácil. Abusos físicos, psicológicos, violaciones, maltrato infantil, cuerpos encontrados a diario, desaparecidos, ataques cibernéticos con insultos desmesurados y crueles. Un caos desaforado que parece no tener fin. Asesinaron a sangre fría al ciclista profesional Jaime Alberto Restrepo en el municipio de Ciudad Bolívar en Antioquia. Restrepo se movilizaba en una moto cuando le dispararon varias veces; falleció en el lugar a causa de la gravedad de sus heridas. Daniel Mazo, comandante de la Policía, dijo: “Se logra la captura de uno de estos delincuentes, de 35 años, conocido como Gambo, a quien se le incauta un revólver”. Falta capturar al implicado y aún se desconoce el motivo de dicho asesinato.

Mientras la familia de Jaime Alberto ayer pasaba por el peor momento de sus vidas, la de Felipe Fernández también. Fernández, concejal por el partido Cambio Radical en el municipio de Anorí, Antioquia, estaba compartiendo con unos amigos en su casa cuando entraron varios hombres y le dispararon hasta quitarle la vida. Tristemente y de no creer, anoche el ciudadano estadounidense Daniel Montano fue encontrado deambulando por una zona en el norte de Bogotá, aparentemente emburundangado.

Este señor corrió con más suerte y sobrevivió al ataque, pero se lleva consigo al exterior la peor experiencia e imagen de nuestro adorado país. Por desgracia, nuestra amada Colombia se ha vuelto invivible. El escenario preelectoral no solo ha desatado homicidios y hurtos, también ha creado en el día a día una tensión casi inaguantable.

En reuniones de trabajo, en eventos sociales, en el día a día, ya los ciudadanos no saben qué opinar, no saben qué piensa la otra persona con la que están hablando, qué posición política tiene, y si lo van a atacar por decir lo que piensa. Se han generado bandos del “bien y del mal” y depende de a cuál pertenece la persona es vista como moralmente correcta o incorrecta.

Aquí políticos y ciudadanos se tomaron el repugnante atrevimiento de decir quién está bien y quién está mal, basados en sus pensamientos políticos y en si tienen los mismos pensamientos que ellos. Día a día acaban personas y carreras por medio de las redes sociales, y es que cómo no, si ciertos políticos están incitando al odio y destilan veneno como unas viles víboras con cada palabra que proclaman.

La semana pasada Egan Bernal, ganador del Tour de Francia en 2019, les comunicó a sus seguidores por medio de Twitter que votaría por Fico Gutiérrez: “Mi voto de confianza es para @FicoGutierrez, teniendo en cuenta la situación actual creo que es lo más sensato. Estoy con el pueblo, vengo de abajo y he escalado muchas montañas para llegar hasta donde estoy. Y les digo una cosa, no puede haber más odio... abro hilo”.

Segundos más tarde se pueden leer comentarios de odio de parte de personas inescrupulosas atacándolo. Entre ellas una tal Laura le respondía: “Vendido, ojalá se hubiera muerto en el accidente. Lo que es no tener educación”.

¿De cuándo a acá permitimos como sociedad que se maltrate de esta manera a un campeón colombiano, que ha dejado el nombre de Colombia en alto, por decir lo que piensa y dejar saber cuál es su posición política?

Ni a él ni a nadie se le debe tratar así, pero mensajes como este se han convertido en el pan de cada día en las redes sociales. Humillaciones que son avaladas por dirigentes políticos que solo quieren acabar con la oposición y con gente que no piense como ellos.

Es desgarrador reflexionar en lo que están convirtiendo a Colombia. Un país que nos vio nacer, que nos ha dado tanto y que se está desgastando por culpa de ciertos personajes incitadores de odio, de violencia y de crimen.

Duele en el alma ver a actores, políticos y ciudadanos matándose como si no hubiera un mañana por las elecciones; querer acabar con el que opine diferente. Por donde se mire la violencia en Colombia está desbordada y se necesita que el próximo gobierno tenga mano dura para frenarla.

Por eso, cuando salga a votar este 29 de mayo, cerciórese de hacerlo por alguien que frene la violencia y no que la incite. Por un candidato que se preocupe por sus víctimas y no por los victimarios. Cuando ponga esa “x” encima de su candidato cierre los ojos y piense en lo que quiere para su país.

Cada voto cuenta, especialmente los votos de los que han sido asesinados y ya no pueden votar; por los que ya no están: vote bien.

Como dijo Heródoto, historiador y geógrafo griego: “La democracia lleva el más bello nombre que existe… igualdad”.

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