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EDGARDO MAYA

25 de marzo de 2002

Oportuno el jalOn de orejas del Procurador General de la Nación a las autoridades que investigan el asesinato de monseñor Isaías Duarte Cancino para que apelen a la prudencia y eviten lanzar todo tipo de hipótesis que confunden a una sociedad de por sí bastante golpeada.