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El comodín de DMG

Esta administración está usando la espuma de DMG como comodín para evitar escándalos como el del financiamiento del referendo reeleccionista

María Jimena Duzán
21 de marzo de 2009

Resulta un poco insólito que hasta ahora los únicos que han terminado descabezados por el escándalo de DMG, sean el personero de Bogotá y unos cuantos periodistas. Y no lo digo por exculpar a los que han caído en desgracia -creo que Francisco Rojas Birry tiene mucho que explicar sobre su verdadera relación con DMG-, sino por los que han conseguido pasar el examen de la opinión pública a pesar de tener evidencias mucho más comprometedoras que las que hoy tienen contra las cuerdas a Rojas Birry. (Señor personero ¿qué estaba haciendo la personería en la cárcel cuando se entrevistó con David Murcia, el 12 de febrero).

Por ejemplo, si nos atenemos a los hechos, en materia de financiación de campañas por parte de DMG, resultan mucho más concluyentes las pruebas que ha recabado el Consejo Nacional Electoral sobre la financiación que habría hecho DMG a la campaña que recogió las firmas del referendo reeleccionista, que las débiles evidencias que se han querido magnificar, quien sabe con qué propósitos, con la lluvia de audios que han salido publicados esta semana en varios medios de comunicación. Audios, que han tratando de insinuar que las campañas del Alcalde de Bogotá y del gobernador de Cundinamarca, Andrés González, fueron financiadas por DMG.

En cuanto al Alcalde de Bogotá, soy de las que cree que a Samuel Moreno le iría mejor si envía a su hermano y a su mamá a vivir una temporada en el exterior, para blindarse así, del clientelismo tradicional que acabó con la ciudad de Bucaramanga cuando Iván Moreno fue su alcalde. Pero resulta desmesurado convertir a la alcaldía de Samuel en una ficha de DMG por cuenta de una reunión en la que al parecer nunca se recibió dinero de David Murcia. En el caso del gobernador de Cundinamarca, Andrés González, la situación es aún más absurda porque a diferencia de muchos otros gobernadores que sí habrían cogobernado con DMG, él fue el único que decidió combatir sus tentáculos desde la administración sin temor alguno. De ahí que resulte desproporcionado, por decir lo menos, que el gobernador de Cundinamarca termine respondiendo cuestionarios en los medios como si fuera culpable, mientras que quienes adelantaron la campaña del referendo reeleccionista no se les exige nada, así haya evidencias muy claras de que este fue financiado en cifras muy importantes por DMG. Según organismos norteamericanos, el monto que habría aportado DMG a la campaña del referendo podría ser algo más de 3.000 millones de pesos.

Sorprende también que de ese episodio no haya audios, como tampoco los haya del gobernador de Bolívar, el intocable Juaco Berrío, muy cercano al uribismo y a Cambio Radical y quien tiene desde hace varios meses una investigación previa en la Fiscalía por haber presuntamente financiado su campaña con dineros de DMG. Hace unos días corrió el rumor en el búnker de la Fiscalía de que le iban a abrir una investigación formal y que lo iban a llamar a indagatoria, pero sorpresivamente fue llamado a versión libre. Ni siquiera el caso del gobernador de Bolívar le ha interesado al nuevo Procurador, quien anda más preocupado por Rojas Birry.

Más o menos algo parecido le ha pasado a la investigación que sigue la Fiscalía de Mario Iguarán a las cuentas del referendo reeleccionista, el cambio del fiscal a última hora sirvió para congelar la investigación y no para agilizarla, como nos lo había prometido Iguarán. Prueba de ello es que la investigación está durmiendo el sueño de los justos, apolillada en una gaveta de uno de los fiscales más cercanos a él. Y en cuanto a la investigación que lleva el Consejo Nacional Electoral, las cosas van bastante lentas. Tres meses duró engavetada por el magistrado Hernán Osorio, hermano del ex fiscal Osorio, a quien el presidente Uribe dijo quería clonar. Desde que fue rescatada por el magistrado Vives, él viene siendo objeto de toda clase de presiones por parte de la implacable aplanadora uribista. Pero claro, ninguno de estos intríngulis son materia de interés por parte de los medios, muchos de los cuales están formando parte de ese periodismo licitante que se ha creado alrededor de la licitación del tercer canal.

Lo cierto es que en momentos en que el país debería estar atento al resultado de estas investigaciones, el gobierno, por intermedio del Zar Anticorrupción, un desconocido Óscar Ortiz que no sabíamos ni que existía, ha salido a exigirle al Alcalde de Bogotá una transparencia en el tema de DMG que el gobierno que él representa no está en capacidad de brindar. Queda claro que esta administración está utilizando la espuma de DMG como comodín para evitar escándalos aun más graves como el del financiamiento del referendo reeleccionista. Si ese es el camino que se va a seguir, lo más seguro es que David Murcia termine rápidamente extraditado -de hecho su extradición ya fue pedida- y se lleve con él las relaciones que tuvo con el establecimiento uribista, que fue el que al fin de cuentas le permitió convertirse en el gran faraón que llegó a ser. Pero que no nos vengan con cuentos, si se trata de financiación de campañas y de reuniones con malosos, la Casa de Nari se lleva el premio.