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El cumpleaños de Pastrana

Arrinconado entre el mercado de capitales, un Congreso liberal, una Corte alocada y varias fuerzas armadas, Andrés se refugió en EE. UU.

Semana
3 de septiembre de 2001

La gente siente que aquI no hay gobierno. Y Andrés, en efecto, no gobierna. No gobierna porque vive fuera del país. No gobierna, sobre todo, porque la Presidencia se ha debilitado muchísimo durante los últimos años.

El debilitamiento se debe a tres procesos que vienen de la década pasada. Primero, la globalización, que tiende

a reducir la autonomía económica de los Estados. Segundo, la Constitución, que hizo del Presidente un “eunuco” al repartir sus poderes entre otras ramas, instancias y niveles del Estado. Tercero, la balcanización, que acentuó el fraccionamiento del territorio en zonas soberanas de la guerrilla, los paras y las pandillas urbanas.

Así que, arrinconado entre el mercado mundial de capitales, un Congreso liberal, una Corte alocada y varias fuerzas armadas, el pobre Andrés resolvió refugiarse en el único poder alternativo: Estados Unidos. Por eso vive en el exterior. También por eso su gobierno ha sido como ha sido.

Un gobierno reducido a luchar contra la droga. De donde se desprenden, como en un teorema geométrico, el Plan Colombia, el proceso de paz, el manejo militar, la estrategia económica, la gestión social, la política interna y —de ñapa— las cosas que van pasar en el año que falta, las campañas que vienen y el gobierno que sigue.

Trataré de explicarme más despacio. A lo largo de la década pasada, Estados Unidos se fue quedando con el poder y sin los rivales (Rusia en lo militar, Alemania y Japón en lo económico, el mundo árabe en la geopolítica). Por eso cada día pudo dedicar más atención a las amenazas “paraestatales” es decir, la droga y el terrorismo. Por eso Colombia pasó a ser prioridad. Por eso la intervención es tan abierta como en el momento en que perdimos Panamá. Y por eso Pastrana ha hecho lo que ha hecho:

— El Plan Colombia, que consta de avionetas para acabar la droga, gasto social para sacar campesinos de la droga, batallones y aviones para atacar los ejércitos que viven de la droga.

— El proceso de paz, que consistía en mediar entre las Farc y la DEA y que sigue estancado porque la DEA no conversa con las Farc.

— La modernización de las Fuerzas Armadas, que ahora tienen mucho más movilidad, más inteligencia, más coordinación y mejor paga.

— La estrategia económica, reducida a pedir créditos-puente a cambio de adoptar el Plan Colombia y mientras avanzamos lentamente hacia la corrección del déficit fiscal.

— La política social, consistente en ignorar el desempleo y en bajar la cobertura y calidad de los servicios para bajar el déficit fiscal.

— La política interna, devaluada (si aún cabe) por el desplazamiento del poder a Washington, y reducida a comprar congresistas para que ignoren el Plan Colombia y en cambio aprueben el ajuste fiscal.

Pero las cosas evolucionan a su modo. La internacionalización del conflicto colombiano trajo dos consecuencias no previstas:

— La una fue ahuyentar el capital. Llevábamos medio siglo de violencia y alta confianza económica en Colombia. Pero entre la globalización, el gringo de la Bolsa en el Caguán y la alharaca con la ley 002 (como si antes las Farc no secuestraran) logramos posponer la reactivación hasta el fin de la guerra.

— La otra fue el destape mundial de las Farc. Quedó en claro que no son de avanzada, idealistas y populares, sino anticuadas, brutales e impopulares. Y es por eso que tratan de salir de la ONU y de la UE.

Por punta y punta nos seguimos enredando. La recesión agrava el conflicto y el conflicto eterniza la recesión. Las Farc crecen en términos militares pero decrecen en términos políticos.

Esas dos cosas, en el plano interno, intensifican la polarización: de aquí la candidatura Uribe Vélez, que es en efecto la única novedad política del cuatrienio.

Y en el plano externo esas dos cosas alimentan un diagnóstico nuevo sobre Colombia: hay que quitarles poder militar a las Farc para que sea posible el diálogo político. Con Bush en la Casa Blanca, no es muy difícil saber lo que esto implica.

Ni cómo va a ser el año que nos queda o van a ser los años del gobierno que siga.

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