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¿El fiscal general en contravía?

Cuando la ruta de la justicia conduce hacia el Centro Democrático, el fiscal parece no tener afán. En todo lo demás, hasta en contravía se manda.

Daniel Mauricio Rico
9 de junio de 2020

 Eran las 7:38 de la mañana del 11 de marzo (una semana antes de iniciar la cuarentena). El video muestra a los carros que bajan de La Calera esperando su turno en el trancón para desembocar en la circunvalar, y una repentina caravana de Toyotas blindadas que se manda en una contravía kilométrica para sobrepasarlos. Un conductor graba con el celular a las cinco camionetas idénticas cuando pasan frente al restaurante Tramonti. De ahí para abajo son 1.050 metros de doble línea amarilla hasta el conector con la circunvalar (los acabo de medir usando Google Maps) y no sabemos desde cuantos kilómetros atrás venían “comiendo flecha”.

Por norma, los únicos autorizados para bloquear el tráfico son los miembros de la caravana presidencial. Estos vehículos no lo son (no tienen la bandera de Colombia en la placa, ni la ambulancia, ni el soldado con la cabeza por fuera del techo apuntando con la ametralladora). En consecuencia están violando el código de tránsito, poniendo en riesgo la vida de otros ciudadanos y asumiendo una conducta dolosa, que al igual que el exceso de velocidad deberían entrar a tipificarse como tentativa de homicidio, según lo ha sugerido la Agencia Nacional de Seguridad Vial en varias oportunidades. 

La denuncia de la elongada contravía la hizo Carlos Fernando Galán en su cuenta de Twitter diez minutos después. Dice además, que todas las mañanas esta caravana hace lo mismo: bloquea el tráfico y se avientan en contravía. En el video que sube el concejal Galán a Twitter.

No se sabe quién está detrás de los vidrios polarizados, pero se intuye que el jefe de la caravana es un funcionario público que pernocta fuera de Bogotá.  

A las 5:04 p.m. del mismo día de la denuncia del concejal, la secretaria de movilidad del Distrito anunció un “seguimiento a este caso”. No encontré respuesta del “seguimiento” ni sanciones, lo que sí leí fue una activa reacción de otros tuiteros. Se leía en el hilo del tuit que quienes le han bloqueado el paso a esta caravana con sus vehículos (algo que yo también hago) han recibido amenazas de los policías. Y además señalan al fiscal general de la nación como el responsable de este atropello, por ser residente de un condominio del sector y tener la subida a patios como un paso obligado para llegar de su dormitorio a su despacho. 

¿A quién pertenecen las camionetas GCW-841, GAT-037 y DIW-935 que salen en el video (hay otras dos que no se logran ver)? ¿Es el fiscal general quien está poniendo en riesgo la vida de otras personas para colarse en un trancón?

Tengo razones más subjetivas que objetivas para creer que el responsable de esta imprudencia es el fiscal general, por eso el título de esta columna va con interrogantes. Lo sospecho pero no lo puedo afirmar (todavía). Lo que sí tengo claro y puedo afirmar es que esta contravía desesperada es un perfecto retrato de lo que han sido los 117 días de gestión del fiscal general. No hay semana en la que no se meta en un contrasentido del derecho, del debido proceso y de sus propias palabras.

A Claudia López y Gustavo Petro les aceleró en el mismo mes, una apertura de investigación y una vinculación a un proceso penal, respectivamente. En ambos casos las pruebas que presentó el fiscal tenían el mismo peso probatorio de un icopor. De los candidatos que le disputaron la presidencia a su gran amigo Iván Duque, solo le faltaba mostrarle los dientes a Sergio Fajardo, y el fin de semana se puso al día y le anunció investigación y compulsa de copias.

Da vértigo ver al fiscal dando timonazos entre el garantismo y el punitivismo, para lograr adaptar el discurso según la tribuna. Un día pidió no aprobar la cadena perpetua (giro a la izquierda), después se opuso a las dos directivas de excarcelación masiva en medio de la pandemia (doble giro a la derecha). Otro día se madrugó a firmar una directiva para que los fiscales en las “solicitudes de medidas de aseguramiento, en especial las privativas de la libertad, procedan razonablemente y en el marco del respeto a los derechos humanos”, poesía progresista pura y nuevamente giro a la izquierda. Y al otro día levantó al país con una medida de aseguramiento contra el gobernador de Antioquia, que nadie ha terminado de entender en qué dirección va.

Lo que más asusta de este chofer de la justicia es cuando frena en seco. En la ñeñepolítica arrancó frenando y mandó a capturar a los investigadores de la Dijin que habían aportado las principales pruebas del caso (más de seis mil horas de audios). Desde el despacho del fiscal le mantienen el freno de mano a los procesos del exabogado y la exasesora del senador Uribe Vélez, el primero les ha dilatado por más de seis meses la diligencia de imputación y la segunda, se fue del país y guardó silencio en la audiencia.

Cuando la ruta de la justicia conduce hacia el Centro Democrático, el fiscal parece no tener afán. En todo lo demás, hasta en contravía se manda.

@danielmricov

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