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Marco Tulio Gutiérrez

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El futbol es nuestro reflejo

Nuestra sociedad funciona casi tan igual como funciona nuestro futbol, estamos en una sociedad que muchas veces pierde el partido por goleada, una sociedad, que muchas veces no deja todo en la cancha.

Marco Tulio Gutiérrez Morad
24 de noviembre de 2020

El futbol colombiano es vivo y fiel reflejo de nuestra sociedad, de nuestra idiosincrasia, de nuestro actuar y sentir como conglomerado social, somos un espejo de lo que pasa en las canchas, realmente nuestra sociedad encarna las vicisitudes que el futbol enfrenta, una dirigencia que desafortunadamente lleva varios años esgrimiendo férreas defensas en estrados judiciales y administrativos, alejándose cada día más de lo que pasa en los estadios, de lo que pasa en las escuelas de formación deportiva y de las divisiones menores, cada vez mas ajenos a la realidad de uno de los deportes insignias de nuestro país.

No queremos fungir como periodistas deportivos, ni mucho menos, pero ese estrepitoso fracaso deportivo de esta ultima jornada de eliminatoria, es muchísimo más grave que los 9 goles en contra, la magnitud es de inmensas proporciones, no se trata de haber perdido 6 puntos, lo que realmente pasó, fue que se desnudó y evidenció la real situación en la que estamos, un deporte que como nuestra sociedad ha sido seducido por la corrupción y por las malas prácticas, nos dimos el lujo de quitarle la concesión del manejo logístico y de boletería a la empresa que organizó durante mas de 30 años toda la puesta en escena de esta competencia clasificatoria, para otorgarle la conducción de este evento a una empresa sin experiencia ni bagaje en ese complejo negocio, y en donde todo terminó en un fangoso y vergonzoso escenario de corrupción, de dadivas y de coimas al interior de una oscura danza de millones de dólares en la que supura la podredumbre criminal que salpica a dirigentes y concesionarios en un indecoroso escenario de reventa de boletería, es decir, además de un sofisticado entramado de sobornos para quedarse con la concesión, se compaginaron para montar una estructura criminal en la reventa de las boletas,

Es muy preocupante que nuestra dirigencia de manera errática siga intentando tapar el sol con la mano, nuestro futbol es el espejo de nuestra sociedad, solo vasta con mirar estadios como el de la ciudad de Neiva que más que un escenario deportivo parece una excavación arqueológica, un escenario donde no hay siquiera camerinos, ni baños, donde jugadores profesionales deben cambiarse en el césped, tal como si se tratara del picadito dominguero en cualquier parque, preocupa la falta de liderazgo no solo en las canchas sino afuera de ellas, la dirigencia del Futbol colombiano lleva años pasando de agache, escondiendo los fracasos deportivos en cortinas de humo, y como si se tratara de una sátira cómica, las cosas cada vez están peor, la dirigencia no se muestra como un doliente de lo que pasa en nuestro futbol, o acaso hubo un pronunciamiento oficial sobre las condiciones en las que tuvieron que jugar el clásico de la liga femenina entre Millonarios y Santa Fe, afortunadamente, ninguna jugadora sufrió una lesión por jugar en una cancha que ni podría albergar una competencia de campo traviesa, reiteramos, eso que pasa en las canchas es lo que nos pasa en Colombia, con mucho pesar al igual que nuestra dirigencia política, no se avizoran los canteranos, no vemos prospectos de cambio y mientras tanto la dirigencia en un silencio secular.

Con suma preocupación vemos que los escándalos que han sacudido nuestro futbol, no son cosas menores, mas allá del inconcebible caso de la boletería para las eliminatorias, que sea de paso mencionarlo, ya con sanción interpuesta por la Superintendencia de Industria y Comercio, hay un oscuro caso de corrupción transnacional que incluye todo un ardid en lo relativo a los derechos de televisión, es decir, un caso de las mismas o incluso mayores magnitudes que Odebrecht, las cabezas de la dirigencia de nuestro futbol recibiendo millonarios sobornos, varios millones de dólares, y mientras tanto los niños y jóvenes en escuelas de formación en el Chocó, en El Urabá y en Tumaco, solo por mencionar algunos, en condiciones calamitosas, muchas veces sin siquiera el dinero suficiente para adquirir balones, sin la posibilidad de pensar en un sistema con una estructura integral que además de formar al niño como futbolista, lo formemos como un profesional del deporte, en donde más allá de la destreza deportiva y física constituyamos ciudadanos, personas que en el caso que la suerte les sonría y logren trascender sepan administrar no solo sus ingresos sino su responsabilidad, nuestros jugadores son habilidosos, competitivos, física y técnicamente dotados, pero, sin duda, son muchos que la indisciplina e incluso la noche los torna en ídolos de barro, pero lo que más preocupa es que precisamente la dirigencia no tiene establecido un plan o una política para incluso coadyuvar y proteger al jugador que se encuentra en momentos difíciles, en situaciones hemos visto como otrora glorias, campeones, ídolos, tiene que dedicarse a la informalidad, pues sencillamente nunca hubo un plan b, o una opción para desempeñarse en algo diferente que no fuera estar en las canchas.

La verdad es que hoy vemos como el manejo de la política de transmisión de los partidos nos alejó totalmente del deporte, es claro que los equipos deben obtener recursos provenientes de los derechos de transmisión, sin embargo, este experimento en vez de estimular al ciudadano a contratar un servicio de calidad para seguir a su equipo de la preferencia, creó una natural reticencia para pagar la tarifa del operador, prácticamente volviendo el futbol en un privilegio solo para aquellos que pueden suscribir un servicio de televisión pagada, claro, esta estrategia de alguna manera buscaba llevar a la gente de vuelta a los estadios, sin embargo, ante la nueva realidad que enfrentamos por cuenta de la COVID 19, solo hasta que haya vacuna, la gente regresará a los escenarios, pero, precisamente, ahí es donde surge la duda, ¿cuál es la posición de la dirigencia en este momento para lograr que el ciudadano se logre conectar con el futbol?, ¿qué hace la dirigencia para acercar a esos millones de televidentes que no tienen acceso a los canales pagos?, precisamente esa indolencia e indiferencia es la que el ciudadano siente también con el gobierno nacional, esa sensación de abandono y distancia la padecen millones de ciudadanos, solo por poner un caso, que opinan los isleños Sanandresanos y de Providencia sobre lo que están viviendo, claro, enfáticamente, defendemos al presidente Duque ante esta situación es imposible endilgarle cualquier tipo de responsabilidad, pero la situación es otra, desde hace casi treinta años cuando el archipiélago dejó de ser un territorio nacional y pasó a ser un departamento, con la natural lógica de autonomía e independencia que ello implica, no ha pasado nada en materia de prevención de desastres, es apenas obvio que unas islas en ubicadas en el mar Caribe tienen una enorme probabilidad de ser azotadas eventualmente por un huracán o fenómeno similar, la pregunta es entonces, ¿durante estos casi treinta años, se ha hecho un centro de refugio para emergencias? ¿hay rutas de evacuación?,¿existe infraestructura para cubrir una situación como esta? Aparentemente no, pues la gente tuvo que ser albergada en un improvisado albergue, precisamente, en el estadio de futbol.

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