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EL GOLPE DE FRECHETTE

Semana
16 de septiembre de 1996

El golpe de Frechette Por María Isabel Rueda Como ya nos tiene acostumbrados el embajador Myles Frechette, su mención al golpe de Estado en la entrevista que le concedió al 'Noticiero 24 Horas' tiene múltiples lecturas. Pero en cualquiera de ellas, lo que dijo Frechette quedó dicho. Y quedó dicho de tal manera, que es imposible no reflexionar sobre el punto, bajo cuatro distintas hipótesis que pudieran aclararles a los colombianos qué tan cerca, o tan lejos, estamos de un golpe de Estado. Hipótesis 1: el embajador Frechette no aceptó la entrevista con el propósito premeditado de revelar que había recibido la visita de un grupo de civiles que quisieron sondearlo sobre el eventual apoyo de su país a un golpe militar en Colombia. Su mención del incidente fue más bien producto accidental de una hábil pregunta del director de esta revista, Mauricio Vargas. De acuerdo con esta hipótesis, pudo haberse planeado hace un año un golpe de Estado, que no se consumó, entre otras cosas porque fue claro que los norteamericanos no lo apoyarían. En esta hipótesis cabe igualmente la teoría, bastante comentada en voz baja entre los colombianos pero que hasta el momento no ha recibido aval alguno de los organismos que investigan el crimen de Alvaro Gómez, de que su asesinato está ligado de una u otra forma a esa intentona fallida de golpe. La conclusión de esta hipótesis es que Frechette mencionó el hecho de manera casi anecdótica, y que las posibilidades actuales de que el golpe militar ocurra están prácticamente enterradas. Hipótesis 2: Frechette aceptó la entrevista con el propósito premeditado de revelar el incidente, porque las autoridades de su país tienen conocimiento de que en Colombia hay ambiente para un golpe de Estado, y Estados Unidos desea lavarse las manos de cualquier responsabilidad en caso de que éste llegue a producirse. Hipótesis 3: Frechette tenía pensado contar el incidente en la entrevista porque, igual que en la hipótesis anterior, tiene conocimiento de que algo se está preparando y quiso, no solo denunciar el hecho, sino ayudar a su fracaso, advirtiéndoles a los conspiradores que no cuentan con el apoyo de Estados Unidos en una iniciativa que difícilmente puede prosperar sin que este apoyo exista. Hipótesis 4: Frechette contó intencionalmente el hecho en la entrevista para que le quede muy claro al país que cualquiera que sea la solución que los colombianos escojamos para salir del actual atolladero político, no debemos esperar que ella provenga de la iniciativa del gobierno de Estados Unidos, sino exclusivamente de la nuestra, así se trate de una salida extraconstitucional, como la de un golpe, o de una que respete las vías institucionales. Según esta hipótesis, Frechette habría intentado sacudir la indiferencia de la opinión y la pasividad de los gremios y grupos económicos. En ninguna de las cuatro hipótesis se descarta la posibilidad de que en Colombia haya habido de un año para acá conversaciones de civiles con militares en torno al golpe. Qué tan altos los militares, o qué tan representativos los civiles, es una incógnita. Qué tan avanzados los planes de la conspiración, es otra. Nadie, hasta ahora, tiene pruebas de que el asunto haya pasado de ser una serie de reuniones clandestinas para debatir esa eventualidad, pero que de ellas haya salido lo que podríamos denominar un 'mapa' de la conspiración, con fecha para la ejecución del plan, con detalles logísticos, con distribución de funciones y con liderazgo concreto de un militar de alto rango o de un civil de reconocido peso en la opinión, no existen datos suficientemente concretos para creerlo. Se menciona insistentemente, sí, que un plan semejante se encontraría con una división en el alto mando de las Fuerzas Militares, en el que, aunque habría simpatizantes en caso de que estuviera abonado el terreno de la opinión, habría también fuertes opositores, concretamente de los allegados al presidente Samper. Se menciona también que el tema es bien recibido en el rango de los coroneles, donde existe gran descontento con la situación actual del país. Y también se sabe ya, a raíz del 'destape' de varios civiles provocado por las declaraciones de Frechette, que hay conocidos colombianos a quienes no les da pena aceptar que ven en el golpe una salida factible de la actual situación. Por eso que el embajador Myles Frechette sepa de estos movimientos, bien por labores de inteligencia, o porque los protagonistas se lo hayan consultado, no tiene porqué sorprendernos en lo más mínimo. Cualquier otro detalle concreto que pueda indicarnos con precisión a los colombianos qué tan cerca hemos estado o estamos de que se concreten los planes denunciados por el embajador norteamericano parece, por ahora, inalcanzable. La garantía de que tengamos un Ministerio de Defensa encabezado por un civil cada vez está más desdibujada, en manos de un ministro desangelado por la fuerza de las circunstancias, al que cada vez reclaman con más ahínco las aulas universitarias. De todas maneras, como dice el conocido refrán popular, "el golpe avisa".

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