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Nicole Levy. Columna Semana

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¿El poder para qué?

Lo cierto es que el Gobierno se salió de control. Cada día los escándalos aumentan, el país se hunde más en un caos indescriptible, y los funcionarios simplemente se salen por la tangente diciendo que son “golpes blandos” y entrampamientos.

9 de junio de 2023

Lo que sucede hoy en Colombia es una novela terrorífica sin precedentes que merece ser usada en un libreto de una película vil y siniestra. El Gobierno no permite que los ciudadanos procesen un escándalo porque al cabo de días e inclusive minutos ya está siendo protagonista de otro. Pareciera que la oposición poco tiene que hacer, pues poco a poco esta administración se ha encargado de hundirse sola. Al parecer, a los integrantes del gobierno les gusta el autoflagelo, pues una y otra vez le dan al pueblo motivos para ser cuestionados.

En tan solo unas semanas se destapó uno de los escándalos más graves de este Gobierno, al parecer Laura Sarabia, exjefe de Despacho del presidente, habría mandado a “chuzar” a la niñera de su hijo, Marelbys Meza, a causa de que se le habrían perdido 7.000 dólares que tenía en un maletín en su casa. Como si esto no fuera suficiente, Marelbys Meza fue llevada e interrogada en unos sótanos cerca de la Casa de Nariño. Laura Sarabia no solo habría cometido el grave delito de “chuzar” a Marelbys Meza, pero tanto ella como la Policía de Bogotá y todos los involucrados serían los responsables de llevar a una ciudadana indefensa a ser interrogada. A Marelbys Meza se le violentaron sus derechos a manos de aquellos que tienen poder y piensan que por tenerlo son superiores a los demás y en pocas palabras pueden hacer lo que quieran. Lo verdaderamente cuestionable es que aquellos que vulneraron los derechos de Meza sean los mismos que dicen proteger al pueblo. ¿Será que para los perpetradores Marelbys Meza no tenía derechos por ser una niñera? Como si esto no fuera poco, el presidente Petro protege a Sarabia y sale a decirle al pueblo que tanto dice apoyar que es “un golpe blando” y un “entrampamiento” por parte de la oposición y de algunos medios de comunicación. Vaya cinismo el del mandatario.

Para agregarle un poco más de picante a la situación, Armando Benedetti, exembajador en Venezuela quien también fue empleador de Marelbys Meza, le revela a SEMANA unos audios verdaderamente impactantes acerca de drogas que presuntamente consumiría el presidente, de sus discusiones con Laura Sarabia, pero peor aún de 15.000 millones que habría recogido en la costa para la campaña del presidente. Benedetti deja entrever que este dinero no es proveniente de ciudadanos honestos. ¿A lo que hay que preguntarle: de dónde salió esa plata? Las denuncias de Benedetti son demasiado graves y es inminente saber de dónde provenía ese dinero. ¿Será que es proveniente del narcotráfico? ¿Del Pacto de la Picota? El proceso 8000 de Samper les llega a los tobillos a este nuevo escándalo.

Lo cierto es que el Gobierno se salió de control. Cada día los escándalos aumentan, el país se hunde más en un caos indescriptible, y los funcionarios simplemente se salen por la tangente diciendo que son “golpes blandos” y entrampamientos. ¿Dónde se ha visto que un exembajador haga un denuncio gravísimo y no pase nada? ¿En qué país se ha visto que un presidente defienda de cierta manera a una funcionaria de su gobierno que presuntamente “chuzó” a alguien? Solo en Colombia. Esta administración está acostumbrando a sus ciudadanos a que no existe justicia ni mucho menos consecuencias, niegan todo o se escudan diciendo que eso pasó en gobiernos anteriores. Lo innegable es que el pueblo ya no come cuento, pues el día de ayer en las marchas a favor del gobierno salieron cuatro gatos, en su mayoría menores de edad que deberían estar estudiando y no instrumentalizados en las marchas del gobierno. Es una falta de respeto hacia esos niños no estar estudiando, pero como siempre el gobierno no deja de sorprendernos.

Pronto veremos cuál será el nuevo escándalo que como ciudadanos esperamos no sea ninguno. Pero con este gobierno, difícil.

Hay que preguntarse: ¿este gobierno quiere el poder para enriquecerse y beneficiarse ellos mismos o quieren gobernar a favor de las masas?

“El poder para qué”, dijo Darío Echandía.

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