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El relevo

Es sabido que si en Colombia hay guerrilleros y paras es porque en el campo no hay más empleo que esas actividades, o los cultivos prohibidos

Antonio Caballero
28 de noviembre de 2004

Se inició por fin, con gran bombo, eso que llaman la 'desmovilización' de los paramilitares. Dijo el comandante de las AUC Salvatore Mancuso: "Empeñémosnos en mirar hechos de paz".

¿Sí? ¿De verdad creen ustedes los lectores, de verdad cree Mancuso, de verdad cree el alto comisionado de Paz Luis Carlos Restrepo, de verdad puede creer alguien que

la entrega de 452 fusiles en Urabá, y la de 2.500 más en otros sitios en las semanas que vienen 'son hechos de paz'?

Por dejar esas armas, los combatientes 'desmovilizados' recibirán durante dos años un salario mensual de 300.000 pesos. Que no son nada, ya lo sé: pero que son 300.000 pesos más que los cero pesos que reciben del Estado los cientos de miles de desplazados por la violencia de los paras que hoy piden limosna en los semáforos porque no tuvieron armas ni para defenderse ni para entregar. Lo mismo ocurre, claro, con los guerrilleros de las Farc o del ELN que dicen haber renunciado a la lucha armada y se 'reinsertan' desde su propio lado. En estos dos años, según nos dicen, han sido más de dos mil. Y aunque no todos ellos han sido invitados por el Presidente en persona a pasar unos días de luna de miel en una suite del hotel Tequendama, sí han recibido (o al menos les han sido prometidos) ciertos beneficios judiciales y económicos por arrepentimiento y para su 'reinserción' en la sociedad civil. Perdón y olvido, y una ayuda para montar una microempresa, y asistencia en salud y educación.

No pretendo ser impertinente. Pero pregunto: ¿no hubiera salido más barato que a los hoy arrepentidos y reinsertados guerrilleros o paramilitares el Estado les hubiera brindado la educación y la asistencia sanitaria y la ayudita económica antes de que se echaran al monte a pegar tiros? Tal vez si hubieran tenido eso no se hubieran ido al monte, con el consiguiente ahorro de tiros, de muertos a causa de los tiros, de ataúdes (esa tala incesante de los bosques), y de sueldos para el inútil cargo de los comisionados de Paz.

Porque es un hecho sabido de sobra que si en Colombia hay guerrilleros y paramilitares, o más exactamente, si hay reclutas para la guerrilla y para el paramilitarismo, es por la simple razón suficiente de que en el campo colombiano no hay más fuente de empleo que esas dos actividades, o los cultivos prohibidos. La mano de obra, el pie de fuerza que sostiene la violencia política colombiana y buena parte de la delincuencia común vienen del desempleo. Es desempleo armado o violencia desempleada. Y armas hay de sobra, porque el narcotráfico da dinero de sobra para comprarlas. Y lo da porque está prohibido. Y las hace necesarias porque está prohibido.

Pero vuelvo a lo que iba. La desmovilización de tres mil combatientes paras no es un 'hecho de paz' porque no es una desmovilización, sino simplemente un relevo de tropas. Sí, se retiran unos cuantos miles, y se reinsertan...

(Aunque, a propósito: ¿en dónde se reinsertan? ¿En esa misma sociedad colombiana de donde vinieron, que sólo ofrece desempleo, o violencia, o semáforo? Hace más de veinte años decía Jaime Bateman que no puede haber paz en un país en el que los padres de familia tienen que salir a buscar el desayuno con cuchillo).

Se reinsertan en la mendicidad o en la delincuencia común, o en el mejor de los casos en el rebusque invasor del espacio público, o en el exilio. Se reinsertan con sus 300.000 pesos, o al menos con la promesa de sus 300.000 pesos.

(A propósito: yo no tengo un equipo de periodismo investigativo, pero valdría la pena verificar si los gastos de hotel del guerrillero arrepentido los pagó o no el señor Presidente. Porque esas cosas se olvidan).