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¿Hablar de qué?

La periodista Olga Lucía Lozano analiza la intrascendencia de la presente edición del Salón Nacional de Artistas.

Semana
22 de agosto de 2004

fundizan poco y solo describen aisladamente algunas piezas de la muestra, prácticamente ya nadie tiene nada que decir al respecto. porque ya se ha dicho todo.

No es sorpresa que cada vez que una de las más recientes ediciones del evento termina, varias voces se unan para decir que debe replantearse, que tienen que encontrarse orientaciones más cercanas a la realidad contemporánea y que deben definirse claramente cuáles son los objetivos que conducen a la realización de un Salón Nacional de Artistas en el presente. Si bien algunos creadores lo siguen defendiendo como un espacio ganado (las preguntas serían: ¿ganado para quiénes? ¿Ganado para qué?), a estas alturas incluso eso ha dejado de importar y ya el tema de las múltiples solicitudes y promesas de un replanteamiento parecen agotadas y desvirtuadas.

Aunque este salón fue el resultado supuestamente de un proceso diferente, que incluía visitas curatoriales a diversas regiones del país y abogaba por una visión que superara el estigma del evento por el evento, la verdad es que los resultados no superan en mucho las ediciones anteriores (a veces se tiene la sensación de viajar al pasado y ver decenas de obras ya expuestas en otras muestras), y palabras como las de Ana Patricia Palacios corroboran que de planeación hubo poco.

Habrá que ver si cuando publiquen el nombre del ganador pasa algo, sobre todo en un país donde la clave del arte contemporáneo para no pasar desapercibido es provocar esperando que alguien, cayendo en la vieja trampa, critique cualquier cosa. Veamos entonces si el fallo es lo suficientemente 'provocativo', ya que por ahora la situación me recuerda mucho un grafito que hizo carrera hace algunos años en las calles de la Candelaria: "Salón Nacional de Autistas". Y que quede claro que no lo menciono solo por el silencio sepulcral en torno al asunto y el escaso poder de reacción. A fin de cuentas, como comentábamos con Iregui, de qué vamos a hablar, si ya no queda absolutamente nada nuevo por decir.

* Periodista

Más información

Si quiere conocer uno de los pocos debates realizados sobre el tema, vaya a Esfera Pública, fundizan poco y solo describen aisladamente algunas piezas de la muestra, prácticamente ya nadie tiene nada que decir al respecto. porque ya se ha dicho todo.

No es sorpresa que cada vez que una de las más recientes ediciones del evento termina, varias voces se unan para decir que debe replantearse, que tienen que encontrarse orientaciones más cercanas a la realidad contemporánea y que deben definirse claramente cuáles son los objetivos que conducen a la realización de un Salón Nacional de Artistas en el presente. Si bien algunos creadores lo siguen defendiendo como un espacio ganado (las preguntas serían: ¿ganado para quiénes? ¿Ganado para qué?), a estas alturas incluso eso ha dejado de importar y ya el tema de las múltiples solicitudes y promesas de un replanteamiento parecen agotadas y desvirtuadas.

Aunque este salón fue el resultado supuestamente de un proceso diferente, que incluía visitas curatoriales a diversas regiones del país y abogaba por una visión que superara el estigma del evento por el evento, la verdad es que los resultados no superan en mucho las ediciones anteriores (a veces se tiene la sensación de viajar al pasado y ver decenas de obras ya expuestas en otras muestras), y palabras como las de Ana Patricia Palacios corroboran que de planeación hubo poco.

Habrá que ver si cuando publiquen el nombre del ganador pasa algo, sobre todo en un país donde la clave del arte contemporáneo para no pasar desapercibido es provocar esperando que alguien, cayendo en la vieja trampa, critique cualquier cosa. Veamos entonces si el fallo es lo suficientemente 'provocativo', ya que por ahora la situación me recuerda mucho un grafito que hizo carrera hace algunos años en las calles de la Candelaria: "Salón Nacional de Autistas". Y que quede claro que no lo menciono solo por el silencio sepulcral en torno al asunto y el escaso poder de reacción. A fin de cuentas, como comentábamos con Iregui, de qué vamos a hablar, si ya no queda absolutamente nada nuevo por decir.

* Periodista

Más información

Si quiere conocer uno de los pocos debates realizados sobre el tema, vaya a Esfera Pública,
espacio de discusión moderado por el artista Jaime Iregui.

Vea la información del Ministerio de Cultura referente al

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