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Hechos en la frontera colombo-venezolana

La detención de la excongresista Aida Merlano en Maracaibo, hace recordar algunos episodios similares surgidos años atrás entre los dos países

Juliana Londoño, Juliana Londoño
30 de enero de 2020

Con ocasión del sonado caso de la captura Aida Merlano en Maracaibo, se recuerdan algunos episodios de las relaciones colombo-venezolanas que, aunque ahora ni siquiera aparecen en los textos de historia diplomática, tuvieron en su momento gran connotación.

En 1952 el gobierno colombiano mediante una nota fechada el 22 de noviembre, reconoció la soberanía venezolana sobre los islotes de Los Monjes.

Desde 1948 los sucesivos gobiernos conservadores, estuvieron acosados por la “Guerrilla del Llano”. Todo el ejército y la policía estaban empeñados en la lucha. En algunos círculos bogotanos se comentaba que los grupos comandados por Dumar Aljure, Eliseo “Cheito” Velázquez, Guadalupe Salcedo y Eduardo Franco, entre otros, surgirían de un momento a otro por el cerro de Monserrate, para llegar al palacio presidencial.

“Cheito” Velásquez, para eludir el acoso de las fuerzas estatales, pasó a Venezuela y fue detenido por las autoridades de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. El gobierno de Colombia solicitó la extradición del guerrillero liberal y el de Venezuela se abstuvo inicialmente de concederla. Sin embargo, el 4 de septiembre de 1952, Velázquez fue sorpresivamente entregado y murió acribillado a balazos en territorio colombiano.

Algunos comentaron que, no obstante los argumentos que el gobierno afirmó que tenía para hacer el absurdo reconocimiento de la soberanía de Venezuela sobre Los Monjes, este había sido parte de un acuerdo que incluía la entrega de Velasquez a Colombia.

Años después, el general del ejército venezolano José María Castro León, después de haber participado en el derrocamiento de Pérez Jiménez, fue designado como ministro de defensa por la Junta de Gobierno presidida por el contraalmirante Wolfang Larrazábal. Castro León tuvo ciertos desacuerdos con la Junta, renunció a su cargo y salió para la República Dominicana en donde el “Generalísimo” Trujillo recibía a mandatarios derrocados y a militares rebeldes.

En abril de 1960 durante el gobierno de Rómulo Betancourt, Castro León fue dotado de un pasaporte dominicano, con este viajó a Cúcuta y entró a Venezuela donde organizó una rebelión militar, logrando incluso tomar la ciudad de San Cristóbal. Sin embargo, el movimiento fue aplastado por fuerzas leales al gobierno y el general fue detenido, enjuiciado y trasladado a la prisión del cuartel San Carlos de Caracas en donde murió tiempo después.

El presidente Betancur se quejó ante su colega colombiano Alberto Lleras Camargo, por el ingreso de Castro León por territorio colombiano, ante lo cual el mandatario colombiano rompió relaciones con República Dominicana.

El embajador de Colombia en “Ciudad Trujillo”, como se llamaba en ese entonces la capital Santo Domingo, debió salir apresuradamente con su familia del país, mientras las turbas trujillistas se aprestaban a asaltar la sede de la embajada colombiana.

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(*) Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la Universidad del Rosario

 

 

 

 

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