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La oscura y rara historia de la venta de Medimás

La venta de la mayor EPS del país a DBMS, una firma estadounidense acerca de cuyos propietarios y funcionamiento se conoce poco en Colombia, tiene en alerta a los organismos de control pues podría ser una mala réplica de la venta de Cafesalud.

Germán Manga, Germán Manga
8 de enero de 2019

En forma sorprendente y temeraria el Superintendente de Salud, Fabio Aristizábal Ángel, estaba, hasta hace pocos días, en disposición de aceptar como una transacción “entre privados”, la venta directa de Medimás, la mayor EPS del país, a “Dinamic Business and Medical Solutions” DBMS, una firma estadounidense de cuyo origen, propietarios y funcionamiento poco o nada se conoce en el país.

El tema encendió alarmas en organismos de control y en una reunión reciente le recordaron a Aristizábal su obligación ineludible (establecida en el numeral 17 del artículo 7 del Decreto 2462 de 2013) de autorizar previamente a sus vigilados cualquier cambio en la propiedad y que el no cumplimiento de ese requisito lo pondría en la misma ruta de su antecesor, Norman Julio Muñoz, sancionado por la Procuraduría por permitir y autorizar el inicio de operaciones a Medimás sin que contara con la capacidad de prestar los servicios a los que se comprometió.  

Pero la atención mayor se enfoca sobre Ángela María Echeverry, agente liquidadora de SaludCoop, quien, en su calidad de tal, realiza en forma directa la negociación que entregaría la propiedad jurídica y los bienes de la EPS que tiene más de 4 millones de afiliados, a la desconocida firma de Indianápolis, representada en Colombia por un ciudadano llamado Wilson Cubides.

Las autoridades analizan una “carta de oferta vinculante” del pasado 20 de diciembre, dirigida por Adnam Zalam, CEO de DBMS Inc, a “Ángela María Ramírez Echeverri (SIC)” Agente Liquidadora de SaludCoop, con copia al Presidente Iván Duque, al Superintendente Aristizábal, a Jorge Gómez de Medimás y a Cubides, en la cual ofrecen 1 billón 172 mil millones de pesos por Medimás, Esimed, 14 clínicas, la participación de SaludCoop (en liquidación) en Heon Healt on line, Contact Service SAS, Cruz Blanca EPS, Laboratorio Bioimagen y cinco pisos en el edificio Paralelo 108 de Bogotá. En la práctica, estarían comprando lo que era SaludCoop.

Las primeras investigaciones señalan que el propósito de la agente liquidadora es realizar la venta “entre privados” y una conciliación en la Superintendencia de Sociedades entre Cafesalud por una parte y Prestnewco SAS (dueña de Medimás) y Prestmed SAS (dueña de Esimed) por la otra, y de todos los accionistas, para subsanar los conflictos existentes y facilitar la operación con el oferente de USA.

El tema interesa a la Contraloría y a la Procuraduría porque las sociedades que serían vendidas se constituyeron como vehículos de inversión o como tenedoras de acciones para administrar activos del sector de la salud, y como tal son entes jurídicos trascendentales y fundamentales a la función de prestación del servicio de la salud.

La operación sería una mala réplica de la grotesca venta de Cafesalud a Medimás, EPS que desde su entrada en operación, el 1 de agosto de 2017, no logró estructurar una red de servicios estable y de calidad y por el contario acumula múltiples acciones judiciales y quejas de sus usuarios, graves irregularidades administrativas, contables, financieras -bajo estudio de la fiscalía y entes de control-,  e incumplimientos, algunos en cuanto a la venta, suficientes para declarar la terminación del contrato y exigir el pago del valor pactado y de los perjuicios.

Lo que más inquieta a las autoridades es que el remedio resultó peor que la enfermedad porque siguiendo la tradición de SaludCoop y Cafesalud, Medimás habría violado el límite de integración vertical y es investigada por el posible desvío de cuantiosos recursos de la Unidad de Pago por Capitación, a través de contratos con personas y entidades afines, algunos con fines distintos de los previstos en la ley. Su calamitosa situación legal y operativa llevó a que Medimás esté sometida a control por parte de la Superintendencia de Salud y Prestenewco S.A.S y Presmet S.A.S, a control de la Supersociedades.

Aparentemente la venta solucionaría casi todos los problemas, pues los compradores asumirían el pago de la totalidad de las obligaciones pendientes, así como de los pasivos de Medimás y Esimed y quedarían conciliadas todas las diferencias legales y contractuales entre los actuales accionistas en relación con la venta de Cafesalud.  Pero la Procuraduría considera al respecto que por involucrar la prestación de un servicio fundamental para más de cuatro millones de colombianos, además del cumplir los requisitos legales, la eventual venta debe estar supeditada a que el Supersalud investigue y certifique la experiencia y capacidad del comprador para prestar servicios de salud y a que se establezca claramente la identidad de los propietarios de DBMS, entre otras razones para conjurar la posibilidad de que la operación termine en una recompra de SaludCoop y aparezcan de nuevo los tentáculos de sus primeros accionistas o personas cercanas a ellos, como ocurrió en Medimás. Queda adicionalmente el tema de que al vender dejarían un cascarón sobre el cual hay investigaciones de todo tipo y ni un peso para atender obligaciones, porque al ser una SAS, los actuales accionistas solo responderían hasta por el monto de sus aportes y la sociedad fue constituida con un millón de pesos.     

Quienes participaron en las reuniones de los últimos días para analizar el tema, encontraron en la agente liquidadora y en el Supersalud, ambiente favorable a realizar la operación “entre privados”. El senador Jorge Enrique Robledo, quien sigue de cerca el caso, se opone porque la venta de Medimás involucra multimillonarios recursos públicos y afecta a los usuarios y a los trabajadores de la EPS. El pasado judicial de la empresa es más que aterrador. Están en la cárcel Carlos Palacino creador de SaludCoop y gran cerebro de sus operaciones, Guillermo Grosso exinterventor de SaludCoop y presidente de Cafesalud y Eva Katherine Carrascal, ex Superintendente delegada para la supervisión institucional de la salud. Esa sola circunstancia debería obligar a los actuales protagonistas a extremar todos los controles para no apartarse ni siquiera milimétricamente de los requisitos y obligaciones que les impone la ley. Soldado avisado…

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