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Una vergüenza

Carlos Holmes Trujillo y el alto comisionado para la paz, o para la legalidad, como le dicen ahora, Miguel Ceballos manifiestan que desconocen los protocolos que se firmaron entre el Estado colombiano y el ELN.

Ariel Ávila, Ariel Ávila
23 de enero de 2019

Hace algunos días el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, y el alto comisionado para la paz, o para la legalidad, como le dicen ahora, Miguel Ceballos, hicieron una rueda de prensa. En ella, literalmente, hacen un papelón terrible, una vergüenza para la diplomacia colombiana. Manifiestan que desconocen los protocolos que se firmaron entre el Estado colombiano y el ELN. Como se sabe, el objetivo de estos protocolos era plasmar, lo más claro posible, las reglas de juego de la negociación, entre otras cosas, estos protocolos contemplaban los pasos que debían seguirse en caso de un rompimiento de las negociaciones.

El argumento del gobierno de Iván Duque es que estos protocolos los firmó otro gobierno —el de Santos—, por ende, no tendrían validez. Además, ya que el gobierno Duque no asistió a la mesa, ni una sola vez, aún es más claro que estos protocolos no tienen validez alguna. Basados en eso, piden que los mismos no se apliquen y que Cuba debería entregar los miembros del ELN al Estado colombiano. En la misma rueda de prensa se dijo que el Consejo de Seguridad de la ONU respaldaba al gobierno colombiano, por consiguiente, se debían desconocer los protocolos y Cuba debería entregar a los miembros del ELN. Sobre este tema se deben mencionar cinco cosas:

  1. El Consejo de Seguridad de la ONU efectivamente emitió un comunicado. Donde condenaba el ataque terrorista del pasado jueves en Colombia. Se lee, a mitad del comunicado, que es importante que los responsables sean llevados a la justicia y que se condena cualquier acto de terrorismo. En ningún lado se habla de los protocolos y tampoco se insta a Cuba a entregar los miembros del ELN. Es decir, el señor Miguel Ceballos manipuló o tergiversó la nota de prensa del Consejo de Seguridad. De hecho, este tipo de notas de prensa es un comunicado estándar, el cual siempre se emite ante cualquier ataque terrorista en el mundo.

  2. A nivel internacional el que firma es el Estado colombiano, no importa si el presidente era Pastrana, Gaviria, Uribe o Santos. Ante la comunidad internacional la firma de cualquier pacto, convenio, tratado es entendido como firma de Estado. El cambio de gobierno no afecta los compromisos de Estado. El argumento de Holmes Trujillo y Ceballos es tan absurdo que se podría decir que los tratados de derechos humanos sobre la libertad de prensa o el sistema interamericano o incluso el de la CPI, deberían ser ratificados cada cambio de gobierno, e incluso que es discrecional de cada gobierno decidir cuáles reconoce y cuáles no. Es totalmente absurdo.

  3. Se debe aclarar que el Estado colombiano le pidió al Estado cubano que acogiera las negociaciones de paz, tanto la de las Farc como las del ELN. Colombia fue la que solicitó, Cuba no se metió a la fuerza o se impuso. Fue decisión de Colombia solicitar ese apoyo. Además, los protocolos involucran otros Estados y no solo a los cubanos. Cuba es un país amigo de Colombia y esta decisión del gobierno Duque pone en serio riesgo a la isla, pues los podrían incluir en la lista de países que ayudan al terrorismo, lo cual significan sanciones económicas y políticas delicadas.
     
  4. Desconocer los protocolos sienta un precedente complicado: a nivel internacional quedaría la imagen de que Colombia tiende a desconocer lo que pacta. Además, es un muy mal precedente para futuras negociaciones ya que siempre habrá la duda sobre si se cumple o no lo pactado.  

  5. Los protocolos establecen los pasos a seguir en caso de ruptura de las negociaciones, pero no establecen diferentes protocolos dependiendo de la causa de la ruptura. Si bien el acto terrorista del ELN es reprochable, es una salvajada y debe ser rechazado con vehemencia, esto no significa que Colombia debe incumplir acuerdos que firmaron con otros Estados y con una contraparte con la que negociaba. Eso es el Estado de derecho, es decir, a pesar de las dificultades siempre se actúa en derecho y no se puede actuar como bandidos o incumpliendo las reglas.

De hecho, Carlos Holmes Trujillo sabe que eso que piden va en contravía de un Estado de derecho, pues ayer, miércoles, en la reunión del Consejo de Seguridad no habló ni de los protocolos, ni de Cuba. Se entiende la rabia de los colombianos luego del ataque terrorista, pero eso no nos puede llevar a cometer errores que ni un estudiante de primer semestre de Relaciones Internacionales cometería.