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Jorge 40, la JEP lo espera

Rodrigo Tovar Pupo, tiene la gran oportunidad de volver su vida delictiva una causa política: debe contarle a la JEP la verdad.

Javier Gómez, Javier Gómez
3 de septiembre de 2020

Otra caja de pandora del paramilitarismo debe aterrizar en el país los próximos días: Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40. En su valija, como es de esperar, trae esa información que lo hizo célebre en las décadas del noventa y dos mil, entonces comandante del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia. Ya era el patrón en la zona y las más influyentes familias, políticos, el Batallón la Popa y reconocidas mineras internacionales del carbón, le hacían caso. Con el fusil al hombro sembró el terror para erradicar, supuestamente, a los grupos guerrilleros.

Sin embargo, años después, alias Jorge 40, fue extraditado a Estados Unidos por narcotraficante. Cuando le notificaron la extradición en una cárcel de Barranquilla, “se tiró al suelo y a grito herido dijo: me traicionaron”, me contó Alcides Mattos Tabares, alias el Samario, un paramilitar de confianza de Tovar Pupo junto a alias Tolemaida.

Ese argumento, el de la traición, fue el que esgrimió Jorge 40 ante el juez Reggie Walton el 6 de noviembre de 2015 en la Corte que lo juzgaba, según relata la organización InSight Crime en un extenso artículo que tituló “Élites y crimen organizado en Colombia: Jorge40”.

Y, para fortalecer su tesis de la traición frente al juez, dijo: “Yo soy un prisionero político, soy inocente y me acusan de participar en una conspiración inexistente”. Al parecer, dice la publicación, eso conmovió al juez quien a cambio de 30 años de cárcel terminó condenándolo a 16.

Pues bien, en Colombia la justicia lo espera para que responda por delitos de lesa humanidad, desplazamiento forzado, despojo de tierras, conformación de grupos paramilitares, etc. Algunos medios de comunicación aseguran que la Fiscalía General de la Nación registra su participación en más de 20.000 crímenes relacionados con el paramilitarismo, aunque él, en justicia y paz, de donde fue expulsado, reconoció no más de 100.

Pero para Jorge 40 nada está perdido, tiene una gran oportunidad de resarcir sus pecados y hacer de esos hechos delictivos una causa política acogiéndose a la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP-. Sin duda, este hombre tiene mucho que contar. Es una gran oportunidad para comenzar a desenredar el ovillo de ese Magdalena Grande-Cesar, Magdalena, Guajira- y la disputa entre esas familias poderosas que se aliaron con las causas más crueles para consolidar su poder: Los Gnecco y Araújo, como bien lo señala la rigurosa investigación de Insight Crime.

Para nadie es un secreto que Jorge 40 fue utilizado por esas potentes familias para consolidar su poder en la región de Cesar, La Guajira, Atlántico y Magdalenaque auspiciaron grupos armados ilegales para adueñarse del territorio y someter o desplazar a una gran masa de campesinos. Con esos grupos armados no solo asesinaron y desaparecieron campesinos sino que los despojaron y desplazaron de sus tierras, es decir, hicieron una contra reforma Agraria a sangre y fuego.

Son muchos los interrogantes que Jorge 40 debe venir a resolver, pero también contarle la verdad a las cientos de miles de víctimas que dejó con su accionar violento, de lo contrario le esperan más de40 años de cárcel.

Mattos Tabares, alias el Samario, me decía que “nosotros -el Bloque Norte- éramos el Estado; decidíamos a quién elegir; cómo deberían repartirse los contratos y a quiénes había que favorecer. Decidíamos sobre la propiedad de las tierras. Porque nosotros lo controlábamos todo: gobernaciones, registradurías, contralorías, procuradurías, la agencia de restitución de tierras, todo; nada se movía sin que nosotros diéramos la orden”.

Pero además, debe contar, alias Jorge 40, cómo fue su relación con las mineras Drummond y Prodeco, que como bien lo relata una investigación de la organización no gubernamental PAX llamada “El Lado Oscuro del Carbón”, se trató más de un vínculo orgánico que coyuntural. Cuenta la investigación que el líder paramilitar recibió 1.500.000 dólares para crear el “Frente Juan Andrés Álvarez”, y que posteriormente recibían una mensualidad de apoyo para su manutención.

“Quiero recuperar la libertad para recuperar la lucha en mi país, no para volverme narcotraficante. He cometido errores y estoy dispuesto a luchar por la reconciliación de los colombianos”, le dijo alias Jorge 40 al juez Walton ese noviembre de 2015. Hágale, aquí lo esperamos. La mejor manera de resarcir a las víctimas y apuntalar la reconciliación entre los colombianos es contando la verdad, y nada más que la verdad. ¡La JEP lo espera!

@jairotevi