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Nada está refrendado hasta que todo esté refrendado

Aunque luzca absurdo que el gobierno con toda la maquinaria a su favor pierda el plebiscito, todo es posible y más en la impredecible y loca política colombiana.

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
30 de julio de 2016

Puede que los del ‘sí’ ratifiquen las tendencias de las últimas encuestas y barran en el plebiscito por la paz. Pero, por algunas razones que explicaré a continuación, también creo que los de ‘no’ pueden ponerse las pilas y a pesar del evidente desequilibrio en el que se encuentran en términos prácticos, no es para nada descartable que se impongan en las urnas o que, cuando menos, envíen un mensaje nítido con la contundencia de millones de votos que deje en un incómodo escenario de victoria pírrica al gobierno y a las Farc.

Y es que, al igual que en otras elecciones con candidatos de carne y hueso, suele ser más disciplinado y estar más motivado el que va de segundo y cree que con esfuerzo puede repuntar, que el primero que termina confiado y no pocas veces con el pan quemado en la puerta del horno. Eso puede ocurrirle al gobierno nacional que se muestra excesivamente triunfalista por estos días y que, encima de todo, está teniendo problemas para montar una campaña coordinada y sistemática para promover su paz.

Si la división política y la cantidad de egos revueltos siguen pensando más en el 2018, que en promover los acuerdos finales, la cosa se puede enredar. Si además de eso, administrativamente también hay celos y líos, el resultado puede ser peor.

Tal parece que no sólo Horacio Serpa y Rodrigo Lara tienen serias desavenencias, o los de la U con todos los anteriores, o que nadie quiere que los mande un expresidente liberal, sino que también quienes están haciendo el trabajo con los empresarios, Fabio Villegas y Juan Mesa, tienen serios ‘problemas de coordinación’.

La izquierda armó rancho aparte y puede que, como en la reelección, sea ese sector político el que le termine dando el triunfo al ‘sí’ en las urnas ante tanto despelote del lado del establecimiento, pero lo cierto es que las cosas organizativamente hablando no parecen nada fáciles.

Otro factor complicado para el gobierno, es que los parlamentarios, con más ascendencia en el voto regional, no están todavía jugados con la campaña por la paz. Quizás estén esperando recompensas anticipadas para comenzar a actuar, pero con un botín del Estado reducido o cuando todo está ya repartido, no será fácil seducirlos y comprometerlos a participar.

Pero si en Colombia hay problemas, de la Habana viene un barco cargado de… más complicaciones porque todo lo que falta por acordarse y que debe anunciarse apenas unas semanas antes de acudir a las urnas es sin duda lo más impopular.

Cúrules a dedo, simultaneidad de representación política con el cumplimiento de las ‘penas’ por parte de los líderes de las Farc y sanciones que implican un componente de restricción, pero no de privación absoluta de la libertad, son algunos de los detalles que restan y que les entran más en reversa a los colombianos, incluso a los partidarios actuales del proceso de paz.

Es obvio, que la oposición se montará en estos caballitos de batalla y que si el mensaje resulta efectivo puede calar.

Finalmente, por la naturaleza misma de los procesos plebiscitarios estamos hablando de una elección muy frágil, susceptible a cualquier hecho político, por mínimo que parezca, que puede cambiar de un día para otro los resultados entre el ‘sí’ y el ‘no’. Con un gobierno tan dado a las embarradas y con unas Farc que siguen sin ayudar a construir ambiente positivo entre la opinión pública, cualquier paso en falso puede inclinar fácilmente la balanza de un lado o del otro.

Sin acuerdos definitivos a la vista, con el tiempo corriendo en contra y con las calificadoras y los inversionistas internacionales exigiendo cuanto antes la presentación de la innombrable, por ahora reforma tributaria, la conclusión es que definitivamente nada está refrendado hasta que todo esté refrendado y aunque luzca absurdo que el gobierno con toda la maquinaria a su favor pierda el plebiscito, todo es posible y más en la impredecible y loca política colombiana.

*Twitter: @JoseMAcevedo