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Visitas y expulsiones

Mientras que rusos y países de la Otan expulsan a diplomáticos, China confirma su liderazgo regional mundial y regional sirviendo como mediador entre las dos Coreas y entre Kim Jong-un y Trump.

Juliana Londoño, Juliana Londoño
31 de marzo de 2018

Nunca, sin llegar a la ruptura de relaciones, se había expulsado masivamente a decenas de diplomáticos de un Estado como lo han hecho, tanto los Estados Unidos y algunos países europeos como Rusia, como consecuencia del sonado caso del envenenamiento del exespía ruso en el Reino Unido. 

La convención de Viena sobre relaciones diplomáticas establece que un Estado puede, en cualquier momento y sin tener en cuenta los motivos de su decisión, calificar a un funcionario de una misión extrajera como “persona non grata”, lo que implica que este debe abandonar de inmediato el país. Actualmente sin el uso de esa fórmula diplomática, simplemente se expulsa al funcionario.

La calificación de persona non grata no se da solamente a funcionarios diplomáticos acreditados en el país, sino también a artistas, políticos, escritores o a cualquier persona. El austriaco Kurt Waldheim, después de haber sido secretario general de Naciones Unidas y cuando se desempeñaba como presidente de su país, fue declarado persona non grata por los Estados Unidos y otros estados al ser acusado de haber tenido conocimiento como oficial de la SS de Hitler en Grecia, del asesinato de 42.000 judíos griegos, sin haber hecho nada para impedirlo.

Sin embargo, con frecuencia, responsables directos de masacres que se encuentran en un país, no solamente no son declarados personas “non gratas”, sino que son acogidos oficialmente con entusiasmo.    

Mientras que Rusia, los Estados Unidos y el Reino Unido se enfrentaban, sorpresivamente el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, de 34 años, apareció en Beijing en un tren blindado de 29 vagones, el mismo que usó su abuelo y en el que falleció su padre en 2011. Lo acompañó su esposa que ahora compite con Melania Trump. Fue recibido por Xi Jinping, presidente de China, quien le brindó una calurosa bienvenida.  

Esta gestión china, es el primer paso para una reunión del estrafalario presidente de Corea del Norte con su colega de Corea del Sur, Moon Jae-in el 27 de abril y posteriormente, con el presidente Trump sobre el tema del programa nuclear de Pyongyang.

¿Quién hubiera pensado que, a pesar de la guerra comercial declarada por Trump, China iría a ser el mediador entre las dos Coreas y el gestor de un encuentro entre Trump y Kim?

Xi Jinping, después de haber garantizado su permanencia indefinida en el poder, confirma así no solamente su condición de líder mundial a la par de Trump y de Putin, sino también su control sobre el extremo oriente, en donde el diferendo por la soberanía de las islas en el mar del sur de la China estuvo al borde de generar serios incidentes armados.

El presidente de China envía así a los Estados Unidos y a los estados de la región que pretenden las islas, el tácito mensaje de que las islas Spratly, las Senkaku y el Mar del Sur de la China…son de China.

Nunca Xi Jinping ha tratado de sacarle el cuerpo a su enorme responsabilidad frente a tan complejo diferendo.

(*) Profesor de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de El Rosario.