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Y la Andi: ¿Prioriza la paz? o ¿Van por los 7.000 millones de dólares?

Señores empresarios: ese es un plato apetitoso para cualquiera dedicado a los negocios, pero la frase presidencial es un platillo envenenado.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
4 de marzo de 2019

Los empresarios colombianos deben defender la paz interna y la de la región. Aquello de que la guerra ha sido buen negocio es uno de los mitos que debemos derrumbar.

Afirmaciones como que “a los ricos les gusta la guerra porque ellos ganan dinero en la misma medida que se asesinan pobres con apoyo de militares y policías,” no son tan ciertas como se ha dicho y hemos creído.

Cierto es que muchas masacres contaron con el apoyo de militares y policías como confirman sentencias judiciales y declaraciones de involucrados. También es cierto que gente como Mancuso, Castaño y sus amigos se enriquecieron con las masacres y que gracias a esa violencia desataron su sed de lujos, desenfreno y riqueza, pero ojo esa guerra no hizo más ricos a los empresarios de Córdoba, si los había en aquella época.

Es cierto que el narcotráfico de Medellín y de Cali manejó fabulosas cifras que permearon la sociedad toda y que el sector financiero encontró en el lavado de dinero y en los volúmenes de capital de los narcotraficantes gran oportunidad de negocio, pero no solo eso explica el crecimiento del sector financiero colombiano.

También conocemos que vendedores de vehículos y otros bienes de consumo ganaron fortunas vendiendo sus productos de alto costo a familias, socios de Pablo Escobar y los Rodríguez para mencionar los más referidos. Pero esas adquisiciones solas no son el total de la comercialización de vehículos, joyas, electrodomésticos, y bienes inmuebles en el país.

De hecho, la presencia de esos dineros en la economía, pervirtió y sigue pervirtiendo mercados, circuitos económicos y la cultura de consumo en el país.

No menos cierto es que el desplome de buena parte de las dinámicas culturales en ciudades como Cali, Barranquilla o Medellín durante los 80 se explican no solo por la onda narco sino adicionalmente, por una serie de transformaciones de la sociedad colombiana que enterró su ruralidad y abrazó poco a poco lo internacional con fuerte influencia americana.

Lo que es innegable es que la guerra es rentable para los criminales.

Para quienes viven de usurpar tierras, comprar las propiedades a las viudas o pagar para que se desplace a comunidades enteras.

Para aquellos que viven de proveer logística a los ejércitos, es decir todos aquellos que encuentran en medio de la revoltura su ganancia, aquellos que viven de la desgracia y la muerte de otros.

Hoy vemos algunos “amigos de la causa venezolana” que sueñan con un pozo al otro lado de la frontera y también quienes se emocionan al escuchar las afirmaciones de Iván Duque, el presidente de Colombia sobre la caída de Maduro: “… representará un mercado de 7.000 millones de dólares para Colombia”. Ver: Duque dice que si vuelve democracia a Venezuela se abre un mercado millonario

Señores empresarios: ese es un plato apetitoso para cualquiera dedicado a los negocios, pero la frase presidencial es un platillo envenenado.

Puede significar la ruina de muchos de ustedes y seguro la ruina de los consumidores de sus productos  afectados por una confrontación armada, sin hablar de las perdidas en vidas humanas, daños a la infraestructura (ya de por si escasa y en lamentable estado) además de la ruptura social y política que por décadas tendremos en la región.

No escuchen por favor a los Alfredo Rangel, María Fernanda Cabal o Rafael Nieto y otros más que en el Centro Democrático y por fuera de él claman por una guerra que verían cómodamente desde la televisión.

No asuman irresponsablemente a esta nación que a pesar de todo les ha proporcionado la riqueza que han conseguido.

Fenalco ya le dijo al país en cabeza de su presidente ahora Ministro de Defensa (equivalente a Ministro de Guerra), que la paz, es un riesgo principal de sus negocios. Ver.

Pero ¿la Andi?

No solo se trata de que Bruce Mac Master, su presidente, comparta las sesiones del Consejo Nacional de Paz y Reconciliación con el movimiento social, que defiende los acuerdos con las Farc. Es momento de pronunciarse enfáticos y defender la paz de Colombia y la de la región señores.

Adenda: Ahora que lo del Bajo Cauca es noticia importante en los medios, ejército y policía deberían esforzarse en ganar con hechos la confianza de la ciudadanía porque, como mencionado en columna anterior, muchos pobladores en la región del Bajo Cauca, los perciben en favor de Caparrapos a unos y del Clan del Golfo a otros.

@alvarojimenezmi

ajimillan@gmail.com



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