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La estrategia de la nueva constituyente

De no armarse una gran estrategia de contención y contraofensiva, el uribismo logrará su cometido de provocar una constituyente y al mejor estilo autoritario cambiar las reglas de juego. Un verdadero castrochavismo nos espera con la constituyente del uribismo.

Ariel Ávila, Ariel Ávila
20 de marzo de 2019

El mundo político se divide en dos opiniones sobre las últimas movidas del Gobierno Duque. Un sector importante dice que todo le salió mal y en general que está perdiendo la iniciativa. Para este sector, efectivamente, el Gobierno con sus objeciones a la JEP logró unir nuevamente al Sí: sectores de izquierda, centro izquierda, centro, y centro derecha. Además, en el Congreso no la tendrá fácil para pasar las objeciones. La rama judicial se unirá, seguramente, para defender la autonomía de poderes y obviamente la mitad del país quiere la paz. Por otro lado, su inexperiencia en el manejo de la protesta social está provocando que el país, para el mes de abril, esté totalmente paralizado. Protestas indígenas, algunas dignidades campesinas, maestros, los defensores de la paz y hasta camioneros se podrán unir.

A todo lo anterior se le suman tres cosas adicionales. 1. Ingobernabilidad y falta de liderazgo en el Congreso de la República. Ni siquiera lograron cumplir la fecha de la presentación del Plan de Desarrollo, la discusión no se ve nada bien y es muy probable que el presidente deba expedir el plan vía decreto, hay más de 2.000 proposiciones de modificaciones. 2. A nivel internacional las objeciones de la JEP tuvieron una reacción negativa para el Gobierno. El viaje exprés del canciller salió bastante mal. En su reunión con el secretario de la ONU quedó claro que no se estaba de acuerdo con las objeciones y que Colombia nuevamente incumplía sus acuerdos internacionales. 3. En la próxima legislatura, la que se instala el 20 de julio, la presidencia de Senado le corresponde al Partido Liberal y Cámara a Cambio Radical. El Gobierno, liderado por el Centro Democrático y el Partido Conservador, está intentado incumplir acuerdos y lograr nuevamente la presidencia de Senado y recuperar la de Cámara. Lo complicado, para la coalición de Gobierno, es que tanto liberales como los seguidores de Vargas Lleras ya se dieron cuenta y se prevé una guerra a muerte en los próximos días.

En todo caso, para otro sector de analistas, las cosas son un poco diferentes. La supuesta debilidad e ingobernabilidad del Gobierno Duque hacen parte de una estrategia para llevar al país a una sin- salida, que provoque una constituyente, y con ello el uribismo podrá cambiar las reglas de juego. La estrategia está más que calcada. El primer paso es causar una confrontación con el poder judicial, como se sabe, desde hace años el uribismo se ha propuesto cambiarlo y destruirlo. Su idea es acabar con las cortes, como la Constitucional, la Suprema, etc., y crear una sola corte donde ellos sean los que influyan en la elección de los nuevos magistrados. El segundo paso es hacer lo mismo con los órganos de control, su objetivo se encaminó en contra del procurador Carrillo. Obviamente, también la estrategia es de división, donde para ganar muchas alcaldías y gobernaciones, intentarán dividir la sociedad. A aquellos que defiendan la paz, los tratarán de defensores de violadores de niños. Como lo han visto, la estrategia ya está en marcha. Una estrategia burda y mentirosa, pero de una efectividad única.

Para mantener la iniciativa en la agenda pública, el Gobierno Duque, está planeando una nueva arremetida sobre el tema Venezuela, con ello, distraer al país mediáticamente. La otra estrategia es satanizar la protesta social y argumentar que todos los que protestan contra el Gobierno están infiltrados por la ilegalidad. Con ello, mediáticamente intentarán ganar las bases populares y aislar a la oposición.  

La estrategia está en marcha, la gran pregunta es cómo la contrarrestarán las fuerzas de oposición y los sectores independientes. Qué planean hacer César Gaviria o Vargas Lleras, o todo el bloque alternativo, e incluso el movimiento social. De no armarse una gran estrategia de contención y contraofensiva, el uribismo logrará su cometido de provocar una constituyente y al mejor estilo autoritario cambiar las reglas de juego. Un verdadero castrochavismo nos espera con la constituyente del uribismo.

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