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'La FM' vs 'La FM

Ante la indudable superioridad de 'La W', sigo pensando seriamente que la Gurisatti es una periodista de televisión

Semana
15 de junio de 2003

RCN, en un despliegue publicitario casi sin precedentes, viene aplicándole desde La FM de Claudia Gurisatti, a La W FM de Julio Sánchez Cristo, una dosis de avisos muy vistosos en diferentes medios para moler a la competencia con unas encuestas que, de no ser por la seriedad de por lo menos uno de sus encuestadores (Osvaldo Acevedo), se prestan para incómodas suspicacias.

Desde que Sánchez se inventó su género radial hace 10 años, convirtiéndolo en uno de los programas más oídos, ambos nombres se clonaron. Hablar de La FM es hablar de Julio Sánchez, y viceversa.

En medio del reciente trasteo del programa a Caracol, RCN se montó en una encuesta que aprovechaba la confusión a la que incita el genérico de la FM, para preguntarles a los colombianos qué es lo que oyen en esa franja. Apenas obvio, la gran mayoría contestó que La FM. Sólo que ahora La FM no es de Julio sino de la Gurisatti, por lo que concluir que muchísimos más colombianos están oyendo a la segunda sencillamente porque contestaron que en FM les gusta La FM puede ser peligrosamente inexacto. Y feíto.

En una segunda encuesta, también publicada con bombos y platillos, la pregunta cambia: '¿Quién tiene más credibilidad: Claudia Gurisatti, o Julio Sánchez?'. Y el encuestador también cambia: en este sondeo de RCN liderado por su mancorna 'Mercadatos', la Gurisatti sale muy alta.

Es obvio que Claudia cosecha con el nombre de La FM, que tanto tiempo lleva martillando Julio Sánchez. Pero también es indudable que su cara nueva en la televisión, durante el tiempo que su seguridad personal se lo permitió, logró imponer un estilo propio, hacer periodismo de fondo, actual, incisivo, polifacético. Hoy, a pesar de que estuvo retirada más de un año en Nueva York, la Gurisatti conserva su marca.

Ahora la pregunta, como lo sugiere la agresiva publicidad de RCN (aún por fortuna no convertida en una batalla campal por la reacción serena de Caracol): ¿Será cierto que se está oyendo más a La FM de la Gurisatti que a La FM de Sánchez Cristo?

Sin ninguna prevención me he dedicado a monitorear ambos programas para examinar mis gustos como radioyente. De lejos me quedo con La W, un programa cuya trayectoria Julio ha aprovechado muy inteligentemente para ir puliendo su estilo radial, cada vez más lejos de esos primeros programas que se inclinaban ante todo por lo light.

El 'estilo Julito' ha sufrido una interesante evolución. Julio y los temas de sexo siguen siendo inseparables. Pero cada vez tienen más espacio y más peso las discusiones nacionales e internacionales de mucha trascendencia y profundidad, hasta el punto de que Julio se ha convertido en surtidor de noticias de otros medios que hoy son 'jalados' por La W.

El talento de Julio Sánchez no tiene rival en el arte de capotear cualquier momento no libreteado que produce un medio caliente como la radio. Hay que disfrutar la chispa que siempre está rondando en la cabina; el equilibrio, la cultura y los apuntes de Alberto Casas; la frescura de María Elvira Arango; la seriedad informativa de Félix de Bedout; los aires europeos que aporta Juan Carlos Iragorri. Y, frente a todo, la sagacidad periodística sinigual de Julio.

¿Qué me aburre a veces del programa? El exceso de llamadas de la gente, casi siempre para dar unas opiniones tontas o brutas. Cuando el oyente quiere informarse lo más pronto posible de las noticias del día aparece una De Yanira... ¡a opinar sobre el manejo económico! Pero entiendo que ese exceso de De Yaniras no sólo contribuye a inflar el ego de Julio, sino que también son el sello personal del programa.

Ante la indudable superioridad de La W, sigo pensando seriamente en que la Gurisatti es una periodista de televisión. Su programa radial suena desordenado, sin ritmo -algunas entrevistas son eternas y a otras les sacan muy poquito filo-. Tiene la incómoda costumbre de contestar por el entrevistado, lo que demuestra que el paso de la televisión a la radio no es fácil. Su inteligencia, habilidad, sagacidad, su madera, en resumen, no han podido sobresalir en su paso por el medio radial, y su equipo -el mejor es Jorge Alfredo- es disparejo y atolondrado. Queda la esperanza de que Claudia persevere y demuestre que su potencial periodístico en la radio será, como indudablemente fue el caso de la madurez que hoy hay que reconocerle a Julio, fruto de años de experiencia.

Por lo pronto, además de vivir muy bien informada y entretenida, tengo un motivo de agradecimiento adicional muy grande con el programa de Julio. Me es imprescindible oírlo mientras hago mi cuota diaria de contorsiones en el gimnasio y gracias a las ocurrencias de La W, esa rutina diaria no se ha vuelto insoportable. Mi fidelidad a Julio la complementan, pues, un corazón sano y varios kilitos de menos.

ENTRETANTO? ¿Será posible que los de El Tiempo no sean capaces de quitarle aunque sea una de dos columnas semanales a Abdón y en cambio terminen quitándole las columnas a Ruddy?

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