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La nueva normalidad

Nos tenemos que ir acostumbrando al petróleo barato, lo cual beneficia a los países consumidores, pero perjudica a los productores y exportadores, dando lugar a un juego de suma cero.

Semana.Com
25 de enero de 2016

No obstante, para el Nobel de economía Joseph Stiglitz, sus efectos macroeconómicos si no suman cero, debido a la asimetría de la respuesta de unos y otros. En efecto “los que pierden tienen que recortar inversiones o gastos, mientras que los que ganan no creen que la variación sea permanente y se contienen. Debido a ello, el efecto neto es negativo sobre la demanda global. Y como ese es el elemento que mueve la economía global, por eso no veo a las cosas mejorando”1.

Los fundamentos del mercado

Siempre se ha hablado de China y la India como las dos “aspiradoras” de materias primas, debido a que tanto por el tamaño de sus economías como por el endiablado ritmo de crecimiento que traían absorbían buena parte de ellas, lo cual mantuvo sus precios por las nubes durante un largo ciclo. Pero este llegó a su fin con la ralentización de su crecimiento, sumada a la recesión de la economía del viejo continente y a la lenta recuperación de la economía estadounidense de su crisis hipotecaria. De allí que el FMI en su Informe de julio pasado titulado justamente “ajustándose a precios más bajos en las materias primas”2 pronostica que 2016 será el “quinto año consecutivo de crecimiento declinante”3 de la economía mundial. Y más recientemente el FMI, además de revisar a la baja, una vez más, sus previsiones de crecimiento del PIB alertó sobre el riesgo de un “descarrilamiento de la economía mundial”4.

El caso más notorio es el de China que, según Stiglitz, su crecimiento se va a seguir desacelerando, sin duda alguna. Y ello obedece en gran medida a que “está haciendo la transición de tener una economía basada en manufacturas y exportaciones a una de servicios, lo cual llevará a que su demanda de bienes primarios disminuya. Por lo tanto, los países que antes le vendían productos básicos tienen que entender que así china crezca más rápido, su apetito es diferente ahora y que eso no se va a traducir en más compras”5 de materias primas. Y entre estas la más afectada, indudablemente, es el petróleo, al fin y al cabo China desplazó a EEUU para erigirse en el mayor importador de crudo del mundo. Como es bien sabido, China después de registrar crecimientos de dos dígitos de su PIB, cifrado en este momento en US $12 billones, el año anterior sólo creció el 6.9%, el menor nivel en 25 años y, según el FMI, se espera un crecimiento para el 2016 de 6.3%. Ello ha contribuido enormemente al desplome de los precios del petróleo.

El otro factor que gravita sobre la formación de los precios internacionales del oro negro, presionándolos a la baja, es la sobreoferta del mismo que ya se prolonga por tres años consecutivos durante los cuales la oferta supera la demanda entre 2 y 3 millones de barriles diarios en el mercado. Según Spencer Dale, economista principal de la BP, “durante los últimos 35 años, el mundo ha consumido alrededor de 1 billón de barriles de petróleo. Durante el mismo período, las reservas probadas de petróleo se han incrementado en más de 1 billón de barriles”6. A ello ha contribuido en los últimos 8 años el desarrollo de los yacimientos no convencionales gracias a la tecnología del fracking. Los bajos precios no han sido impedimento para que EEUU aumente sus reservas y su producción, pese a que el costo de endeudamiento de las empresas que la utilizan ha subido, según bloomberg, de 6% a 16%. Arabia Saudita y sus aliados han impedido que la OPEP frene la producción para contener la caída de los precios, porque les importa más proteger sus nichos de mercado amenazados por los productores no OPEP. No obstante, según Deloitte, la OPEP perderá de aquí al 2018 5 puntos porcentuales de participación en los mercados de petróleo, pasando del 32% al 27% (¡!).

Al tiempo que la OPEP produce por encima de la cuota acordada, los no OPEP producen y exportan más crudo tratando de compensar los menores precios con mayores volúmenes y ello ha terminado “en un exceso de oferta”7, como lo señala la Agencia Internacional de Energía (AIE). Además los inventarios están al tope, a tal punto que hoy por hoy uno de los mejores negocios es el del almacenamiento de crudos. Ello ha conducido a una guerra de precios tendiente a capturar mercados tan importantes como el mercado asiático, particularmente el de la China y la India, apelando a descuentos sobre los mismos con tal de lograrlo.

El escenario de bajos precios

Este escenario fue el que condujo a Goldman Sachs en septiembre del año pasado a atreverse a vaticinar que los precios del crudo podían caer hasta los US $20 el barril. Los últimos acontecimientos, sobre todo la irrupción de Irán con más de 500 mil barriles, que puede llegar a 1 millón en cuestión de semanas porque se sabe que cuenta con más de 50 millones de barriles almacenados en buques cisternas, llevó a Morgan Stanley a coincidir con Goldman Sachs. Y de contera “dada la continua apreciación del dólar estadounidense, los escenarios de precios petroleros de US $20 – US $25 son posibles sencillamente debido a la tasa cambiaria”8, pues la apreciación del dólar frente a las demás monedas presiona a la baja los precios.

La AIE se quedó corta al hacer sus proyecciones de precios para el 2016, en enero del año anterior su previsión era de un precio promedio para este año de US $71 el barril y ya para diciembre lo corrigió a la baja apostándole a un precio de US$50.89. Nunca se imaginaron que la caída del precio iba a traspasar la barrera sicológica de los US $30 arrancando el año, por primera vez desde diciembre de
2003. En lo corrido del año la caída del precio tanto el de la referencia WTI como el Brent, que ahora están a la par, supera el 25% y desde junio de 2014 dicha caída supera el 70%. Si bien es cierto en los últimos dos años la industria petrolera ha dejado de invertir 2 trillones de dólares, aproximadamente, sobre todo aquellas empresas que invierten en el fracking, al tiempo que Irán tendrá que modernizar su envejecida infraestructura petrolera antes de desplegar todo su potencial, su efecto sobre la oferta tardará en ponerle fin al petróleo barato, que se puede prolongar dos
años más.

Hace pocos días el precio tuvo un ligero repunte, que no rebote porque la baja de los precios sigue sin encontrar su piso y se explica por los anuncios y la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de darle un nuevo impulso a la economía a través de nuevos estímulos, inyectándole más liquidez al mercado financiero. Ayudó también el crudo invierno que golpea a Rusia, uno de los mayores productores de petróleo que no hace parte del cartel de la OPEP. Pero esta recuperación del precio es flor de un día, los fundamentales del mercado persisten en mantener los precios deprimidos, dado que se mantiene una mayor oferta de crudo concomitantemente con una baja capacidad del mercado para absorberla. Esta es la nueva normalidad, producto de la reconfiguración del mercado energético que empezó a mediados de la década anterior.

* Director ejecutivo de la Federación Nacional de Departamentos
Bogotá, enero 24 de 2016
www.fnd.org.co

1 El Tiempo. Joseph Stiglitz. Enero, 24 de 2016
2 www.americaeconomia.com. Economía & mercados. Octubre, 6 de 2015
3 Idem
4 www.20minutos.es. Enero, 18 de 2016
5 El Tiempo. Joseph Stiglitz. Enero, 24 de 2016
6 Portafolio. Diciembre 5 y 6 de 2015
7 El Nuevo Siglo. Enero, 21 de 2016
8 El Espectador. Morgan Stanley. Enero, 12 de 2016