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La piedra del senador Robledo

Políticos tolimenses aseguran que a muchos municipios hoy no pueden ir los uribistas a hacer campaña.

Semana
3 de marzo de 2007

El Tiempo catalogó en un artículo de la semana pasada al senador opositor Jorge Robledo como "la piedra en el zapato" del gobierno Uribe. Pero ante lo que era previsible que ocurriera, al senador Robledo también "se le voló la piedra". Al tiempo que se destapa el fenómeno de la para-política, comienzan a surgir las obvias denuncias sobre la farco-política, lo que lo llevó a romper su tradicional mesura verbal, para convertirse en un opositor incontinente.

Quién dijo miedo. Cuando se rumoró que existía una acción de la Fiscalía contra el ex gobernador del Tolima Guillermo Alfonso Jaramillo, miembro de las altas esferas del Polo, por supuestos vínculos políticos con las Farc, el senador Robledo salió de inmediato a decir que si se comprobaban esos vínculos, él, como vocero actual del Polo, respondería políticamente. Pero de inmediato se solidarizó con Jaramillo, sin tomar la precaución de esperar a que previamente la justicia lo investigue, antes de cometer el error que el presidente Uribe cometió con el ex director del DAS Jorge Noguera, por quien dijo que "metería las manos en el fuego".

Robledo no llegó hasta ese extremo, pero casi. Todo terminó en un desmentido momentáneo de la Fiscalía: No hay nada judicial contra el ex gobernador Jaramillo, aunque sí hay una medida inminente contra su entonces comisionado de Paz. Y sí hay una investigación abierta contra Jaramillo, por las declaraciones en su contra no sólo de un ex guerrillero recluido actualmente en La Picota, alias 'Olivo Saldaña', sino de dos guerrilleros más, cuyo testimonio evalúa la Fiscalía para judicializarlo. El primero asegura que el entonces gobernador Jaramillo tuvo un pacto con las Farc y gobernó bajo su protección, a cambio de favores del funcionario, de muy diversa índole y muy graves. El senador Robledo se refugió en el argumento de que las acusaciones contra Jaramillo eran una cortina de humo montada por el gobierno Uribe. (Curiosamente, tengo entendido que la hermana de Jaramillo es cónsul de Colombia en Sydney). Y pidió que, por cuenta de dichas acusaciones, no se pararan las denuncias contra la para-política.

Igualmente podemos pedirle al senador Robledo que por cuenta de las denuncias contra la para-política, no se paren las investigaciones contra la farco-política.

Guillermo Alfonso Jaramillo es un liberal que a partir de cierta época, no ocultó sus tendencias de izquierda. Ni más faltaba que lo hiciera. Pero en algún punto de su carrera política se enredó con la versión de un supuesto autosecuestro, que lo puso en la mira de los políticos poco serios.

Sin embargo, hizo una gobernación muy buena, reconocida por el sector privado, los gremios y los sectores no politiqueros del Tolima, que incluso toleraron que bajo el pretexto de un manejo de apertura con la izquierda, Jaramillo hiciera pactos con el Partido Comunista durante su gobernación, que impulsara diálogos regionales con la guerrilla en contra de las directivas presidenciales y hasta que ofreciera al municipio de Líbano como primer ensayo de zona de despeje para los diálogos de paz con las Farc. Pero nunca nadie ha podido decir que como Gobernador, se hubiera robado un peso.

A partir de ahí comenzó toda suerte de conjeturas sobre la posibilidad de que Jaramillo estuviera incurriendo en delito de concierto para delinquir con las Farc. Hasta se rumoraba que se les 'volaba' a sus guardaespaldas, y se reunía con el 'comandante Jerónimo' de los frentes de las Farc en el sur del Tolima, quien en alguna grabación llegó a calificar a Jaramillo como un hombre de "nuestras propias masas".

Políticos tolimenses aseguran que a muchos municipios hoy no pueden ir los uribistas a hacer campaña -¿les suena conocida la denuncia?- y que muchos líderes regionales, que estarían dispuestos a hacer en el departamento el mapa de la farco-política, no se atreven por miedo. Pero cuentan cosas. Cuentan de reuniones para entregar armas, cuentan de cajas con platas, y describen quiénes son exactamente los que pueden recorrer los municipios dominados por la guerrilla sin que les ocurra absolutamente nada.

Hasta cuentan que, según las autoridades, en el sur del Tolima habría hasta 1.000 hombres de las Farc repartidos en 17 frentes. No nos olvidemos de que para Manuel Marulanda, el Tolima es un sitio simbólico. Las Farc surgieron en Rioblanco y su fundación se hizo formalmente en la hacienda El Davis, en 1964, por lo que ese departamento tiene y seguirá teniendo un interés histórico para 'Tirofijo'. Escogido el sitio de la zona de distensión en el Caguán durante el gobierno Pastrana, no sólo Huila, sino también Tolima, se convirtieron en corredores estratégicos.

Yo no sé si sean ciertas las denuncias contra el ex gobernador Jaramillo que hace alias 'Olivo Saldaña' ante la Fiscalía. Pero precisamente el proceso de la para-política consiste en resolver cuándo en una coexistencia de los habitantes de una región con una fuerza ilegal dejan de ser víctimas para convertirse en cómplices, encubridores y hasta en gestores de sus delitos.

Y no suena lógico, ante la realidad del país, que cuando son para-políticos sean culpables, y cuando son farco-políticos, sean inventados.



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