Lesbianas y homosexuales: protestad y casaos que sois familia

Hay propuestas de matrimonio bien extrañas. A mí, por ejemplo, alguien en España me dijo “cásate con migo para que te den la nacionalidad”. La propuesta me produjo sorpresa, risa y una reflexión: me interesa nacionalizarme pero casarse para lograrlo no es ético. No pedí el asilo para poder vivir aquí, sino porque al concedérmelo España reconoce que en Colombia se vulneran derechos a las minorías sexuales. Es un logro que además de satisfacerme emocionalmente es también político, como lo es poder casarse en una notaría.

El pasado 23 de abril “retwittee” una propuesta matrimonial simpática: “@lgcb1974: Si el congreso reconoce hoy nuestros derechos me caso contigo @JoseLuisGoMar”. No sé en que quedaría esta propuesta pues el proyecto de Ley de matrimonio entre parejas del mismo sexo cayó estrepitosamente… ya sabemos todos que en Colombia no solo no se adelanta en derechos sino además se retrocede. Espero que apoyados en la Corte constitucional hagan valer sus derechos.

El No al matrimonio fue un No a la Corte

El proyecto de Benedetti logró en el Senado menos votos que varias de las propuestas de ley sobre los derechos civiles de las PMS. Los derechos se cayeron entre otras cosas, por un berrinche. A varios de los senadores se les oyó muy molestos en el debate por sentirse presionados por la Corte Constitucional (CC) para legislar. El Senador José Darío Salazar, por ejemplo, decía “La CC se toma derechos que no tiene (…) Usurpa poderes porque no tiene quien la ronde (...) Todo este desorden lo genera la Corte”.

No ganaron nada

Quienes votaron en contra del matrimonio tienen un triunfo paradójico, nadie ganó nada. Eso es lo que hace de este triunfo una verdadera mezquindad.  Su triunfo no agrega nada a nadie.  Solo quita. Quita un poco de dignidad, pero no a quienes aún no tendrán acceso al matrimonio, sino a quienes ganaron.  Quita decencia a la sociedad colombiana, quita esperanza a los colombianos de vivir en una sociedad más civilizada.

El mismo nombre para los mismos derechos

Por otro lado Álvaro Rojas, presidente de los notarios, respecto a la Corte dijo que ésta “mató el tigre y se asustó con el cuero”, refiriéndose a que no derogó ni modificó el artículo 113 del Código Civil, según el cual el matrimonio se celebra entre un hombre y una mujer con fines de procreación. Según Rojas, “Vínculo marital” sería el nombre con el cual se registraría la unión solemne de las PMS.

En entrevista con María Isabel Rueda el fiscal Eduardo Montealegre afirmó que “cualquier notario puede casar a una pareja de homosexuales bajo el título de matrimonio, y por lo tanto ese notario está legitimado para elevar una escritura pública sin que cometa ningún ilícito, ni desde el punto de vista disciplinario ni penal”.

Para muchos el fin último del matrimonio es el placer

Desde otra perspectiva, el Senador Fernando Tamayo T. interpeló que “todas las personas nacen libres, pero el derecho de ser colombiano no se puede tomar como argumento para reclamar derecho al matrimonio y la familia (…) La familia tiene dos funciones fundamentales: darle continuidad a la humanidad (…) y educar a los hijos (…) Quien quiera casarse si es hombre debe hacerlo con una mujer, si es mujer debe hacerlo con un hombre (…) Procrear solo es posible en la pareja heterosexual”.

Algunos senadores son más papistas que Francisco quien ya tuvo su propia pelea al respecto con Cristina Fernández de Kirchner y la perdió. Otros en Colombia, incluso el procurador, no son papistas, se creen el papa. Los argumentos cristianos dejan algo en claro: hay que desconocer con mucha profundidad la anatomía y la fisiología humana para pensar que cuando dos gay o lesbianas se casan lo hacen para engendrar.

Me pregunto si habrá algún desquiciado mental o corto de cerebro, no me refiero a los senadores que ya sabemos que los hay, sino a algún homosexual o lesbiana que quiera casarse con alguien del mismo sexo  para procrear.

Los heterosexuales únicamente cuando tienen coitos lo hacen con fines de multiplicar la especie; la gran mayoría de los “polvos” son solo para el placer, por lo que pareciera, por inversión de tiempo y energía, que el fin último del matrimonio es este; pero las lesbianas y los homosexuales, lo mismo que los y las heterosexuales, cuando se casan tienen entendido que el sexo, o más correctamente la genitalidad, es primordialmente para el disfrute; si no fuera así la iglesia debería separar a las personas casadas que son estériles, que no desean tener hijos o que estos han fallecido, pues no cumplen la “misión divina”.

Teniendo una unión marital de hecho se es familia

Con la sentencia C-577 la Corte Constitucional reconoció que ni la heterosexualidad, ni la consanguinidad podían ser requisitos para reconocer la existencia de una familia y recientemente con el Auto 022 de 2013 reiteró este aspecto en contra de la nulidad interpuesta por el Procurador contra una sentencia que aseveraba lo mismo; antes no éramos familia, ahora sí lo somos.

Muchos senadores afirman que en Colombia las lesbianas y homosexuales ya tenemos los mismos derechos que los heterosexuales y la Procuraduría considera que el Día Nacional de la Familia (15 de mayo) es incluyente en sí mismo y que cualquiera puede participar, pero como afirma el Abogado Mauricio Noguera “Esta falsa visión de la igualdad que desconoce un enfoque diferencial, que precisamente exalte la diversidad de la familia, es una discriminación velada”.

Mi invitación es a que quienes tienen una unión marital de hecho se asuman plenamente como sujetos de derechos y este 15 de mayo le recuerden al país que son familia y que el 21 de este mismo mes se tomen las notarías para casarse y si es necesario presionen a los jueces para que garanticen sus derechos como parejas del mismo sexo.