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El zorro Zuluaga

De día Uribe sale disfrazado del zorro Zuluaga, dice unas palabras de añoranza por el uribismo y de noche, enmascarado, maquina la defenestración de Santos.

María Jimena Duzán, María Jimena Duzán
3 de mayo de 2014

La gran revelación de las últimas encuestas es que el contendor de Santos en una eventual segunda vuelta no va a ser Enrique Peñalosa, cuya candidatura se hundió con la primera ola, sino Óscar Iván Zuluaga, el nuevo Zorro del uribismo.

Bajo esta nueva facha de aventurero que le han impuesto sus asesores, Óscar Iván parece otro. Atrás quedó el político  aplomado, decente y coherente, tres características que son escasas dentro de las huestes del expresidente Uribe. Tampoco es ya el muñeco inerte de Uribe a través del cual el expresidente comunica su ira. Ni más faltaba.  El de hoy, el que está empezando a subir en las encuestas,  es un ser remozado por los milagros del fotoshop, sin canas, sin arrugas y que por fin, es protagónico. Es más, sin temor a equivocarme diría que ni siquiera es ya un hombre terrenal porque el Óscar Iván de ahora, es todo un superhombre; un paladín de la justicia y un justiciero enviado por el uribismo para defendernos del villano Santos que quiere llevarnos por el despeñadero hacia las fauces del castro-chavismo.  Y tal será su cruzada que ya ni siquiera Óscar Iván es Óscar Iván.  Zuluaga se apellida ahora y su Z, es nada más ni nada menos que la marca del Zorro. 

La transformación de Óscar Iván Zuluaga en superhéroe es lo más interesante que le ha pasado a esta campaña, después de que Pacho Santos propuso electrocutar a los estudiantes que protestaban por la calles de Bogotá. Solo le falta hacer su cierre de campaña enmascarado y vestido con el atuendo del zorro, para que las tribus de jóvenes neonazis que odian a los judíos, a los gays, a las lesbianas y que como María Fernanda Cabal, creen que todos los que pensamos distinto a ellos somos comunistas, lo consagren como su faro y mentor.    

Lo que sí le va a resultar difícil es ocultarnos su verdadera identidad. Todos los superhéroes guardan en la penumbra una identidad oculta, que es un secreto a voces y que casi siempre es la de un ser atormentado por cuenta de dramas personales que nunca superaron y que se alimenta de la sed de venganza y del odio.   

La de Supermán era el tímido y desadaptado Clark Kent. La de Batman era el atormentado Bruno Díaz. De día salvaba vidas pero de noche Bruno planeaba sus venganzas. La identidad oculta del Zorro era la de Diego de la Vega, un señorito noble californiano que vivió en la época colonial española.  

En el caso del Zorro Zuluaga, su  identidad oculta no es difícil de adivinar porque no puede ser nadie más que el expresidente Álvaro Uribe, una figura que vive atormentada por su pasado, que ha hecho del odio y de la venganza su mejor arma política, y que siempre ha vivido en la línea fronteriza entre el respeto por la ley y la tesis de que el fin justifica los medios. De día Uribe sale disfrazado del Zorro Zuluaga, dice unas palabras de añoranza por el uribismo y de noche enmascarado maquina  la defenestración de Santos. Al uribismo puede que no le gusten los encapuchados, pero con los enmascarados no tiene mayor problema.     

Solo nos falta saber cuáles son los superpoderes que tiene el Zorro de Óscar Iván  Zuluaga. Supermán los importó de Kriptón. Los del Hombre Araña, de un revés en un experimento en un laboratorio. Batman era rico y podía utilizar su fortuna para tecnificar sus instrumentos de guerra e implementar su venganza. Y el Zorro de McCulley era un hombre astuto que nunca se dejó atrapar por las torpes autoridades a las que se complacía en humillar cada vez que podía. 

¿Cuáles de todos estos serán los superpoderes del Zorro Zuluaga? Desde que la política en Colombia se volvió ficción hasta los políticos más débiles terminan convirtiéndose en superhéroes.

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