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El experto Francisco Thoumi refuta las cifras manejadas normalmente por la prensa sobre los ingresos por narcotráfico de la guerrilla y los paramilitares.

Semana
19 de junio de 2005

El 14 de junio la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito publicó sus estimaciones anuales sobre la magnitud de los cultivos ilícitos en el país y aclaró que la magnitud publicada no es una estimación sino un censo pues su sistema de monitoreo cubre todo el territorio nacional. Las conclusiones de ese estudio son contundentes: el área cultivada con coca disminuyó en 2004 un 7% y se censó en 80.000 hectáreas. Los cultivos de amapola también disminuyeron aunque marginalmente, de 4.030 a 3.950 hectáreas. La producción potencial de coca fue de 390 toneladas y la de heroína 5 toneladas. Además, se confiscaron 149,3 toneladas de cocaína y 773 kilogramos de heroína.

Si las cifras de las Naciones Unidas son ciertas, contradicen varias de las creencias comunes sobre el financiamiento de los grupos armados en Colombia. Según las cifras de las Naciones Unidas el precio promedio por kilo de cocaína fue de 1.713 dólares y el de heroína de 7.600 dólares. De acuerdo con estos datos, el valor de la cocaína originada en los cultivos ilícitos colombianos sería (390.000-149.300) x 1.713 = 412,3 millones de dólares y el de la heroína (5.000 - 773) x 7.600 = 32,1 millones de dólares lo que suma un gran total de 444,4 millones de dólares.

A esta suma hay que restarle el valor de los insumos utilizados y el costo de los 1.865 laboratorios destruidos lo que sugiere que el valor agregado a distribuirse entre los campesinos, las Farc, el ELN, las AUC y los narcotraficantes posiblemente no supera los 350 millones de dólares.

Dadas estas cifras, no es razonable argumentar que los tres grupos armados reciben más de 150 a 200 millones de dólares por año, cifra que dista muchísimo de las manejadas frecuentemente en la prensa las cuales generalmente están en los miles de millones de dólares.

Se puede afirmar que estos datos no incluyen los ingresos generados por la pasta de coca que se importa de Bolivia y Perú para ser refinada en Colombia y luego reexportada. Aun si esto es cierto, las cifras de producción de coca en esos países no permitirían traer materia prima para producir más de 50 toneladas de cocaína lo cual no aumentaría mucho los ingresos totales del narcotráfico en Colombia. Las cifras de las Naciones Unidas tampoco incluyen los ingresos obtenidos por traficantes colombianos en los mercados extranjeros, es decir las ganancias obtenidas al vender en México, Estados Unidos, Brasil y otros países que deben ser bastante mayores a las generadas dentro del país.

El informe de las Naciones Unidas lleva a conclusiones e implicaciones de política importantes: 1. Los cultivos ilícitos no generan ingresos muy altos a los grupos armados. 2. Los ingresos generados en el contrabando de drogas hacia otros países son bastante mayores que los generados por los cultivos. Al respecto no se sabe cuál es la participación de los grupos armados en este negocio aunque la de las AUC debería ser mucho más grande que la de la Farc. 3. La política contra las drogas debe, ahora que los cultivos han caído, enfocarse mucho más en atacar el tráfico ilegal pues ahí es donde se generan los ingresos más importantes. 4. La lucha contra los grupos armados debe atacar otras fuentes de ingresos como la corrupción, los secuestros y la extorsión.

Finalmente, quienes insistan en que los cultivos ilícitos son una fuente muy importante de financiación de la guerrilla, deben simultáneamente explicar por qué los trabajos de las Naciones Unidos están errados y subestiman de manera importante los cultivos. En este caso la producción de cocaína sería mayor de la estimada y, a propósito, se podría explicar también por qué los precios de la cocaína al detal en los mercados mundiales no han aumentado. Infortunadamente, como es costumbre, las cifras sobre cultivos ilícitos, volumen de narcotráfico e ingresos ilegales son inconsistentes y muy difíciles de analizar y de entender.

*Centro de Estudios y Observatorio de Drogas y Delito
Universidad del Rosario

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