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Me preocupa tu ingenuidad

El uribismo vive un momento crítico. Así lo han querido. No han escuchado a nadie salvo a ellos mismos. Han despreciado a los hombres y mujeres de paz. Están tensando la cuerda.

Yezid Arteta, Yezid Arteta
19 de junio de 2019

 Cuando me fui del occidente de Nariño dejé a Albert Camus en la biblioteca de un colegio rural. Su obra completa en dos tomos. Colección Premios Nobel. Editorial Aguilar. El nobel argelino fue mi piloto durante mi trashumancia en la selva. Volví a él en la prisión. Por diez años compartió mi celda. Cuando recuperé mi libertad lo traje conmigo. Sigo con él. Camus predicó contra el totalitarismo y defendió la idea de que toda lucha tiene límites. No todo vale. Entre los años 1943 y 1944 escribió Cartas a un amigo alemán. Cuatro cartas. Los nazis ocupaban Francia y Camus hacía parte de la resistencia.

 En la segunda carta (Invierno de 1943), Camus pone el ejemplo de un camión que transita por las calles de París. Lleva once prisioneros hasta un cementerio en el que serán fusilados. Un capellán los acompaña. Reza por sus almas. ¿Con quién está el cura? ¿Con los nazis o los prisioneros? ¿Con los verdugos o con los mártires? El capellán vacila. Sirve a los nazis. Ha aceptado poner a su Dios al servicio del crimen, sentencia Camus. Me pregunto: ¿En qué lado están los líderes del Partido Verde de Colombia? Me preocupa tu ingenuidad, amiga verde.

 La ingenuidad de los cartelitos en el Congreso. La ingenuidad de crear un partido uribista de paz. La ingenuidad de pedir el retiro del expresidente Uribe mediante la recolección de firmas. La ingenuidad de votar en blanco cuando estaba en sus manos derrotar al candidato que puso Uribe. La ingenuidad de creerse el “centro político” del país. La ingenuidad de creer que en Colombia existe el “centro político”. La ingenuidad de creerse un partido verde pero sin ideas y sin comportamientos ecológicos. La ingenuidad de creerse en Europa cuando están en Colombia. Me preocupa su ingenuidad porque entre sus líderes y seguidores hay gente valiente. Gente con las manos limpias. Gente valiente  y con las manos limpias con la que hay que contar para sacar al país de la letrina. 

 Cuando alguien decide entrar en la jaula de los leones corre el riesgo de acabar en el estómago de éstos. El excandidato presidencial de los Verdes coquetea a menudo en la jaula del uribismo. El expresidente Uribe ha rechazado todos los llamados a cesar la bronca. El presidente Duque ha desperdiciado la oportunidad de reconciliar al país. Es un mal gobierno. Inoperante. Sin política exterior. Venezuela y Santrich son los juguetes para distraer al gato. Sergio Jaramillo, el excomisionado de  paz y mentor de la representante Juanita Goebertus, lo explicó. Duque se rajó en la implementación de los acuerdos de paz, dijo Jaramillo a los medios.

 El uribismo vive un momento crítico. Así lo han querido. No han escuchado a nadie salvo a ellos mismos. Han despreciado a los hombres y mujeres de paz. Están tensando la cuerda. Un país no se puede gobernar sólo a martillazos. Duque fue un buen senador que puede pasar a la historia como el peor presidente de Colombia. Peor que Pastrana, su compañero de viaje. Washington y Bruselas regañan al joven presidente. Las cosas no están para echar cohetes al aire, pero le quedan algunas cartas por jugar. Han destapado algunas. La estrategia del totalitarismo. Restringir la democracia hasta límites insospechados. Simplificar la vida política. 

 Entre totalitarismo y democracia no caben arquitecturas intermedias. Me preocupa tu ingenuidad, amigo del Partido Verde. ¿En qué lugar estás?

 

Yezid Arteta Dávila

* Escritor y analista político

En Twitter: @Yezid_Ar_D

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