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Vayan Viendo

Es en estas condiciones concretas, como dirían los marxistas, donde se hacen evidente el racismo y la exclusión por parte de la sociedad y el Estado. Allí no son una teoría. Son lo cotidiano.

Semana.Com
4 de noviembre de 2015

Noris Marínela Simarrón Añapa tiene 23 años, es madre de un niño de cinco años y otro de nueve meses al que aún amamanta. Cuando alcanzaba su mayoría de edad tuvo su primer hijo. Cédula e hijo casi al tiempo. Su esposo, sus hijos y su familia pertenecen al Consejo comunitario del alto mira y fronteras. El Mira es un río que nace en la provincia de Imbabura en Ecuador e ingresa a territorio de Colombia para desembocar en el pacífico colombiano por Cabo Manglares en Tumaco. Este río da nombre a éste y otros consejos comunitarios en la zona. Allí nació y creció Marínela con toda la selva, los miedos, la guerra y el abandono para sí. El consejo comunitario está integrado por 42 comunidades. Cerca de Las vueltas de candelillas donde el Río Mataje hace frontera con Ecuador, queda ubicada la vereda Vayan Viendo, donde queda su finca.

El pasado lunes 2 de Noviembre a las 4 p. m. saliendo desde su parcela en compañía de su esposo, Noris Marínela Simarrón Añapa, perdió sus piernas al pisar una mina antipersonal.

El cese de fuego unilateral de las FARC o bilateral cuando incluya el Ejército, son insuficientes para evitar los accidentes con las “quiebrapatas”. Por esa razón, para disminuir el riesgo de esta tragedia es necesario que el acuerdo final a la guerra con las FARC llegue pronto. Por esa razón también es hora de que las FARC abandonen el uso de este tipo de armas y se decidan de una vez por todas a cesar, además del fuego contra las fuerzas militares, las hostilidades contra la población. El cese de hostilidades contra la población es la moneda de cambio para conseguir la bilateralidad y así lo dejo claro el ministro de la Defensa con sus declaraciones de la semana anterior. (Ver noticia)

Noris Marínela Simarrón Añapa, mereció un destino mejor. La sociedad, toda, fracasó, fracasamos en proveérselo y hay que apurar el paso para que sus hijos no corran este mismo riesgo ni ahora, ni más adelante. Porque las minas siguen ahí.

Mónica Díaz, de la Campaña Colombiana Contra Minas estuvo en la zona del Consejo comunitario del alto mira haciendo educación en el riesgo de minas hace sólo dos meses, en la comunidad conocida como Espriella, con líderes del consejo comunitario donde ocurrió el accidente. Pero es claro que capacitación sin fin de la guerra, sin abandono del uso de minas por parte de los involucrados en el conflicto armado y sin que se retiren las minas de la tierra es insuficiente. Útil, pero no suficiente. Por ello hemos insistido por mas de 10 años en avanzar en acuerdos especiales entre el Gobierno y las guerrillas sobre minas. Acuerdos que permitan como hoy en la vereda El Orejón en Briceño, Antioquia, limpiar las minas en lugares distantes del Estado donde habitan comunidades a las que las autopistas 4G no les llegarán ni en está ni en la siguiente generación.

Es en estas condiciones concretas, como dirían los marxistas, donde se hacen evidente el racismo y la exclusión por parte de la sociedad y el Estado. Allí no son una teoría. Son lo cotidiano. Por esas vueltas extrañas que da la vida, es desde esta vereda desde donde nos llega el mazazo de la realidad para decirnos en un juego de palabras que es hora de que Gobierno y FARC vayan viendo como aceleran el proceso de cese bilateral de fuego y hostilidades porque sin ello no hay garantía de que los hijos de Noris Marinela y los de sus vecinos estén libres del riesgo de perder también sus piernas o morir en camino a su casa o a su escuela. Vayan Viendo es un nombre para decirnos a todos que pongamos los intereses y necesidades de los más pobres y vulnerables en el centro de las discusiones sobre el cese bilateral de fuegos y hostilidades. Vayan viendo señores.

@alvarojimenezmi
ajimillan@gmail.com

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