Nace una estrella

La entrada de la hacienda no puede pasar inadvertida. Quienes transitan por la polvorienta carretera ven de pronto un arco gigantesco que se alza de la nada. Dos elefantes de piedra, de tamaño natural, con sus mocos levantados al cielo flanquean la colosal portada de la propiedad de 170 hectáreas (ver pórtico). 

Allí funciona un zoológico. Hay aves exóticas, avestruzódromo y mariposario. También campos para la práctica de deportes extremos, botes y cuatrimotos similares a las que tanto le gustan al recién detenido John Freddy Manco, alias el Indio, y al fiscal Guillermo León Valencia Cossio.

La hacienda se llama Huiláfrica Salvaje y funciona como un parque temático (ver video Huiláfrica). 

El hombre detrás de la multimillonaria inversión es Germán Garrido Osorio. Tiene 49 años y se presenta como ingeniero de petróleos de la Universidad Surcolombiana. 

Su negocio principal parece ser una escuela de capacitación para técnicos de la industria petrolera llamada Ecapetrol. Una actividad que –al parecer– le permite a su dueño pagar el considerable costo de sus excentricidades.

Casi todos los miembros de las juntas directivas de Huiláfrica y Ecapetrol tienen el apellido Garrido. Según los registros mercantiles las dos compañías funcionan en la misma dirección en Neiva (ver dos certificados de cámara con la misma dirección).

Germán Garrido es más ingenioso que ingeniero. En su Huiláfrica está construyendo el que asegura será el Cristo más grande del mundo. Cuando termine su obra, el Redentor del Corcovado, en Río de Janeiro, tendrá que bajarse del podio porque, a falta de uno, el señor Garrido está armándole dos competidores. 

El primero se llama La verdadera cruz y es un crucifijo inclinado de 80 metros de largo. Los desconcertados lugareños han visto llegar enormes plumas de construcción para montar una estructura de alambre que han ido recubriendo con concreto para convertirla en un martirizado nazareno recostado en una colina huilense (ver construcción del Cristo). 

Dentro de la cruz hay una capilla con capacidad para albergar a 500 feligreses cómodamente sentados. El plan es decorarla con escenas bíblicas pintadas al lienzo por el propio señor Garrido, a quien algunos de sus amigos conocen con el remoquete de Picasso, quizá por su talento para las bellas artes (ver video Cristo). 

El orgulloso señor Garrido posó para la portada de la revista Nueva Imagen Colombiana con el Cristo a sus espaldas. Allí se ve todo de blanco hasta los pies vestido, sombrero, camisa, pantalón y zapatos. La impresionante monocromía solo es interrumpida por unos cuantos accesorios dorados: cadena, crucifijo, esclava y reloj (ver portada revista). 

El segundo de sus Cristos será un redentor de 40 metros de altura, de cuyas manos brotarán dos enormes cascadas. La imagen estará custodiada por un conjunto de esculturas sanagustinianas y por otro de estatuas egipcias. (Vaya uno a saber qué tienen que ver, pero así son los artistas). Las egipcias ya están listas y ustedes pueden verlas junto con otras asombrosas imágenes en semana.com (ver estatuas egipcias). 

Pero ahí no acaban las sorpresas, al lado del Redentor de Huiláfrica, Garrido reconstruirá los jardines colgantes de Babilonia, las otras seis maravillas del mundo antiguo y las siete del mundo moderno.

También habrá una ‘Isla de la Fantasía’ similar a la del señor Roarke y su pequeño amigo Tattoo.

El singular emprendimiento está creciendo en Palermo, Huila, a 18 kilómetros de Neiva, la tierra de Rodrigo Lara Bonilla, quien ofrendó su vida tratando de cerrarle el paso al dueño de otro zoológico construido con similar estética.

Varias cosas extrañas están sucediendo en Huila. 

Hace unos días, cuando llegaba a su casa en Neiva, mataron a tiros a la jefe de Auditoría y Fiscalización de la Dian, Celia Escobar. Ella estaba investigando fraudes con el IVA, lavado de activos y el sorprendente crecimiento de las exportaciones de tilapia en algunos criaderos de la zona, cuya descomunal productividad ha hecho creer a algunos que Jesucristo descendió nuevamente de los cielos para repetir la milagrosa multiplicación de los peces en esa querida tierra.