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Narcotráfico: la degradación de las Farc

Se les olvida que ha sido su fuente de financiación principal, lo que ha hecho que su guerra sea injusta, ilegítima y sin ideología.

Viviana Manrique Zuluaga, Viviana Manrique Zuluaga
22 de noviembre de 2013

La historia indica que la guerrilla de las FARC en medio de los procesos de paz siempre ha dado argumentos para negar su participación en el narcotráfico,  cita Fabio Valencia Cossio en su libro O cambiamos o nos cambian  que  las FARC, planteaban para dar origen a las conversaciones del Caguán  y justificar que no eran narcotraficantes sino un grupo político que: “únicamente se deriva una utilidad del negocio de la droga a raíz de que se cobra un impuesto de gramaje a los narcotraficantes”. 

Para época del gobierno Uribe se denominan “narcoguerrilla”.  Se demostró que su financiación estaba en el narcotráfico, no había ninguna duda. De un impuesto que cobraban pasan a ser propietarios del cultivo, la producción, comercialización y tráfico. No se sustraen de ningún eslabón de la cadena del narcotráfico.  Las ideas originales de búsqueda de justicia social se dejan a un lado para pasar al criminal control de la droga. Con estos ingresos no sólo monetarios se han recibido armas y explosivos para financiar la guerra contra el Estado colombiano y de paso contra los ciudadanos, con una estructura que deja más de 1000 millones de dólares anuales.

El Presidente  Santos afirmó en octubre del 2010, que hay pruebas de " el maridaje, la cooperación de las Farc con las bandas criminales", que incluyen acuerdos con los narcotraficantes y analizan las "posibilidades de acuerdos" para no agredirse. Para abril del 2013 la Policía encontró que alias "Jacobo Arango" tenía completos registros de los millonarios tributos por cocaína, extorsiones y otras comisiones.  Planteaba un exdirector nacional de la policía “Las Farc hacen negocios cuando les interesa a través del narcotráfico. Los combos les hacen mandados. Por ejemplo, las Farc les dicen quemen un bus; o a través de los dineros recogidos por la venta de la droga. Les sirven en el tema de la extorsión".

Las FARC han sido respaldadas por los carteles de la droga en la lucha contra el Estado colombiano. Las FARC permiten a los cárteles el paso de la droga por los territorios controlados por la guerrilla. A cambio de esto se les  cobra a los cárteles el llamado “impuesto de guerra”, el cual le genera ingresos que algunos analistas colombianos estiman en decenas si no es que centenares de millones de dólares al año.

Es contradictorio escuchar desde La Habana para inicios de septiembre de 2013 declaraciones de las FARC como éstas “Partimos de condenar el narcotráfico y participamos de una activa batalla política dirigida a desenmascarar las falacias y contenidos de la llamada guerra al narcotráfico, que es como se autodenomina la actual política de EEUU”. Si se han alimentado del narcotráfico para subsistir, no tiene sentido que hoy lo condenen como si fuera ajeno a ellos.

A los colombianos no nos suena bien que las FARC hagan propuestas sobre distribución equitativa de la tierra o de una política económica que dé garantías a campesinos, entre otras medidas; cuando estas tierras han sido criminalizadas por ellos a través de la droga. No tiene sentido que acomoden su discurso cada vez que entran a un proceso de paz, como pasó con el Caguán y como pasa ahora, no son narcotraficantes cuando les conviene. Y se les olvida que ha sido su fuente de financiación principal, lo que ha hecho que su guerra sea injusta, ilegítima y sin ideología. 


*Directora Observatorio Drogas Ilícitas y Armas, Universidad del Rosario.