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Noemí y Pastrana comentan el partido de Millos

Pastrana y Noemí solo pelearon para quedar al lado de Florentino Pérez.

Daniel Samper Ospina
29 de septiembre de 2012

No voy a ser yo quien se sume a la colección de chistes tontos que despertó la lamentable presentación de Millonarios en el Santiago Bernabéu. No sería elegante burlarme de mi rival de siempre; mucho menos de Noemí, la presidente de la junta. Al revés: como santafereño aplaudo la presencia de ella en el equipo, y ruego para que sea vitalicia. Puede ser que no sepa de fútbol, es verdad. Pero es una completa embajadora azul, como lo demuestra su carrera política, y gracias a ella el equipo realizó esta exhibición internacional en donde se llenó de brillo. Y de goles. ¿O cuántas veces, acaso, ha jugado otro equipo colombiano en el Santiago Bernabéu? Las mismas que Millonarios después de ese partido: ninguna.

Por eso prefiero rescatar lo positivo. Perdieron, sí: pero no de forma indigna. Indigno perder nueve cero. Pero este ocho cero, si me dejan decirlo, es mérito del técnico Mourinho que analizó minuciosamente a Millonarios antes de enfrentarlo, y que incluso estudió videos del Itagüí, el antiguo club del DT azul.

Por lo demás, estoy con Noemí cuando dice que de las derrotas se aprende. Ella, en ese sentido, ha aprendido mucho. De ahí que lance frases sabias como la que dijo en La W, según la cual si Millonarios hubiera ganado no lo estarían criticando. Sino que en este país de acomodados critican al goleado.

No miremos solo lo malo: la junta directiva comió rico y los jugadores conocieron Europa y se bañaron tres veces en el camerino antes del partido porque ¡las duchas tenían agua caliente! Y aunque fue indigno que trataran de intercambiar camisetas al final del primer tiempo, hay que destacar que ningún jugador azul pidió autógrafos durante los tiros de esquina, únicos momentos en consiguieron estar cerca de cada rival. Eso es pundonor.

Rescatemos también que la amistad de Noemí con Pastrana renació y eso fue muy bonito: ambos vieron el partido desde el palco y solo se pelearon para quedar al lado de Florentino Pérez. Pero sostuvieron este animado diálogo de 'literatura política', género al que acudo como homenaje a su inventor, mi maestro José Obdulio, ahora que lo botaron de El Tiempo, pobre:

- Oístes, Andriu, ¿cuáles somos nosotros?

- Los azules, Mimí: los azules.

- Sí, sí, yo sé: pero digo, acá en el partido.

- También los azules. Millonarios es el de uniforme azul...

- ¿Y cuál es Hoguero?

- ¿Hoguero?

- O algo así.

- ¡Ah, Candelo! Ese, el número diez. ¿Quieres un canapé?

- Sí, pasame uno. ¿Cuál es el otro bueno que teníamos?

- Rentería, Mimí: me acuerdo por Poncho.

- ¡Ve, Andriu, qué delicia de canapés!

- Riquísimos. ¿Un Rioja?

- ¿Cuál es Rioja, con qué número juega?

- No, digo: que si quieres vinito Rioja, Mimí.

- Pues sí, Andriu: celebremos esta codeada con Florentino, eh, Ave María, ¿no?

- Ola, sí. Es un tipazo, ¿sabes?

- Y es muy bien plantado. ¡Mirá, hicimos gol!

- Pero creo que fue contra nosotros.

- Bueno: pero eso nos foguea. Oístes: el abrigo te queda un poquito grande, pero que bufanda tan divina.

- Es del Corte Inglés, ala.

- Y bien gruesa: le taparía el cuello hasta a Mauricio Cárdenas: llevale una, ome.

- Sí, si hay en sale le llevo una.

- ¿En qué?

- Rebajas. Cierto que no hablas inglés.

- ¡Otro gol, Andriu, qué felicidad, papá!

- Pero también fue en contra...

- Bueno: eso nos foguea. Comimos rico anoche, ¿no?

- Ola, sí: ese Juan Carlos Ortiz muy chirriado. Y cómo está de linda Viena.

- ¿Y qué me dices del presidente que conseguimos con un help jonter?

- ¿Un qué?

- Hel janter: ¿se te olvidó el inglés? El muchacho que contratamos; es bien plantado.

- ¿El 'chisgarabís' que quiere devolver las dos estrellas?

- ¿Tú a cuáles estrellas devolverías, Andriu, a Mayer o a Candelo?

- Creo que esos son los mismos, Mimí. Pásame un pedacito de jamón Serrano.

- ¿Cuál es Serrano, con qué número juega?

- No, Mimí: una tajada.

- ¿Fue que regresaste al Partido, que ahora pedís tajadas?

- Mira, mira: otro gol.

- ¡Bien, Andriu!

- No, mal: fue del Real Madrid.

- ¿Acaso nosotros no éramos los blancos?

- Los únicos blancos de Millos somos tú y yo y los de la junta, Mimí: los demás son blackies como Rentería, juas, juas.

- Oístes, el señor de negro no la ha tocado ni una sola vez.

- Es el árbitro, Mimí.

- ¡Bien, otro gol!

- Mimí: otra vez fue del Real. Qué oso. No aplaudas cuando los blancos hagan gol.

- ¿Solo cuando lo haga Rentería?

- Me refiero a los del uniforme blanco. Millos es azul.

- Uy, otro gol ¿cuántos van ya, Andriu?

- Como nueve o diez, no sé bien: las matemáticas nunca han sido lo mío.

- ¿Las matemáticas tampoco? Contame: ¿el número uno de Millos también es árbitro, que tampoco toca el balón?

- Es el arquero, Mimí: ¿no te sabes los puestos?

- Puestos es de lo que sé. ¿No viste que me conseguí este de la junta?

- Pero poco de fútbol, ¿no?

- Vos si sos desagradecido: ¿no ves que vamos a ganar el subcampeonato?

- Sí, Mimí, pero solo juegan dos equipos.

- No importa, Andriu: es la primera copa que el equipo gana gracias a mí.

- Más bien caigámosle a Florentino, que estos tipos son unos troncos.

¿Por lo que son bien plantados?

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