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Noticias Uno

Que no nos quepa la menor duda. Claro que hubo presiones y seguramente desde el gobierno se hicieron esfuerzos para que la programadora del periodista Daniel Coronell, muriera por inanición económica. Esa es la consecuencia de ejercer un periodismo independiente por fuera de lo políticamente correcto.

Javier Gómez, Javier Gómez
3 de septiembre de 2019

¿Qué se supone que debemos deducir del sorpresivo anuncio de que Noticias Uno se va del aire? ¿Es en verdad una decisión de índole empresarial la que prevaleció? Creo que la versión más cercana a la realidad es que la franja informativa de los domingos, bajo la batuta de Cecilia Orozco, se convirtió en un espacio informativo incómodo para el establecimiento colombiano. 

Que no nos quepa la menor duda. Claro que hubo presiones y seguramente desde el gobierno se hicieron esfuerzos para que la programadora del periodista Daniel Coronell, muriera por inanición económica. Esa es la consecuencia de ejercer un periodismo independiente por fuera de lo políticamente correcto. Esta democracia no lo aguanta; su clase dirigente, inmadura e ignorante, no admite que se le cuestione sus fechorías y la perfidia con que manejan los asuntos públicos y privados. Por eso asesinaron a Jaime Garzón. 

Que desaparezca un medio de comunicación que cumple con su deber de investigar, fiscalizar e informar sobre los abusos del poder, es un hecho que debe preocupar al gobierno del presidente Duque, y a él personalmente, una figura joven que supuestamente derrocha cambio y modernidad más cercanos a la economía naranja que a las prácticas propias de una dictadura; debería entender que un medio de comunicación es imprescindible y más aún si ejerce su tarea fiscalizadora con independencia.

Es un mal presagio, si recordamos cómo desde los años noventa cuando los canales privados apenas despuntaban, los noticieros de televisión de la época -14 en total- luchaban por sobrevivir y paulatinamente los fueron disecando hasta desaparecer. Muchos medios de comunicación cerrados en menos de tres décadas en Colombia y sin embargo seguimos hablando de la democracia más antigua de América Latina. Esto, en un país serio,  no ocurre. 

Similar a lo que acaeció con Noticias Uno, noticieros de la época como Uninoticias y Hora Cero, en su etapa final, que intentaban investigar, analizar y dar contexto a la información, dice el investigador Fabio López de la Roche en su texto ‘Las Ficciones del Poder‘, también fueron desaparecidos de los canales públicos cuando existía el sistema mixto de televisión. Estos espacios se fueron del aire en los gobiernos de Pastrana y Uribe, gobierno que pauperizó la televisión pública.  

Nunca los gobiernos reconocen que detrás de esas decisiones hay razones políticas y utilizan como mampara argumentos económicos para justificar el cierre de cualquier medio de comunicación. Resulta que ahora nos meten a los periodistas, desechables como dije en mi columna pasada, y a la sociedad en la llamada lucha por la cuota de mercado y en los vericuetos del rating para explicar la desaparición de un medio de comunicación, sin revelarnos el leitmotiv de la decisión que no es otra que ahogar económicamente la franja informativa cerrándole la posibilidad de acceso a la pauta publicitaria oficial, mecanismo invisible de chantaje para precipitar determinaciones como lo que pasó con Noticias Uno.

Para comprender lo que ocurre hoy con los periodistas y los medios de comunicación es necesario poner los ojos en el pasado, son más los medios cerrados que los  creados; y como quien compra una cadena de supermercados, el gran capital, haciendo gala de la supremacía económica, compra cuanta emisora, medio escrito o canal de televisión se le atraviese; por supuesto, no lo hace por razones altruistas, lo hace para quitarse del camino las verdades incómodas que nacen del periodismo independiente.

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