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Objetar las Objeciones

Las objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP son una cuestión de principios, una necesaria constancia histórica y una deuda del Presidente Duque con sus convicciones, con las víctimas y con la mayoría del pueblo colombiano.

Samuel Hoyos, Samuel Hoyos
6 de abril de 2019

Las objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP son una cuestión de principios, una necesaria constancia histórica y una deuda del Presidente Duque con sus convicciones, con las víctimas y con la mayoría del pueblo colombiano. Desafortunadamente, de ser aprobadas por el Congreso, no tendrán mayores consecuencias prácticas a la hora de sancionar a los criminales de las FARC.

La amnistía e impunidad para los violadores de niños y niñas de las FARC es un hecho. Muy a mi pesar, con o sin objeciones, la impunidad de los criminales de las FARC esta garantizada, fue aceptada y aplaudida por gobiernos extranjeros -incluido el de Estados Unidos que ahora se queja por el aumento de la cocaína colombiana que consumen-. La ONU, líderes políticos, el comité del Nobel, la realeza europea, compatriotas de buenas intenciones, “idiotas útiles”, universidades nacionales y extranjeras, el clero, el Vaticano y otros muchos, incluidos el Congreso de la República y las altas cortes, validaron la impunidad para las FARC.

Pero ya no vale la pena llorar sobre la leche derramada, las objeciones del Presidente son la constancia histórica del rechazo del pueblo colombiano a un golpe de estado a la Constitución, al derecho natural, una protesta a la impunidad, al desconocimiento de las víctimas, que fueron utilizadas como eje central de tal asalto, para desconocerlas a la hora de la reparación, en beneficio de sus victimarios.

No hay choque de trenes ni catástrofes, como de manera mentirosa sostiene la oposición; el tren ya arroyó a las víctimas y la gran mayoría yace sepultada en la selva, sin memoria, sin verdad para sus familias ni para la sociedad. Pretenden reescribirnos la historia para imponernos su amañada verdad, donde ellos se presentarán como las víctimas.

Desde el punto de vista práctico, objetar la JEP no tiene mayor interés, la edad de los jefes de la FARC les impide seguir violando niños, ya son otros los encargados del negocio de la droga. El verdadero problema es el nocivo antecedente de la impunidad y el contraproducente mensaje de que los delitos no tienen consecuencia ni sanción.

Aunque no es para sostenerlo públicamente, Cambio Radical al oponerse a las objeciones, le hace un gran favor al Presidente Duque. De todos modos, la impunidad va a continuar, la JEP y la Corte Constitucional seguirán haciendo lo que les da la gana. Pero sin las modificaciones, ya no tendrán excusa para responsabilizar al Gobierno ni al Centro Democrático del fracaso de la supuesta paz.

Necesitamos dejar en evidencia el fraude que constituye el Acuerdo, donde los únicos beneficiarios son los criminales de las FARC, el reto esta en hacerle entender al mundo entero, que la paz no es eximir a los violadores de niños de su responsabilidad penal. Tenemos la obligación, con las nuevas generaciones, de señalar a los responsables de haber fomentado el crecimiento del narcotráfico bajo la excusa de la paz.

@SamuelHoyosM

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